Días 7 de la guerra
Carlos Decker-Molina
En algunos países europeos más que en otros se han llevado a cabo procesos de “desmentalización”. Sociedades coloniales o no han ido trabajando durante años para crear “la igualdad ciudadana” que es la base de la democracia. Suecia es un buen ejemplo, claro que sigue habiendo bolsones racistas o estructuras “blancoides” donde la llegada de los “cabezas negras” es más difícil.
Relaciones Exteriores de Suecia, por ejemplo, tiene (conozco personalmente) hijos de sus inmigrantes trabajando en el sistema exterior como embajadores, diplomáticos, etc.
La embajadora de Suecia en Argentina, hace unos años, fue mi cara amiga Gufran Al-Nadaf (ella ya una mezcla de egipcios e iraquíes). Trabajó en la Unidad del Medio Oriente y de África del Norte en RR.EE. Hoy es embajadora para asuntos relacionados con los niños víctimas de la guerra.
Conozco a Paola Albornoz, hija de un colega chileno que en este momento está en Pekín trabajando en la embajada sueca. Y muchos otros más.
¿Por qué pongo el ejemplo de RR.EE? Porque es el departamento del estado más importante y delicado donde puede introducirse el espía o el enemigo.
Esa “desmentalización de lo blancoide” (permítanme el término) de Suecia, no se ha dado en otros países, sobre todo en los exsocialistas. Y, no creo que sea porque son solamente racistas.
Pienso que su larga permanencia en la órbita soviética no permitió el desarrollo de sus “estados nacionales”. La igualdad ciudadana se media entonces por la pertenencia o militancia al partido.
Justo en esos países se negaron a recibir REFUGIADOS DE LA GUERRA DE SIRIA en 2015 (ayer no más en términos históricos)
Polonia recibe hoy miles de miles de ucranianos que buscan refugio. ¡Me parece muy bien!, pero, ¿por qué no recibió a los Otros?
Fueron Suecia y Alemania los que recibieron la GRAN CANTIDAD de refugiados de Siria. Antes recibieron a los Bosnios, Kosovares y mucho antes de los latinoamericanos.
Y, no solo eso sino el trato discriminatorio de los jefes de frontera con los refugiados que no tienen el rostro y la piel de los ucranianos, son estudiantes, esposos o trabajadores con rasgos de África, India o Paquistán.
“Aquí no entran negros” fue la voz del controlador de la frontera entre Ucrania y Polonia.
Y… ¿Suecia?
Toda la derecha hizo política doméstica sobre el “EXCESO DE REFUGIADOS DE SIRIA Y AFGANISTAN”. Estos días, esos mismos políticos, dicen: “Hay que abrir las puertas a los refugiados de Ucrania”. Algo plausible y digno de mención. O sea que no hay «EXCESO» o sea que hay lugar, porque cuando de los sirios se trataba decian: «Ya no hay luchar» es decir vivienda.
No soy ni pretendo ser periodista neutral. No se puede ser neutral frente a cualquier tipo de discriminación. Y, tampoco frente a la guerra o frente a la dictadura.
Los “negros” que huyen de Ucrania SON TAMBIÉN REFUGIADOS DE GUERRA, tiene todos los derechos, incluido el derecho que está en la Carta de las NN.UU.
Finalmente, y a propósito del tema. La guerra entre Rusia y Ucrania es una guerra entre blancos, entre eslavos y entre excamaradas.
Por eso creo que el “nacionalismo es más importante que los negocios” y por eso, en este siglo, el nacionalismo es MUY PELIGROSO.
No es una guerra por mercados, es decir desmiente a los viejos marxistas, al contrario los rusos están poniendo en peligro toda su economía, ese capitalismo alcaponiano porque no es capitalismo de estado como el Chino. El ruso puede irse al garete.
Nota – Me borro sábado y domingo. Me han dicho que estoy abusando de mis condiciones físicas y mentales, será que me ven viejo ¿no?
