Vlady Torrez
«Joker» (2019), dirigida por Todd Phillips, ha generado gran expectativa durante las últimas semanas. Acusada por algunos de ser una apología de la violencia y celebrada por otros como un logro del cine norteamericano, emparentado a la crítica social de Kubrick y Scorsese en películas como La naranja mecánica (1971) y Taxi driver (1976).
Joaquin Phoenix entrega una de las actuaciones más impresionantes de su carrera. La película gira entorno a su centralidad para encarnar los oscuros orígenes del archienemigo de Batman, pero el éxito de la película se debe también a la hermosa fotografía de Lawrence Sher y a la banda sonora de Hildur Guðnadóttir. Sin embargo, ¿por qué su potencia liberadora pasa desapercibida para muchos críticos y detractores? Creo que quienes la atacan no consideran cuidadosamente el lento descenso de Arthur Fleck en la locura. Fleck es la verdadera víctima de una sociedad deshumanizada de poderosos que gobiernan sin la más mínima consideración por los marginados, los locos, los desempleados, la mayoría… ¡Nosotros!
En su ensayo La agonía del Eros, el filósofo coreano Byung-Chul Han sostiene que el capitalismo del siglo XXI trata por todos los medios de afirmar un sistema social donde el optimismo sea la regla. Cualquier tipo de negatividad debe suprimirse. La consecuencia es una vida de autoafirmación, de autosuperación y de impulso a lo que él denomina “el sujeto del rendimiento”, aquel que se desarrolla a partir de la autoexplotación afirmativa. El self-made man, el individuo del yes, you can. Arthur Fleck es precisamente ese tipo de individuo. Desde los márgenes de un sistema que lo ha golpeado toda su vida, real y metafóricamente, trata desesperadamente de seguir adelante sonriendo, siendo amable, sufriendo abnegadamente la realidad del día a día mientras se aferra a los mitos de la sociedad de consumo: el multimillonario benefactor, el talk show como entretenimiento predilecto, la fe ciega en un futuro mejor. Pero en el transcurso de la película presenciamos como esas ilusiones se hacen pedazos, como Arthur fracasa en sus intentos por restablecer vínculos sociales que lo saquen de su aislamiento; como el sistema le da la espalda, desde la seguridad social hasta su propia madre trastornada. Uno de los momentos más dramáticos ocurre en su discusión con Thomas Wayne (Brett Cullen), cuando, desconsolado y creyendo que el multimillonario es su verdadero padre, reclama desesperadamente por algo de empatía:
Sé que parece extraño, no quiero hacerte sentir incómodo, no sé porque todos son tan groseros, no sé porque lo eres, no quiero nada de ti. Tal vez un poco de calidez, tal vez un abrazo papá, tal vez un poco de decencia común.
La respuesta de Wayne es un puñetazo en la cara y un amenazante: “¡Toca a mi hijo otra vez y te mataré!”, el fracaso de ese encuentro entre los privilegiados y los marginados se ha consumado, el pacto social está pronto a quebrarse. Precisamente la violencia es el combustible de esa ruptura pero sobre todo del autodescubrimiento del personaje como sujeto. Sujeto viene de subjectum, que significa literalmente: “sujeto a”. Fleck es un hombre solitario, desde el comienzo, cuando recibe una pateadura sin razón, pasando por sus arrebatos febriles donde imagina una relación amorosa con su joven vecina afroamericana, hasta sus anhelos de convertirse en comediante, nunca logra superar sus ensueños, no consigue vencer su aislamiento, está aferrado a la nada. De todos los agravios que sufre el más grave es el propinado por su héroe: Murray Franklin (Robert De Niro). Comediante y presentador de un talk show, Murray representa la hipocresía de la sociedad del entretenimiento. En la recta final de la película, Fleck le grita: “¡Tú no sabes cómo es afuera! ¡¿Alguna vez has salido de este estudio?!” Murray Franklin no solo es indiferente al dolor de gente como Fleck, sino que vive de la exposición de sus desgracias, se enriquece burlándose de sus desventuras. Ser asesinado por un disparo en la cara, en vivo y en directo, convierte su muerte en un eslabón más de la sociedad del espectáculo.
La violencia más brutal, autoinflingida y desplegada, permite a Arthur Fleck transformarse en Joker. Dejar de ser un objeto sin la más mínima capacidad de acción para convertirse en el catalizador de la rebelión social. La violencia lo empodera, se traduce en la demolición del sistema, le devuelve su subjetividad, lo reintegra a una sociedad nueva que lo aclama y lo convierte en un símbolo viviente. Ya no más aislamiento sino celebración orgiástica de la destrucción en una línea similar a la de Fight Club. No estamos ante un despliegue de fuerza sin sentido. En «Joker» la violencia tiene una función social.
El documentalista norteamericano Michael Moore tiene razón cuando se pregunta: “¿Qué pasa si un día los desposeídos deciden pelear de vuelta?”. Creo que la respuesta aterra a los detractores de «Joker». La realidad del sistema es más brutal que cualquier película, el cine no deja de ser ficción audiovisual, el mérito de «Joker» es no endulzarnos la travesía. Necesitamos salir de nuestro confort y constatar las desigualdades sobre las cuales los poderosos han edificado su modus vivendi. Ese despertar será todo menos encantador, por eso la propuesta de Todd Phillips es tan necesaria. Denuncia realidades latentes y acusa, nos acusa, de favorecer la hipocresía que pretende encubrirla.
Ficha técnica
Título original: Joker
Año: 2019
Duración: 121 minutos.
País: Estados Unidos Estados Unidos
Dirección: Todd Phillips
Guión: Todd Phillips, Scott Silver
Música: Hildur Guðnadóttir
Fotografía: Lawrence Sher
Reparto: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Zazie Beetz, Frances Conroy, Brett Cullen, Bill Camp, Shea Whigham, Dante Pereira-Olson, Douglas Hodge, Jolie Chan, Bryan Callen, Brian Tyree Henry, Mary Kate Malat, Glenn Fleshler, Marc Maron, Josh Pais, Leigh Gill, Adrienne Lovette, Sharon Washington, Mandela Bellamy, David Iacono, Matthias Sebastiun Garry, Mick O’Rourke, Evan Rosado, Caillou Pettis, Sondra James, Gary Gulman, Kim Brockington, Jamaal Burcher, John Cashin, Ryan Funigiello, Annie Pisapia, Ray Iannicelli, Tony D. Head, Scott Martin, Dj Nino Carta, Mark Lotito, Jason John Cicalese, Keith Buterbaught, Ray Rosario, Rose Maria Wilde, Ben Heyman, Emmanuel Rodriguez, Vincent Cucuzza, Celeste Pisapía, Marko Caka, Alexandra López Galán, Bob Leszczak, Rich Petrillo, Thomas W. Stewart
Productora: DC Comics / DC Entertainment / Warner Bros. / Village Roadshow / Bron Studios / Creative Wealth Media Finance / 22 & Indiana Pictures. Distribuida por Warner Bros
