José Luis Mollinedo de la Quintana
Después de la Primera Guerra Mundial, los nazis argumentaron que Alemania no había perdido la guerra debido a la derrota por parte de enemigos externos, sino porque un enemigo interno había socavado su economía, sus instituciones y atacado la pureza de la raza aria. Según los nazis, los culpables de todos los males del pueblo alemán eran los judíos que vivían o habían nacido en Alemania. Según su lógica, fue desde dentro de Alemania que se sembró la derrota en la Primera Guerra Mundial. A este fenómeno se le denominó «el huevo de la serpiente», comparándolo con aquellas especies de serpientes que al nacer devoran a la serpiente vieja.
Los movimientos nacional-populares tienen tanta fuerza y legitimidad en la sociedad que es difícil vencerlos externamente; solo su implosión los derrota. Hay dos causas principales que provocan divisiones en los instrumentos políticos de los movimientos nacional-populares: en primer lugar, la lucha por el liderazgo y la dirección política del partido, que se centra en la disputa por espacios de poder interno; en segundo lugar, las discrepancias de orden ideológico, que reflejan percepciones divergentes sobre la realidad de una determinada formación social.
Sin embargo, en última instancia, ambas reflejan el objetivo central de alcanzar el poder y, una vez obtenido, mantenerlo el mayor tiempo posible.
La implosión del MNR
En el siglo XX, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) fue el mayor movimiento nacional-popular de Bolivia. Fiel a nuestra premisa, su fractura y derrota se debieron a su implosión interna.
En las crisis que enfrentó el MNR, los motivos fueron una combinación de factores. Por un lado, se cuestionaba el liderazgo de Paz Estenssoro, y por otro, la lucha se centraba en la visión y dirección que debía tomar el país y la Revolución Nacional.
En la crisis de 1960, los seguidores de Víctor Paz se aliaron con los de Juan Lechín para evitar que Walter Guevara sea el candidato del MNR a las elecciones de 1960 y continúe con la política de estabilización impulsada por Siles Zuazo, que había afectado directamente a los trabajadores afiliados a la Central Obrera Boliviana (COB) y al movimiento campesino, sector de izquierda del MNR. La izquierda del MNR buscaba un cambio en la política económica y prefería el retorno al poder de Víctor Paz Estenssoro. Por su parte, Víctor Paz deseaba regresar al poder, mantener el liderazgo del partido y frustrar las aspiraciones presidenciales de Guevara, llegando incluso a hacer promesas a los Lechínistas. Sin embargo, posteriormente se distanció de ellos, exilió a su líder y continuó con la política de estabilización monetaria, alejando a la Revolución Nacional del nacionalismo revolucionario y acercándola más al liberalismo.
Esta situación llevó a que el 4 de noviembre de 1964, todos los dirigentes del movimiento desplazados por el «Jefe» dejaran de lado sus diferencias políticas y se unieran para derrocar a Víctor Paz, logrando su objetivo.
La segunda gran crisis del MNR ocurrió en los prolegómenos de la lucha por la recuperación de la democracia. Fue una disputa entre los líderes históricos de la Revolución del 9 de abril de 1952, entre Víctor Paz, el líder indiscutible del proceso revolucionario, y Siles Zuazo, el caudillo político-militar de la gesta insurreccional del 9 de abril.
Si bien la disputa se centra en el poder y su control, el trasfondo es la lucha por ganarse las bases del pueblo movimientista en el contexto de la recuperación de la democracia, a través de dos visiones divergentes sobre el rumbo del país.
Siles representaba la línea del retorno al Nacionalismo Revolucionario y al enfoque nacional-popular, mientras que Víctor Paz abogaba por introducir al país en el liberalismo, percibiéndolo como el camino que la humanidad estaba y seguiría recorriendo.
La historia evidenció que Siles Zuazo tenía una ventaja electoral sobre Paz Estenssoro, venciendo en varias ocasiones. Sin embargo, Víctor Paz destacaba por su comprensión del ciclo de la democracia liberal, como lo demostró con la instauración del decreto 21060.
Las peleas y divisiones internas estuvieron marcadas por la violencia y la confrontación, especialmente durante el enfrentamiento entre Siles-Guevara y Paz-Lechín.
En 1959, los enfrentamientos entre el gobierno Siles-Guevara y la COB de Lechín fueron intensos debido a las medidas económicas implementadas. Siles intentó dividir la COB creando la COBUR, pero las bases mineras de Siglo XX, leales al Lechínismo y a la FSTMB, retomaron el sindicato de Huanuni y ejecutaron al dirigente minero Celestino Gutiérrez, afín a Siles Zuazo, lo que llevó al resurgimiento del poder de la FSTMB y al fin de la COBUR.
En la misma época, campesinos guevaristas de Cochabamba intentaron detener y fusilar a Juan Lechín, lo que lo obligó a abandonar la capital del valle. Además, antes de las elecciones presidenciales de 1960, grupos armados Lechínistas liderados por Rolando Requena intentaron tomar las oficinas del Comité Político del PRA, partido de Guevara Arce, pero fueron repelidos a tiros por grupos armados praistas liderados por Walter Robles.
La confrontación armada y la violencia fueron mecanismos utilizados para resolver conflictos internos del movimientismo, aunque precedían a la resolución en las urnas. Los tiroteos y escaramuzas armadas entre las distintas facciones del instrumento político que construyó la Revolución Nacional eran cotidianos. Resulta irónico que los bandos en disputa se unificaban cuando tenían que enfrentar al enemigo común, la Falange Socialista Boliviana, como sucedió el 19 de abril de 1959, cuando Oscar Unzaga de la Vega se levantó en armas contra el MNR.
Resultado de la implosión del MNR
La implosión del movimientismo dejó varios resultados y lecciones importantes.
En primer lugar, la división interna llevó a su caída del gobierno en 1964. En segundo lugar, perdió su hegemonía en la política boliviana.
Tercero: A pesar de esta pérdida de hegemonía, el MNR mantuvo su posición como la principal fuerza política, ya sea con el sector histórico de Víctor Paz o con el silismo, que adoptó un enfoque populista en la última fase de la recuperación de la democracia (1979-1982).
Cuarto: Tres de los líderes históricos del MNR llegaron a la presidencia (Paz, Siles, Guevara), mientras que Lechín solo alcanzó la vicepresidencia.
En quinto lugar, A pesar de las conspiraciones y los cambios de conducta en su vida política, el país y las masas reconocieron a Víctor Paz Estenssoro como el único líder histórico del MNR.
Walter Guevara, uno de los ideólogos del M. N. R. Tuvo una relación de amor y odio con Víctor Paz. Ante el empantanamiento electoral asumió la presidencia el 8 de agosto de 1979. Fue derrocado el primero de noviembre del mismo año por Natusch Busch, en un golpe de estado promovido por Paz Estenssoro
La sexta: La historia otorgó a cada dirigente del movimientismo su reconocimiento respectivo: Guevara Arce, el ideólogo de la tesis de Ayopaya y el intelectual más destacado del partido fundado por Carlos Montenegro.
Siles Zuazo, el luchador de las calles y las barricadas, combatiente y comandante en la lucha por la recuperación democrática.
Lechín, el mítico dirigente sindical constructor del poder sindical a través de la FSTMB y la COB.
Víctor Paz, el hombre de dos épocas históricas: la revolución nacional de 1952 y el neoliberalismo, destacando por el decreto 21060 en 1985. Para muchos, fue el mejor presidente de Bolivia del siglo XX.
Juan Lechín, fue el único dirigente de los 4 lideres históricos del M. N. R que no fue presidente Para muchos por que no quiso, pese a contar con gran convocatoria social
La séptima lección radica en el tránsito del MNR, pasando de ser un partido hegemónico a uno que aceptó las reglas de la democracia neoliberal. Según sostenía Irving Alcaraz, fue el poste principal que sostuvo la carpa de la Democracia Pactada.
La octava lección es que al adoptar la línea neoliberal, el MNR logró extender su vida política bajo el liderazgo de Víctor Paz, quien luego transfirió la conducción del partido a Gonzalo Sánchez de Lozada, representante destacado del neoliberalismo.
La novena lección destaca que con Sánchez de Lozada, el MNR se revitalizó y obtuvo apoyo de grandes sectores urbanos, pero se alejó definitivamente de su raíz nacional-popular.
La décima lección muestra que en el segundo mandato de Sánchez de Lozada, la ofensiva del nacional-popular, con los campesinos como fuerza motriz, sacó del poder a Sánchez de Lozada y, prácticamente, borró al MNR de la historia política del país.
Goni, la máxima expresión de un M N R afiliado a la democracia pactada y neoliberal.
Mantuvo al partido como primera fuerza política. Sánchez de Lozada fue un buen candidato, obtuvo el primer lugar en tres elecciones.
LA IMPLOSION DEL MOVIMIENTO AL SOCIALISMO
Las características del proceso de implosión que está experimentando el Movimiento al Socialismo difieren de las del MNR. Su rasgo fundamental no son las discrepancias ideológicas, sino la disputa por la cúpula y la dirección del Instrumento Político de la Soberanía de los Pueblos (MAS), entre el líder histórico y el actual presidente, con miras hacia las elecciones del 2025 y el futuro.
Sin embargo, aunque pueda parecer increíble lo que afirmamos, la implosión del Movimiento al Socialismo tiene su origen en la conducta personal de Evo Morales. El liderazgo del líder cocalero del Chapare fue incontrastable e indiscutible. Apoyado en la fuerza del campesinado y en la articulación de movimientos sociales, sectores de clases medias y poblaciones de diversas regiones del país, especialmente el Alto, Morales se convirtió en una figura política esperanzadora y un caudillo sin competencia interna.
Esto otorgó a Evo un poder hegemónico en los tres poderes del Estado. Con un ejecutivo donde su voz era ley, un poder legislativo secundario y un poder judicial sometido. Lo importante es que esta fuerza hegemónica se reflejó dentro del MAS en un poder sin límites, donde sus deseos eran órdenes y se cumplían sin discusión. Ni siquiera Paz Estenssoro, en los días de gloria de la Revolución Nacional, concentró tanto poder.
Evo tuvo un estilo particular de gobernar. Se rodeó de un círculo íntimo que, bajo el pretexto de protegerlo, lo volvió inalcanzable. Todo se discutía, menos al caudillo.
Por otro lado, el MAS, más que un partido, es un conglomerado de movimientos sociales corporativos que adoptó gobernar bajo los parámetros del Estado Corporativo de Mussolini. En escritos previos, argumentamos que el MAS, en su versión nacional-popular, se asemejaba más al fascismo que a la visión marxista sostenida por Álvaro García. Sin embargo, no hay que demonizar esta situación, ya que estamos hablando del fascismo como un fenómeno respaldado por un gran movimiento de masas.
Como correlato a esta visión de la política, Evo distribuyó el poder en enclaves controlados por los movimientos sociales. Algunos ejemplos son: 1) la explotación y comercialización del oro a los cooperativistas mineros, 2) el control territorial del trópico de Cochabamba y la producción de coca a los chapareños, con las implicaciones que esto tiene en el tema del narcotráfico, 3) el control del MAS sobre la mayoría de los municipios del país, permitiendo que Evo llegara a municipios desatendidos con obras pequeñas y medianas, y entregando la gestión del municipio a sus habitantes, 4) el empoderamiento del Alto, donde la presencia del MAS era tan fuerte que no existía ninguna otra fuerza, 5) la influencia del campesinado en la vida política del país y en los poderes del Estado, adquiriendo características irreversibles, 6) incluso en el oriente, la presencia del MAS era categórica, 7) sin dejar de mencionar que la empresa privada estaba satisfecha con Evo, como lo expresó un banquero al afirmar: «Nunca nos fue tan bien como con Evo».
Álvaro García recuerda que, en ese momento, de cada 10 dólares de exportación, 7 se realizaban mediante el Estado, sumado a los ingresos por la venta de gas, lo que generaba un Estado fuerte con gran cantidad de recursos económicos. Todo funcionaba como un reloj, haciendo que el Estado Corporativo del MAS gozara de buena salud y que el liderazgo de Evo fuera fuerte e incuestionable. Desde fuera del llamado «Proceso de Cambio», no había fuerza capaz de derrotarlo.
En ese contexto, aparecieron los primeros síntomas de implosión del MAS. Al principio, estos síntomas eran débiles, pero irónicamente, fueron generados por el propio Evo. El primero fue su decisión de buscar la reelección en 2014, que abiertamente violaba la tradición y la filosofía comunitaria de la rotación del liderazgo. Sin embargo, la Víctoria de Evo con el 60% sobre el opositor Doria Medina hizo que este hecho pasara desapercibido.
La situación cambió cuando Evo convocó un referéndum para habilitar su postulación a un nuevo periodo presidencial. La derrota que sufrió el 21F no habría sido posible solo con el voto de la oposición. Muchos sectores, especialmente de la clase media, simpatizantes e incluso militantes de la narrativa populista, votaron en contra de la repostulación porque consideraban que era un exceso y una ambición desmedida de Evo Morales querer seguir siendo candidato presidencial.
Pero Evo no se resignó y forzó su candidatura, a pesar de que grandes sectores del MAS le pedían que diera un paso al costado. Incluso el sacerdote Albo le dijo en pleno Palacio Quemado: «Dale paso a David (Choquehuanca) para que él sea el candidato».
Hasta ese momento, Evo, dentro del MAS, había practicado una política de «purgas», similar a lo que se hacía en la Unión Soviética, separando del gobierno a quienes, de alguna manera, se oponían a su estilo y su forma de manejar el poder y el instrumento político. Basta recordar los casos de Román Loayza, Andrés Soliz Rada y otros.
Fue su postulación a la elección de 2019 lo que reveló los primeros síntomas serios de la próxima implosión del MAS. Como punto de partida, la reelección produjo una grieta entre Evo y los seguidores de Choquehuanca. Pero fueron los resultados de las elecciones de 2019 y sus efectos los que desataron la crisis que inició la interpelación del liderazgo del «jefazo». Su huida a México fue el detonante. Y no se debió al hecho de que Evo saliera a México, ya que era una conducta que se había dado antes con otros presidentes.
En noviembre de 1964, Víctor Paz salió del Palacio y se fue a Lima, dejando a sus milicianos movimientistas abandonados a su suerte. El 17 de octubre de 2003, Gonzalo Sánchez de Lozada mandó una carta de renuncia al parlamento y en helicóptero llegó al Alto y en avión privado dejó el país, dejando a la brigada parlamentaria de la coalición que lo sostenía sin conducción política. La huida de Evo tenía aspectos diferentes; mencionemos algunos: 1) Evo había generado un vacío de poder que era una estrategia para realizar una ofensiva para derrotar a los «pititas», 2) en ese momento, las fuerzas del llamado «Proceso de Cambio» tenían mucho vigor y estaban dispuestas a realizar una ofensiva, incluso llegar a la confrontación.
Pero estaban sin conducción. El máximo líder y el segundo al mando prefirieron irse a México, después de haber jurado que la pelea era de ¡Patria o Muerte! Parapetándose en el Alto, Evo y Álvaro podrían haber revertido la situación. Aunque sectores del MAS salieron a defender su proceso y se enfrentaron al ejército en Senkata, acabaron aceptando su derrota y tuvieron que respetar la instalación del gobierno de Jeanine Añez. Pero la espina estaba clavada: Evo y Álvaro habían huido, hecho que ya colocaba en el tapete de la discusión el todopoderoso liderato de Evo.
El gobierno de Añez permitió la aparición pública de nuevas figuras masistas que se pusieron en primera fila para ser oposición al gobierno de transición, donde se destacó con luces propias Eva Copa. La candidatura para el 2020 mostró que Evo ya no era dueño y amo del MAS, tenía que compartir poder. Las bases campesinas le exigieron que David Choquehuanca fuera el candidato a la presidencia. Pero Evo, con buen olfato político, logró imponer la candidatura de Arce, que por el tema económico y por ser un candidato de clase media, recomponía el acercamiento de las clases medias citadinas al MAS y despejaba el camino a la Víctoria.
Evo se vio obligado a ceder espacios de poder. Esta vez, no todos los candidatos del MAS a la Asamblea Plurinacional eran absolutamente evistas. Lucho Arce no hizo problemas con la lista de parlamentarios, seguro intuía que si llegaba a la silla presidencial tendría la suficiente cintura para influir sobre los senadores y diputados del MAS. La COB, que había cumplido un rol importante en la ofensiva contra el gobierno de Añez y en la preservación y la vigencia de la sigla del MAS desde un principio, se inclinó al lado de Arce y lo adoptó como suyo mimándolo.
Desde un principio, Arce y David trataron, al menos en la forma, de marcar una diferencia respecto a los periodos presidenciales de Evo. En sus discursos de posesión como presidente y vicepresidente, Arce y David ni mencionaron a Evo. Ambos rescataron el carácter mayoritario del MAS como instrumento político. Sin embargo, Arce reivindicó su origen en el PS1 y su admiración por Marcelo Quiroga. Mientras que David habló sobre la necesidad de la complementariedad de día y noche de Oriente y Occidente, lo que hizo creer a muchos opositores que el tiempo de confrontación había terminado. Los hechos posteriores demostraron que el gobierno de Lucho y David sería más duro con la oposición que el evismo.
Aunque Evo Morales tomó la iniciativa y pidió que el masismo apoyara plenamente al presidente, y en el gabinete había furibundos evistas como el ministro de Justicia Lima y el ministro de Defensa Novillo, el desarrollo de los acontecimientos demostró que Evo y Arce seguirían caminos paralelos. En ese contexto, se produjo la primera implosión seria y de alcance social dentro del Movimiento al Socialismo.
Este hecho se produjo con motivo de las elecciones subnacionales del 2021, teniendo como escenario la elección de la alcaldía de la ciudad de El Alto. Morales, sin tener una adecuada lectura política de lo que sucedía en la ciudad más joven del país, vetó la candidatura de Eva Copa por el MAS, arguyendo que Copa había hecho acuerdos con el gobierno de la señora Añez, cuando la percepción de la ciudadanía y de los propios masistas era que Eva Copa fue, por el contrario, el ariete del MAS en la batalla contra todas las expresiones políticas opuestas al llamado «Proceso de Cambio».
Con su habitual terquedad, Evo se empecinó y puso como candidato del MAS a la alcaldía de El Alto a Zacarías Marquera. Había ofrecido a Eva Copa la senaturía por La Paz, pero Copa rechazó esta oferta porque con gran acierto concebía que su lugar era la alcaldía de El Alto. Bajo esa lógica, Eva desafió al caudillo y con una sigla prestada se lanzó a la contienda electoral bajo la consigna: ¡Carajo, yo no escapé, me quedé a luchar!
Los resultados no pudieron ser más contundentes: Copa sacó 406,354 votos, el 68.7%. Una joven aymara, metodista de religión, de 34 años, había producido la primera implosión del MAS en el territorio donde lo nacional-popular es hegemónico. Evidentemente, era una elección municipal y tenía sus limitaciones, pero fue un duro golpe para Evo. Cabe mencionar que aunque Lucho y David no apoyaron públicamente a Copa, no disimularon sus simpatías por ella, sobre todo el vicepresidente. Como contrapartida, Eva reconoció y apoyó al presidente Arce.
Eva Copa, la joven aymara y alteña que produce la primera implosión sería del MAS venciendo al evismo en el Alto
Casi inmediatamente después de la Víctoria de Copa en El Alto, el gobierno detiene a la ex presidenta Añez el 12 de marzo. Entre las distintas acusaciones que se le imputaban estaba la muerte de alteños en Senkata. El mensaje a Evo era claro: «Nosotros castigamos a quienes arremetieron contra los compañeros que tú abandonaste». Desde el gobierno se instalaba la narrativa de que serían duros con los «golpistas» y la oposición, mientras se tildaba a Evo de cobarde por haberse escapado.
Si en algún momento Evo tuvo la idea de que controlaría al gobierno de Lucho y David, los hechos demostraban que nada de eso iba a ocurrir. Los pocos espacios de poder que tenía el evismo se fueron comprimiendo. Incluso Lima y Novillo se pasaron al lado del arcismo. El objetivo de los ocupantes de «La Casa del Pueblo» era claro: este nuevo ciclo del MAS no tendría el sello de Evo Morales, por el contrario, mantendría plena autonomía del líder cocalero. Cuando el 28 de diciembre de 2022 el ministro Castillo ordenó la detención de Camacho, después de que el gobierno había derrotado a la dirigencia política cruceña que de manera absurda había llevado a más de un mes de paro al pueblo cruceño por el tema del censo, se estaba volviendo a enviar un mensaje a las bases masistas, sosteniendo la decisión del gobierno de castigar a los «enemigos» del proceso y «supuestos» golpistas del 2019. Arce demostraba a todos que era más duro que Evo con la oposición, manteniendo a raya a sus principales dirigentes con procesos judiciales.
Evo se parapetaba en el aparato orgánico del MAS, recorría todo el país, buscando que el instrumento político (usando el lenguaje de los propios masistas) ratificara su liderazgo y su postulación presidencial para el plebiscito del 2025. La gira de Evo tenía convocatoria y permitía que muchos sectores del masismo se aglutinaran en torno a su líder histórico, mientras el evismo preparaba su congreso. Esto desató el tercer factor de la implosión del MAS.
El arcismo salió al contraataque buscando dos objetivos: 1.-Anular el liderazgo y la candidatura de Evo para el 2025. 2.-Quedarse con el instrumento político y la sigla del MAS. Para lograr el primer objetivo, usaron el poder judicial, más concretamente el TCP, para lograr una resolución que sostenía que Evo no podía ser candidato. Para lograr el segundo punto, Lucho y David organizaron la movilización de su gente, convocando a un congreso del MAS, dejando el tema de la pertenencia de la sigla en manos del poder judicial y del TSE. Este es, en resumen, el estado actual de la conflictualidad interna en el MAS.
En tal escenario, ambas tendencias tienen sus estrategias y prioridades. Veamos algunas. Comencemos con el evismo:
A) Evo se ha convertido en la cabeza y el opositor más duro al gobierno de Arce, criticando todos los actos de su ex Ministro de Economía, hoy presidente, sobre todo en el tema económico, con la consigna que seduce a grandes sectores de la sociedad: «En mis tiempos se vivía mejor, había plata». Sin embargo, Morales sabe que la mayor fuerza de Arce está en el control del poder judicial y sobre todo en el poder y la fuerza descomunal que ha adquirido el TCP. Por este motivo, ha realizado un pacto con fuerzas de la oposición, Comunidad Ciudadana y Creemos, para vía elección judicial acabar con los vocales «auto prorrogados» y quitarle el control de la justicia al arcismo. Evo y la oposición, como la mayoría de la población, saben que la elección judicial no resolverá el tema de la justicia, pero coinciden en que es el único modo de quitarle el control del poder judicial al gobierno, lo que significa restarle gran parte de su fuerza y así poder arrinconarlo.
B) Evo tiene como fuerza central la capacidad de movilización que posee y la lealtad de sectores pobres del país para los que todavía es una referencia. Tiene el control territorial del trópico de Cochabamba, lo que le permite bloquear y cortar el tránsito entre el occidente y el oriente boliviano. No se puede negar que Morales tiene enclaves donde su presencia es querida como San Julián, Yapacaní y gran parte del departamento de Pando. Evo mantiene la confianza y el apoyo de todos los gobiernos y las figuras políticas que, de una u otra manera, se han mantenido en la ruta del «socialismo del siglo XXI». Todavía su imagen de haber sido el primer presidente indígena del país y de Suramérica le rinde. Por otro lado, ha realizado acuerdos con sectores empresariales de La Paz y Santa Cruz a los que les manifestó que había que hacer un viraje en la política económica y traer al país inversiones, revisando algunas leyes que, desde su óptica, habían cumplido su misión.
C) En esta combinación de usar la vía parlamentaria y de la legalidad jurídica, con la acción directa de masas, requiere que esta última llegue a las ciudades, para lo que necesita que su consigna de las elecciones judiciales y la lucha contra los prorrogados haga carne en los sectores urbanos y se repita el fenómeno de las «pititas», cosa muy lejana, porque como dijimos líneas arriba la población no cree que un cambio de nombres y de abogados en los organismos judiciales modifiquen la pésima justicia que hoy existe en el país.
Para Evo, es muy arriesgado embarcarse en una movilización que solo cuente con el respaldo del Chapare y del campo, ya que podría quedar aislado y desgastarse. En esta lógica, ha establecido contacto con fuerzas opositoras. Sin embargo, por el momento, a la oposición no le preocupa desarrollar una ofensiva que termine antes de tiempo con el gobierno de Arce. Su objetivo es dejar su mandato hecho añicos.
Ahora veamos los objetivos y estrategias del Arcismo: A) El actual presidente sabe que su futuro político pasa por mantener el poder en el 2025. No solo para evitar posibles juicios en su contra que busquen encarcelarlo, sino principalmente porque una vez fuera del poder, su influencia política será muy limitada. Sin embargo, para mantener el poder, necesita imperiosamente la sigla del MAS. Debe aparecer como el representante legítimo del partido político que ha empoderado al campesinado y a los movimientos sociales. Una postulación de Arce con otra sigla, como por ejemplo UCS, solo lo alejaría de las bases del nacional popular y lo convertiría en un candidato más. Tampoco le serviría congelar la sigla del MAS, ya que no le beneficiaría. La única forma que tiene de vencer a Evo en la interna es quitándole la personería jurídica del Movimiento al Socialismo. El presidente Luis Arce ha decidido bloquear la candidatura de Evo Morales para el 2025 y quedarse con la sigla del MAS.
Otra de las acciones de la dupla Lucho David está destinada a consolidar los sectores nacional-populares que están bajo el control de Choquehuanca. Además, mediante obras del gobierno, buscan obtener más adeptos en las áreas campesinas y las ciudades intermedias. Un caso particular es el tema del Alto, donde, contando con la aliada Eva Copa, intentan frenar la presencia del evismo en la capital aymara del país. Pero una de sus estrategias nodales es ganar el apoyo ciudadano de las clases medias, argumentando que ellos son los únicos que pueden impedir el regreso de Evo al poder. Para ello, apelan a sectores medios de la población que ven a Evo como la encarnación del demonio y prefieren cualquier cosa antes que su retorno al Palacio Quemado. El arcismo busca mostrarse como más consecuente que Evo en su discurso político de afinidad a las banderas que enarboló en sus inicios el llamado «proceso de cambio», como la industrialización, la lucha antiimperialista y la política estatista. A pesar de haber lanzado puentes al empresariado privado, su relación con el sector bancario es privilegiada. En las últimas semanas, han optado por presionar a los exportadores para que repatríen sus utilidades y así normalizar el flujo de dólares en el mercado. Hay que mencionar que esta política de control de divisas, formulada hoy por Álvaro García, no ha tenido mucho éxito cuando se ha aplicado en anteriores gestiones gubernamentales. Se debe entender que gran parte del éxito o la derrota de Luis Arce en su confrontación depende del desarrollo que siga el tema económico.
Antes de entrar en las conclusiones sobre la implosión que se está produciendo dentro del Movimiento al Socialismo, es pertinente analizar la conducta que asume la oposición ante esta situación. Podemos distinguir dos tipos de conductas, basadas en el mismo deseo y la misma decisión de que el gobierno de Luis Arce termine su periodo y de que el orden democrático no sufra alteraciones.
Veamos la conducta de la oposición respecto a la crisis del MAS. Podemos ver que hay tres tendencias. Las tres quieren aprovechar las contradicciones internas del MAS y sacar provecho de esta situación para convertirse en una alternativa política-electoral. Mesa ha optado por coordinar con Evo la ofensiva contra Arce. Para Comunidad Ciudadana, Arce es más autoritario y antidemocrático que Evo. Por ello, caminan de la mano con el evismo en su lucha por la realización de las elecciones judiciales. En el otro extremo está Manfred Reyes, que ha decidido apoyar al gobierno de Arce. Basta recordar su conducta en el conflicto del Censo, cuando se negó a sumarse a las acciones impulsadas por Camacho. Manfred, en su afán de mostrarse abiertamente anti-evista, ha manifestado, recordando su pasado militar, que hay que intervenir militarmente en el Chapare para acabar con el narcotráfico. A este tipo de oposición muchos la llaman «funcional». Las otras fuerzas opositoras, como Tuto Quiroga, Doria Medina, Rodrigo Paz y otros, colocan al masismo en un mismo casillero y dicen que Evo y Arce son las dos caras de una misma moneda. Sostienen que la tarea es acabar con ambos. Evidentemente la posición de Tuto es ideológica, Tuto es claramente neoliberal por ello plantea que hay que derrotar electoralmente a ambos tendencias del MAS porque representan lo mismo. Por lo tanto, no hay que pactar con ninguna de sus fracciones, ni de manera coyuntural.
Samuel está contra ambos sectores del MAS, porque cree que la pelea de ambos se puede cosechar votos de espacio social que es afín al masismo, con una posición de centro, que supone que él y su partido representan.
La posición de Camacho es más difícil. Todos sabemos que Camacho es la oposición más radical y derechista al masismo. Sin embargo, los acuerdos implícitos y explícitos que practican factores de poder, así como el actual gobernador y el alcalde con el gobierno de Arce, sumado a la ofensiva que desatan expresiones anti-Camacho en Santa Cruz, que buscan reducir la importancia e influencia que tiene Camacho en la capital oriental, han lanzado al ex gobernador a los brazos de Evo. Camacho coincide con Morales, queriendo o sin querer, en la ofensiva antigubernamental. Esto ha llevado a que se considere a Evo como «jefe» de la oposición.
Hay un factor externo que durante todo el ciclo del llamado «Proceso de Cambio» mantuvo una posición neutra, incluso de indiferencia respecto a lo que sucede en el país. Nos referimos a la embajada de Estados Unidos de América del Norte. Hoy se afirma que tiene vínculos con el gobierno de Lucho Arce, al que estaría apoyando en secreto.
Conclusiones de la implosión del MAS
A) En primer lugar, estamos presenciando una implosión en proceso en la que día tras día surgirán nuevos elementos. Además, debido a la importancia actual del Movimiento al Socialismo, influirán en ella factores externos.
B) El resultado de esta implosión tendrá consecuencias vitales en la política boliviana, ya que estamos hablando del partido que ha dominado la política de manera hegemónica durante más de 15 años.
C) El liderazgo histórico que Evo tiene sobre el Movimiento al Socialismo hace prever que la lucha será ardua y que es muy difícil que le quiten la sigla y la candidatura de forma pacífica. Sin embargo, una acción forzada, estrictamente basada en lo jurídico, solo lo fortalecerá y ampliará sus posibilidades de acción, tanto en el parlamento como en las calles.
D) Arce basa su posible triunfo sobre el evismo en tres pilares bastante frágiles: en primer lugar, en la exitosa realización de su gestión económica, cada vez más cuestionada; en segundo lugar, en el poder del TCP, que como decía Lechín, es como estar sentado sobre bayonetas, en el momento que las quitan te caes; y en tercer lugar, en la fuerza que tenga Arce para dividir los movimientos sociales y lograr incidencia en la clase media anti-evista.
E) El discurso de Evo se ha centrado más en el significado étnico-racial, mostrando que Arce no representa lo esencial del masismo: el campesinado. Por el contrario, se le denostará argumentando que es de clase media con una visión neoliberal.
F) Arce focalizará su discurso en su fidelidad al estatismo y a la tan mencionada industrialización, que por el momento está estancada. Querrá mostrar que Evo tiene acuerdos con los neoliberales.
G) La confrontación interna del MAS, tarde o temprano, mostrará rasgos de violencia, ya que es un componente típico de estos procesos.
H) Las posibilidades de Víctoria de una tendencia sobre la otra tienden a resolverse en el plano electoral. Pero en esta lógica, Arce solo puede ganar si logra reproducir poder. En cambio, el Evismo tiene más raíces sociales para permanecer presente en la política boliviana.
I) Consideramos que incluso si Arce logra formar una bancada parlamentaria, tendrá un futuro político incierto. Le pasará lo mismo que a otros políticos bolivianos que, al no tener un acto fundacional, tienen una proyección y futuro político muy débiles.
J) Sin embargo, la implosión del MAS no necesariamente lleva a que los actuales actores de la oposición lleguen al poder. Pueden surgir nuevos componentes y resultados.
K) Dentro del arcismo, hay fuertes corrientes que plantean la unidad bajo la fórmula Arce-Andrónico, obviamente rechazada por Evo. La unidad se puede dar ante la insurgencia de un tercero en disputa, que venga del anti masismo con la capacidad de generar una propuesta electoral victoriosa.
L) El MAS puede perder la elección y dejar el poder, pero no va desaparecer, se va a rearticular para querer volver al poder Siguiendo el mismo proceso de contradices interna que viven estos movimientos nacional-populares, cuyo ejemplo más claro es el peronismo.
La pasará muy difícil un gobierno que tenga al MAS como oposición. Necesitará de una política muy creativa para enfrentar la ofensiva masista, aun cuando el MAS esté dividido.
Conclusión final
Conviene destacar que la implosión de los movimientos nacional-populares no los hace desaparecer, solo pierden su hegemonía. Sin embargo, siguen siendo la primera fuerza de un país y perduran en el tiempo. Solo desaparecen de la historia cuando un nuevo movimiento nacional-popular ocupa ese espacio político, desplazando al otro, como ocurrió con el MAS, que, al margen de las especificidades de la historia y la época, ocupó el lugar del MNR.
Mucho más en el caso del MAS, su vigencia en la política se basa en su fuerza y expansión territorial, así como en haber introducido en la vida de los bolivianos la presencia y la historia de la Bolivia profunda.