De: Homero Carvalho Oliva / Para Inmediaciones
Hace un mes falleció Roger Ortiz Mercado, un gran fotógrafo cruceño. A pedido suyo escribí la presentación para su libro titulado Huellas que se publicó el año 2003. Existen muchas clases de impresiones físicas, morales o artísticas que los seres vivos las hemos inventado para que nos recuerden, para dejar sentado nuestra pertenencia o propiedad a un territorio, para que alguien las descubra el futuro y sepa como fuimos, lo qué pensábamos o soñábamos. O simplemente las huellas están por ahí y ni sabemos que las dejamos como testimonio de nuestro paso por la vida.
Las cosas que salen de ese deseo prodigioso e indefinible que guardamos en nuestro interior son poesía, ya sea en la escritura, la música, la pintura o la fotografía, las artes en general. Y por eso quiero hablarles de un instante de vida atrapado en la fotografía y preservado para la eternidad como la huella más nítida de lo que somos los seres humanos y de un poeta de estas imágenes: Roger Ortiz Mercado.
Desde hacía muchos años, Roger se dedicó a este arte con generosidad y solvencia porque logró hacer suyo a través de la máquina fotográfica un instante para el mundo sepa como fuimos y lo hizo tomando imágenes de los rostros humanos de los cuales atrapa la dignidad y el alma de las personas reflejadas en las miradas, en las sonrisas, en la seriedad y en la sencillez poética de sus trabajos fotográficos. Antes de este publicó un libro con imágenes de nuestra gente que es toda una joya.
En este libro Roger fotografía los rostros de algunos de los más importantes creadores del oriente boliviano que son, a su vez, hacedores de huellas cada uno con su arte: a través de sus pinturas, de sus escritos, de su música, del teatro, del cine, de la artesanía. En fin de se trata de un creador de huellas retratando a otros creadores de huellas. Huellas de huellas. Gracias nuevamente Roger por este libro tuyo que nos conmueve a todos.