Por: Mtro. José Israel Ibarra González *
Los sectores más jóvenes de la sociedad utilizan las redes sociales virtuales para manifestar sus opiniones y los adultos que están más alejados de las nuevas tecnologías tienen problemas para comunicarse con ellos. Por esa razón los comunicólogos están obligados a investigar y comprender como se están dando estos nuevos procesos sociales.
Muchos de los problemas para llegar a acuerdos entre los diferentes sectores sociales es que existe una brecha generacional entre gobernantes y gobernados; entre presidentes de las empresas y sus empleados; entre líderes tradicionales de la sociedad civil y las nuevas generaciones. Por esa razón es necesario que los comunicólogos resuelvan esa falta de diálogo entre quienes viven fuera del mundo de las redes sociales por Internet y quienes nacieron con ellas.
En este marco, celebro que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) esté generando estadísticas experimentales que permitan conocer el estado de ánimo de los usuarios de estos nuevos medios de comunicación.
La investigación “Estado de ánimo de los tuiteros en los Estados Unidos Mexicanos” consiste, de acuerdo a INEGI, en hacer uso en aplicaciones prácticas de Ciencia de Datos destinadas a resolver problemas de Big Data, en particular usando información proveniente de dispositivos móviles. Inegi como parte de sus estudios en el ámbito de Bienestar Subjetivo decidió usar Twitter como fuente de Big Data.
En lo particular no soy un gran “tuitero”, sin embargo, por alguna extraña razón me siento más libre de expresar mis opiniones en Twitter en relación a otras redes sociales. Algunos pensarían que el riesgo es mayor ya que los 140 caracteres están expuestos a cualquier persona, institución o gobierno. Pero finalmente veo a esta red social como un medio para dar opiniones acerca de lo que sucede en el mundo.
El estudio de Inegi captó 63 millones de tuits georreferenciados en México desde febrero de 2014 hasta el 15 de mayo de 2015. En la tarea de calificar la carga emotiva de los tuiteros se utilizaron técnicas de “Machine learning”, además de la participación de más de 5 mil estudiantes de la Universidad Tec Milenio.
Inegi también se dio a la tarea de clasificar el ánimo de los tuiteros por estado y es interesante observar en el mapa que Baja California fue la única entidad de la frontera norte en la que sus usuarios de Twitter tendieron a estar contentos, mientras que en el resto tendieron a estar tristes.
Como señala el Inegi esta investigación es parte de las estadísticas experimentales, pero es evidente, que deben convertirse en estadísticas permanentes que nos permitan conocer cómo se sienten los mexicanos de las nuevas generaciones. Es cierto que la brecha digital para algunos estados de la República es amplia, sin embargo, si enfocamos la mirada a Baja California el porcentaje de hogares con conexión a Internet es de los más altos del país, de acuerdo a un informe de Rivera y Kapellmann <goo.gl/o0HxU2>.
Reitero el llamado a todos los colegas comunicólogos a que se involucren en estos nuevos campos de acción y cumplan con su tarea de permitir la comunicación entre los distintos sectores de la sociedad.
Especializarse en las nuevas tecnologías es una tarea obligada por parte de los profesionales de la comunicación y una exigencia para las universidades que ofrecen la licenciatura en Ciencias de la Comunicación.
Es urgente tener nuevas generaciones de comunicólogos que permitan brindar sus servicios al gobierno, a las empresas y a la sociedad civil para que puedan comprender y atender las necesidades de una nueva generación que en muchas ocasiones se siente incomprendida.