Hugo H. Padilla Monrroy
“El infierno está todo en esta palabra: Soledad” / Víctor Hugo.
Tarde de verano en algún rincón del mundo, Víctor Hugo escribía poemas, con pluma de ganso y tintas de flores, sobre sus idílicos, angustias, felicidades y nostalgias, se juntaron en papeles y se hermanaron para llamarse Libro.
Pasan los soles y lunas, gira el mundo y ese personaje va naciendo en otras mentes, otras tantas manos y otros temas, son novelas, son poemas, son historias, son investigaciones.
El personaje, viaja de mano en mano, cultiva mentes, abre conciencias, cultiva sapiencia, hace que el hombre crezca intelectualmente, el mundo va cambiando.
Muchos personajes, están guardados en anaqueles, en estantes fríos, en espera de ser consultados y transmitir los pensamientos de los antiguos a los contemporáneos.
Muchos fueron quemados por la irracionalidad de los hombres, otros fueron despreciados y desperdiciados en basureros, para morir agobiados, guardando su sabiduría en el fango de la ignorancia.
Si no fuera ese personaje llamado LIBRO, ¿qué sería de la humanidad?, viviría escondida en las cuevas de la incultura.
¡Que vivan los libros!…
Sabía de la existencia de dos libros que mi amigo y coterraneo. Homero Carvalho Oliva, los había escrito y tuvieron mucha aceptación, por esa grata inquietud de lector y a veces escritor, en mis viajes de actividad profesional, los busqué por librerías, puestos venta de libros ya leídos con la posibilidad de obtenerlos, como en la Avenida Montes en La Paz, las inmediaciones de la UMSS en Cochabamba, también en Sucre y Santa Cruz, confieso que fracasé en mi búsqueda.
Una mañana me atreví a pedirle a Homero, un ejemplar de cualquiera de los dos ejemplares deseados, si alguno se encontraban en los lotes que periódicamente obsequia a bibliotecas. Su generosidad me permitió recibir los dos tomos: SANTO VITUPERIO y LOS REINOS DORADOS, en formato digital, que algarabía la mía. Creo que, para un lector y a veces escritor, esos obsequios y a la vez logros, son el éxtasis de vida.
En el libro SANTO VITUPERIO, inspiración del escritor Homero, al colocar en las páginas del libro, en la mente de Julián Paz Salvatierra, la idea de poner una velita en la esquina donde fue sacrificada Inés de Las Muñecas, cada dia una velita mas, esa acción fue motivando en el vulgo un sentimiento de santidad, de ahí que Paz Salvatierra se metió en un embrollo citadino, ocasionando las consabidas contrariedades de opinión en la sociedad Lorenzeña. La víctima de la vida, de la sociedad, se convierte en la santa que no figura en el santoral católico, pero si en el santoral de los desposeídos, no figura su iconografía en altares, solo en medallitas y escapularios que el mercantilismo le saca rédito a cualquier evento que genere alguna ganancia.
Buen tema analizado sobre las realidades locales, no solo de la San Lorenzo, sino también de la Trinidad y otras poblaciones, donde un chisme, una opinión o quizá un comentario inventado y dirigido a dañar personas o grupos, generan VITUPERIOS.
Como ejemplo una acción que sufrí y en ocasiones se toca el tema en cafés y comentarios de tertulia, esta referido a que en mi accionar profesional, como ingeniero de caminos, “hadría desviado las aguas del Río Mamoré”. Este gran cause de 500 metros de ancho y más, por su carácter errático y meándrico, por naturaleza cada período de tiempo cambia de curso. Es imposible, inconcebible que un ingeniero con un tractor de oruga, pueda mover un volumen de tierra y pretenda tapar ese cause, para dirigirlo por otro rumbo. Yo salí del SNC, luego de 6 años de labor (1981), el cause cambió de curso el año 1983/84, alguien del que yo no era Santo de su devoción, comentó que el causante de ese desvío llamado “corte Padilla”, se generalizó convirtiendo ese VITUPERIO TECNICO, (falsedad), en una acción creíble y aceptada por la gente que sólo aprecia en comentario y no la verdad. Por cierto ese tema real en cuanto a la variación del cause y no del posible causante al que se indilga el efecto, que muchas mentiras y falsedades se hacen creíbles para las sociedades pendientes de los aconteceres locales.
Homero, ha manejado también su novela de manera exquisita, bien pensada, eslabonada que, escarba el comportamiento de todos los círculos sociales.
Homero en su novela, toca todos los temas de su sapiencia, relacionándolos de manera muy elegante y comparativa, nos envía a confines quizá para muchos desconocidos, como su comparación con la declaración de santidad de Josémaria Escriva de Balaguer fundador de Opus Dei, y la santidad inventada de Inés de las Muñecas
Descripción cierta de los Cafés de la Av. Monseñor Barlossi, el ámbito de los centro de tertulias, encuentros amigables y de vez en cuando la presencia extraña de visitantes de otros ámbitos, lugares tradicionales en las ciudadesy pueblos, donde se tejen los más extraños y confundibles comentarios en las sombras del ocio.
En la novela de manera inimaginable, se podrían enfrentar a la religiosidad católica y devota que, trajo a la Patrona desde Cotoca a limpiar ese agravio a la fe, con los seguidores de Inés de Las Muñecas, que de manera sorpresiva, quedan en unidad en oración de la misma creencia, unos por desechar el VITUPERIO inventado de manera casual y los otros por la Paz y Descanso de esa víctima de su familia, de su entorno y quizá despreciada por la sociedad.
Al concluir la lectura, al cerrar la última página del libro, quedó en mi pensamiento, algunas ideas muy claras, nuestras sociedades sean citadinas y/o pueblerinas, acogen, comentan, modifican y expanden cualquier idea sea cierta o dudosa, sin la mesura de la seguridad y reserva.
Nos muestra una sociedad heterogénea como todas las son, con su regionalidad, donde los valores morales y sociales están juntos pero no revueltos.
La novela es atractiva, puesto que dejando un poco el tema de la santidad de la prostituta, toma a manera de distensión, otros tópicos, como recordar al personaje que fue jefe guerrillero en Alto Beni y se codea en los cafés del entorno, con ciudadanos de diferencia política. Contradicciones denunciadas en la novela, la religiosidad del pueblo, contra los vicios del alcoholismo, la ineficacia de las autoridades para buscar la verdad de los delitos.
Considero, luego de haber leído el libro buscado, haber satisfecho mi curiosidad, de porqué, SANTO VITUPERIO, fue el libro de éxito del escritor Homero Carvalho Oliva, al descubrir y reafirmar los valores y sin valores de nuestra sociedad de los Llanos.
