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El Santo Grial en Moxos

Hugo H. Padilla Monrroy

Santo Grial

Se conoce como Santo Grial al vaso místico o cáliz sagrado que fue utilizado por Jesucristo en la última Cena. El término grial es de origen latín gradalis o gratalis que significa ‘vaso’.

El Grial, “La copa es solo un símbolo para las enseñanzas de Jesús….”, no sería un objeto de oro macizo, sería un objeto común, de cualquier material, usado en La Ültima Cena de Jesús, en casa del Zelote, José de Arimatea, rico seguidor de Cristo, en el lugar denominado Cenáculo y que según la historia cristiano-judía el edificio se conserva hasta nuestros días, ubicada en el monte Sión.

La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón (en latínPauperes Commilitones Christi Templique Salomonici), también llamada la Orden del Templo (y a menudo se dice en la forma afrancesada Orden del Temple), cuyos miembros son conocidos como caballeros templarios, fue una de las más poderosas órdenes militares cristianas de la Edad Media. Se mantuvo activa durante algo menos de cuatro siglos e incluso se cree que hasta nuestros días.

Fue fundada en 1118 ó 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payns tras la primera cruzada. Mientras Jacques de Molay, que nació en Molay, Condado de Borgoña en 1242 y murió en la hoguera el 18 de marzo de 1314, en Paris (Reino de Francia), siendo el último Gran Maestre de la Orden.

Jaques de Molay

En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe IV y disolvió la orden. Su abrupta erradicación dio lugar a especulaciones y leyendas que han mantenido vivo hasta nuestros días el nombre de los “Caballeros Templarios”.

Si bien ellos fueron proscritos y tenían misiones muy específicas de resguardo de algunos valores cristianos, como depositarios de muchos valores de la Iglesia Católica como es el Santo Grial, en cuanto su ubicación y posesión. Tenía la comercialización de numerosos fragmentos del Lignum Crucis, de la Santa Cruz, (Astillas del madero),  en la que se decía había estado crucificado Jesucristo y que se decía habían encontrado ellos.

La Orden es sacada de la clandestinidad a la que la obligaron las persecuciones de papas y reyes por casi toda Europa, en 1705. Felipe, duque de Chartres y de Orleans, nieto de Luis XIII, El Justo y más tarde regente de Francia, es elegido gran maestro en un convento general celebrado en Versalles y publica unos nuevos estatutos para la Orden, y reinicia su periplo misional, con diferencia a las Ordenes Masónicas con la cuales tiene muchas similitudes.

Durante cerca de diez siglos, los caballeros templarios han sido considerados, con razón, como los eternos guardianes del Santo Grial, pero nunca hasta hoy se ha revelado con certeza qué es exactamente ese Santo Grial. (1)

Nuestro relato

Los caballeros Templarios y el Grial

Supuestamente poseedores del Santo Grial, y ante las amenazas de perder esa custodia, fue comisionado el Caballero Persifiel de Parral (²), a trasladar y esconder de manera segura esa custodia valiosa, la orden fue que, la ubicación sea muy lejos, trascendiendo los mares hasta un lugar recóndito de la faz de la tierra. Así fue que el comendero, cambio de nombre, adoptó los hábitos de los jesuitas, formando parte del grupo misionero, quizá sin devoción mística de la cristiandad, pero si con la responsabilidad del cumplimiento de la labor secreta de su Hermandad, se embarcó con rumbo a las nuevas tierras de la invasión española, llegando a la sede del Virreinato de La Plata, tomando rumbo a lo más profundo de las colonias, llegando así a Santa Cruz de la Sierra, para solicitar al Superior de los hombres de sotana negra, cayado con Cruz, la Biblia y la valija con los utensilios de las celebraciones, en las que se incluida la joya escondida e incógnita, ser enviado a una de las misiones en tierras de los Muyuruanas (Moxos) (³).

Adoptó el nombre de Santiago Ignacio Cruz de Valencia, y con ayuda de unos remeros Canichanas (⁴), bajo rio Mamoré y se internó por el Arroyo Ipurupuru, y por otras vías hasta faldas de las serranías de San Simón, donde fundó La Misión de San Silvestre (Primer Papa no mártir), por el año 1732, muy cerca de una laguna semi-cubierta por vegetación acuática, vivió con 50 familias en esa nueva reducción, manteniendo disciplina, orden y fe, era cooperado por un verdadero jesuita el Hermano Pascual Luis de Acuña, siguiendo todas las normas y regencias de la Orden.

Fue el 2 de abril de 1767, cuando se produjo la expulsión de la Orden Jesuita, dictada por el Rey Carlos III con anuencia del Pontificado, siendo apresados los misioneros de las veinticinco reducciones que se tenían en Moxos y Chiquitos (⁵), los sacerdotes seguidores de Ignacio de Loyola. La orden fue ejecutada por el coronel Diego Antonio Martínez de la Torre a instrucción del Presidente de la Real Audiencia de Charcas, Victoriano Martínez de Tineo.

Conocedor de la proximidad en la llegada de la comisión que, de manera un poco tardía arribaría a su reducción, tomó las previsiones más inmediatas para el resguardo de su tesoro, no permitiría que el Vaso Sagrado, pueda volver al viejo continente y sea confiscado para luego correr suerte por los silencios y oscuridades del mundo, luego de meditar, quizás orar como nunca lo hizo, lloró a orillas de su laguna, embarco en una pequeña canoa con un joven neófito, que oficio de remero, y se internaron a las partes profundas del cumulo de agua, solar quizá del Jichi (⁶), cuidante natural de esas aguas laguneras.

Con una ceremonia muy dolorosa y llena de angustia, referencio el lugar de manera muy ortodoxa, tomando como puntos de apoyo, los trescientos cincuenta remazos en dirección de la puesta del sol, desde su puerto de provisión de agua en la orilla a su reducción, sitio justo con dos árboles de Almendrillo (⁷) a los costados; en un envoltorio de telas, quizá lo mejor protegido por las circunstancias, depositó el valioso objeto en el agua, y observó cómo se hundía y perdía en su caída para su depósito final, al fondo de lago, levanto los ojos al cielo, pidió perdón por su acción y luego cabizbajo con resignación se persignó y ordenó retornar a puerto, allí al bajar de la canoa dio cara al lago y marco en el aire húmedo del ambiente, una devota bendición.

Volvieron a su reducción, tanto el Hno, Pascual como los neófitos, no sabían de tan angustiosa y cruel misión, al darse cuenta de la ausencia del cáliz de celebraciones por el compañero del Templario, el dío cuenta, de no permitir que los objetos considerados de su propiedad y sus servicios religiosos sea objeto de sustracción y perdida, le explicó, que prefería el resguardo de esa laguna, por siglos, hasta que manos seguras y honestas puedan rescatarlo, darle un significado bueno y digno.

Misionero y su compañero, fueron detenidos y trasladados hasta la Misión de San Pedro y luego a Santa Cruz de la Sierra, para conformar el grupo de expulsados de las tierras de Moxos, siguieron el camino de retorno, como todos los demás jesuitas, hasta los conventos de Italia, donde llegaron muy exhaustos, no así Santiago Ruiz de Valencia, que murió en medio de la travesía entre Panamá y el puerto de Cádiz, siendo sus restos arrojados al mar, con ello se perdería el secreto más codiciado y sempiterno en la historia.

Antes de abandonar espiritualmente los despojos humanos, confesó a su amigo y compañero de misión, con una epifanía, la secreta referencia y el valor del objeto, dándole la misión que bajo confesión diera parte de su trabajo al Superior de la Orden Jesuita y que él transmita esas noticias, al Gran Maestre de Los Templarios de esos tiempos; al final no se pudo realizar la transmisión de esos secretos, puesto que lo Orden Jesuítica esta proscrita y no existía relación cierta con el mundo exterior y peor con la Orden Templaría, que también se tornaba entre los escondites de una existencia secreta.

Si bien este relato es una asimilación de cuento, atribuible al escondite en Moxos de ese valioso utensilio, estando perdido en las luces y oscuridades del tiempo y del espacio, se dice que el Grial, se encuentra en la Catedral de Valencia o que también está escondido en alguna serranía de la Patagonia, el propósito de este ensayo, es atribuirle a los innumerables secretos y misterios que se han podido esconder en las selva, lagunas e inmensidades de las tierras de Moxos, por los hombres de Habito negro, con cayado y la Biblia en las manos, así como se han encontrado, los legados escritos y evidencias de la gran labor jesuítica en estas tierras, del Gran Paititi.

Trinidad de Moxos, noviembre de 2020.- (Año de la Pandemia).

GLOSARIO DE TERMINOS

  • Datos históricos extraídos de Wikipedia.
  • Nombre supuesto.
  • Nombre originario de los habitantes de las tierras profundas de Bolivia.
  • Tribu aborigen de la Amazonía boliviana.
  • Nombre de Misiones Jesuíticas.
  • Denominativo al viborón custodio de las lagunas. Tradición ancestral regional.
  •  Tipo de árbol regional.
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