Hace poco el gobierno anunciaba la liberación para la exportación de varios productos, entre ellos, soya y azúcar. Ahora, anuncia la exportación de miles de toneladas de azúcar y soya a Venezuela. ¿Tendrá algo que ver una noticia con la otra? No lo sé, pero estoy convencido de que la liberación de las exportaciones es algo bueno (o la enmienda de un error, si se prefiere, lo que también es bueno).
También vi en las noticias que el gobierno venezolano defiende las restricciones impuestas a su propio comercio exterior, y me puse a pensar si la orientación política de un gobierno debería influir en la libertad de su comercio con el resto del mundo.
Recordé mis juveniles años de convicción izquierdista y admiración por el Che Guevara, y posteriores lecturas que tuve luego en virtud a mi formación profesional, en las que llamó mi atención la posición que defendía el guerrillero sobre las exportaciones de un país ante la comunidad internacional.
El 8 de Agosto de 1961, al dirigirse al Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) en Punta del Este (Uruguay), y refiriéndose al comercio exterior de los países latinoamericanos, Ernesto el Che Guevara decía, citando a José Martí: “Hay que equilibrar el comercio para asegurar la libertad; el pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo, y el que quiere salvarse vende a más de uno”. También citando al vate decía: “El pueblo que quiera ser libre, que sea libre en los negocios”. Huelgan comentarios.
En la misma ocasión, el Che también destacaba que la revolución cubana nacionalizó todo el comercio exterior cubano, diversificándolo y comerciando con todo el mundo. Aseguraba que en 4 años Cuba crearía excedentes exportables de fruta y otros productos agrícolas cuya contribución a las exportaciones se triplicaría. En el mismo período, pretendía incrementar en 75% el valor de las ventas de la isla al extranjero, y bajar la participación del azúcar en sus exportaciones del 80% al 60%.
Hoy, el principal producto de exportación de Cuba sigue siendo azúcar cruda, y la fruta y productos agrícolas no se encuentran entre sus principales productos de exportación; exporta 1,4 miles de millones de dólares, importa 6,82 miles de millones y tiene un déficit de 5,42 miles de millones de dólares (datos al 2015). Quizás para Bolivia haya algo que aprender de esa fracasada nacionalización.
En el mismo foro, el 16 de Agosto, Ernesto Guevara abogaba por “la necesidad de diversificar las exportaciones de los países latinoamericanos, aumentando la elaboración de productos primarios, incorporando nuevos productos a las exportaciones, y abriendo nuevos mercados”. Creo que todas las ideas expresadas en este párrafo podrían ser hoy suscritas por la empresa privada exportadora.
Justo es reconocer que Guevara también interpelaba a los EE.UU. por una situación que se mantiene actualmente: los subsidios que otorga a su sector agrícola. En realidad, ese reclamo podría ampliarse hoy al menos a la Unión Europea y a Japón, cuyos subsidios ahogan las posibilidades exportadoras de los productores agrícolas del tercer mundo. También fustigaba a los EE.UU. por la prohibición que éste imponía a los países latinoamericanos de exportar a países socialistas. Afortunadamente esa situación ya no se da ahora, pues incluso EE.UU. comercia con China, siendo también el principal comprador de Venezuela. Podría considerarse como el último vestigio de tan arcaica posición al lamentable bloqueo que se mantiene contra Cuba, que Obama quiso eliminar y Trump busca fortalecer.
“Lo que nunca admitiremos es que se nos coarte nuestra libertad de comerciar y tener relaciones con todos los pueblos del mundo” es una frase que hoy en Bolivia podría considerarse “neoliberal” (ya que la consigna vicepresidencial para nuestra Cancillería es “identificar a los enemigos externos”), pero fue pronunciada por el guerrillero argentino-cubano hace más de medio siglo.
Un apunte final, luego de leer 159 páginas de discursos del Che en temas de Política y Desarrollo, no encontré ni una sola línea que justifique la prohibición a las exportaciones de un país.
Quizás todavía haya algo que se pueda aprender del Che, en este siglo XXI.