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El cansancio de la guerra 

Carlos Decker-Molina

Termina el año y la humanidad se acerca al cumplimiento de 12 meses con diferentes tensiones, entre ellas la guerra en Ucrania y sus reflejos en las esferas geopolíticas y económicas.

Probablemente la principal es la tensión financiera y económica. El índice de inflación en la Unión Europa (UE) pasó en octubre el 11,5%. En Estonia la más alta 24.1% y en Malta la más baja 7,4%.

En EE. UU. hay dos tipos de mediciones de inflación. La primera incluye a los alimentos y la energía mientras que la segunda no lo hace. 6,9% es el porcentaje de inflación acumulada.

Problemas comunes

La inflación no es la única tensión en Europa, quizá la más cercana a la población es el precio de la energía. En algunos países ha subido tanto que la población exige compensaciones del estado, lo que a la larga afecta negativamente a la inflación. El precio promedio de la luz en la UE es un 13% más con respecto al semestre anterior. Los meses de diciembre, enero y febrero son los más fríos del invierno, en el norte es la llamada época del congelamiento de los campos, supone un nuevo aumento.

En Rusia, no hay cifras oficiales y si las hay no son creíbles sobre la inflación, la desocupación y el índice de precios.

Los pocos corresponsales que cubren el país informan de una contracción de la economía. La guerra necesita un presupuesto muy alto y los bloqueos y castigos financieros están haciendo su efecto. El pueblo ruso empero no dice o no puede decir nada.

La política

En las últimas semanas de noviembre se publicó un informe sobre el retroceso de la democracia redactado por IDEA (Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral) a pesar de que el estudio de esta organización intergubernamental se limita al 2021 y tiene como fondo la resiliencia del sistema frente a la pandemia, muestra una tendencia clara: la propensión al autoritarismo y el fortalecimiento de las dictaduras.

Lo que se confirma en las últimas elecciones nacionales en Italia y Suecia, ambas gobernadas por las coaliciones de derecha donde conviven partidos conservadores con partidos neonazis, “amigos” de Putin. Sin embargo, han cambiado su retórica y apoyan la política de la UE de apoyo a Ucrania, pero, todo es cuestión de tiempo. Un mayor desgaste de la economía provocará la protesta de esos partidos.

¿Señas de tregua o de paz?

La retirada rusa de Jerson a determinado el final de la guerra de trincheras. Rusia quiere doblegar a la población civil, por eso el blanco de sus ataques es la infraestructura civil. Los ucranianos no tienen calefacción para combatir el invierno, tampoco energía eléctrica, ha sumido ciudades enteras a la oscuridad y la tremenda escasez de agua potable.

Frente a estos hechos, en varios sitios del mundo han comenzado a pronunciarse palabras relativas a la paz, a la tregua o al cese de hostilidades.

Veamos un repaso desde la Cumbre del G-20 hasta declaraciones personales como las del general Mark A. Milley del Estado Mayor Conjunto de los EE. UU. a comienzos de noviembre.

G-20

Los países que pertenecen al G-20 representan el 80% del PIB mundial. En la última cumbre de Bali (Indonesia) lanzaron una declaración de consenso que afirma que “la mayor parte” de los miembros del grupo “condenan con firmeza la guerra en Ucrania” y se considera “inadmisible la amenaza al uso de armas nucleares”. Esta última frase es una clara referencia a Rusia, el único país que amenazó con usar armas nucleares.

Lo interesante del caso es que Rusia vetó la declaración de Indonesia y consideró que lo mejor “era dejar pasar sin esgrimir reclamos”. Extrañó su posición porque Putin pretende cristalizar una confrontación total con occidente. Países amigos de Rusia como la India y China suscribieron el texto.

OTAN

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg también pronunció la palabra negociación. Dijo: “Sabemos que la mayoría de las guerras termina en la mesa negociadora. Lo más probable es que esta guerra también lo haga”.

Unión Europea (UE)

En El Excelsior de México se hace referencia a una declaración de la Delegación de la UE en México habida cuenta del ofrecimiento diplomático del presidente mexicano. La EU en México dice:

“Un cese al fuego que simplemente con­gelaría la situación militar, es decir, las ile­gales conquistas territoriales de Rusia —en un momento en el que, además, están fragilizadas por la contraofensiva ucrania­na— equivaldría a premiar al agresor. Le permitiría reagru­par y recomponer sus fuerzas para reanudar la ofensiva más tarde. Una solución duradera y que permita realmente abrir el camino de la paz sólo pasa por un retiro de las tropas rusas y unas garantías contra una nueva agresión de su parte”.

La UE acaba de acordar un tope al precio del crudo ruso como forma de golpear aún más a la economía de Moscú, una medida muy discutida incluso dentro de la Unión. Y, que va contra la posibilidad dialoguista.

El “caballo de Troya” italiano dentro de la UE, que Putin esperaba con la victoria de Giorgia Meloni se esfumó, pues se alineó muy rápido con la política exterior de la Unión. Pero, hay fuentes unionistas que dicen que a pesar de todo la confianza a Meloni no es total como tampoco lo es con el húngaro Órban.

La UE. también pasa por un mal momento, es la más desamparada en este conflicto, llegó cuando estaba buscando la forma de asegurar su propia defensa debido a la debilidad de la OTAN después de la guerra fría y luego del interregno de Donald Trump enemigo público del organismo de defensa.

La unidad entre UE y los EE. UU. se solidificó gracias al 24 de febrero, pero, es sólo temporal, si se mira desde el punto de vista de mercados dónde interactuar, hay una competencia entre EE. UU. y la UE. últimamente en el campo de los vehículos electrificados que muestra el oportunismo de Washington.

No olvidar que la UE tiene países con mucho peso como Alemania y Francia principalmente.

Macron

El presidente Emmanuel Macron, no perdió el tiempo y habló por teléfono con Putin todas las semanas antes y después del 24 de febrero hasta que se produjo un silencio sobre todo por las carencias de Putin.

Hace meses el presidente francés recomendó no humillar al enemigo (Rusia) Es el presidente europeo que no ha perdido la esperanza de encontrar una solución negociada. Tiene experiencia personal de no haber podido convencer a Putin de renunciar a las armas quizá por eso últimamente se refiere a China como un posible intermediario.  

En la reunión del G-20, dijo: “Estoy convencido de que China puede desempeñar un rol de mediación más importante en los próximos meses para evitar, en especial, un relanzamiento de las ofensivas aún más fuerte en el plano terrestre a parir de febrero”.

Olav Scholz

La situación de Alemania es vital e importante. Rusia se acercó a la UE de la mano de Schröder y Merkel, por eso es importante el cambio del socialdemócrata Scholz que dijo:

«Al final tendrá que llegar el momento en el que Rusia reconozca y acepte que tiene que salir de esta situación y una de las exigencias es la retirada de las tropas».

El presidente ruso Vladimir Putin dijo estar abierto a conversaciones sobre un posible acuerdo en Ucrania, pero “Occidente debe aceptar las demandas de Moscú”.

Putin pido a Scholz revisar su postura sobre el conflicto. La llamada telefónica se produjo un día después de que el presidente Biden dijo que estaba dispuesto a hablar con su homólogo ruso.

General Mark A. Milley

Es el presidente del Estado Mayor Conjunto de los EE. UU. en una intervención pública consideró que lo más probable es que durante el invierno habrá más combates, pero que el frente será “relativamente estático”. “Hay aquí una ventana de oportunidad para negociaciones” y se preguntó “¿Es el momento de hacerlo?” y el militar estadounidense siguió: “Debe haber un reconocimiento mutuo de que la victoria, en el verdadero sentido de la palabra, no es alcanzable a través de medios militares y, por lo tanto, hay que considerar otros medios”.

Joe Biden

Semanas más tarde el presidente de los EE. UU. dijo. “Estoy preparado para hablar con Putin”, la declaración fue dicha cuando Macron estuvo de visita. Aclaró de que el diálogo podría tener vigencia siempre y cuando “el presidente Putin muestre la voluntad de terminar la guerra. No lo he hecho todavía”. Biden dijo que ese encuentro se efectivizaría previa consulta con los aliados de la OTAN.

La duda de los expertos

Ove Bring profesor sueco especializado en derecho internacional dice que “no hay paz con Putin”, Bring sostiene: “Ambas partes deben ceder. Rusia debe respetar el territorio de Ucrania y ésta debe tener confianza en su contraparte”, pero, Ucrania no tiene confianza en Putin y tampoco cree en los compromisos con la diplomacia rusa.

El investigador sobre temas de paz de la universidad de Uppsala, Isak Svensson, cree que la punta de la madeja está en manos de la China. Xi Jinping puede ejercer presión sobre Putin para terminar el conflicto armado y trasladar el problema a la mesa de negociaciones. Svensson no cree en ninguna posibilidad de negociación en la actual etapa del conflicto.

Carmen Claudín investigadora asociada de CIDOB,  Think Tank de Barcelona y experta en el espacio pos-soviético no cree en “la ventana abierta” de la que habla el militar estadounidense. Según Claudín no ve, por ahora, ninguna voluntad de Ucrania” que según la investigadora es el país que debe decidir los términos.

Diferencia entre cese de hostilidades, tregua y negociaciones de paz

El profesor Samir Puri del King’s College de Londres dice sobre el tema.

“Una tregua es un arreglo, específico y sugestivo entre los bandos contendientes para detener el combate”. Es decir, no se necesita de una negociación formal.

“El cese de hostilidades es más formal que una tregua, pero no llega a ser un acuerdo del cese el fuego”.

¿Entonces qué es un cese el fuego?

“Es un acuerdo negociado que tiene que estar acompañado por otros compromisos que ayuden a desescalar el conflicto”

¿Cuáles son las tesituras de los contendientes?

El liderazgo de Kiev ha dicho claramente que quiere la victoria. Y la gente no espera menos. Hay un resentimiento contra Putin muy profundo en la población de Ucrania.

Los motivos para esa tesitura son los avances militares, la retoma de Jerson y la alta moral de su tropa. Hay confianza en el gobierno de Zelensky y en los mandos militares. Y, la total falta de confianza hacia Putin.

Hay un convencimiento en Ucrania de que cualquier negociación será para el Kremlin reorganice sus filas para volver a atacar.

La gran mayoría de los ex países socialistas, miembros de la U.E. y de la OTAN apoya a Ucrania en la perspectiva de una victoria total.

Hasta este diciembre, no hay señales de aceptar una negociación. Naturalmente depende mucho del apoyo occidental.

El experto y autor del libro Estación Ucrania, Borja Lasheras explica, “hay en juego mucho más que concesiones territoriales. Están en juego valores como democracia, derechos humanos y una visión del orden mundial”

A tiempo de cerra esta crónica, llegó la noticia originada en Kiev. Los militares piensan que la época del congelamiento es la propicia para una ofensiva motorizada.

¿Qué pasa en Rusia?

La intensión primigenia no se cumplió, es decir la ofensiva total, el cambio de gobierno y la recuperación de Ucrania al espacio post soviético, no se lograron.

Putin no ha podido conquistar todo el Donbás y tampoco consolidar la franja sureste.

La retirada de Jerson después de 8 meses en poder de las tropas rusas ha sido un revés muy duro para la moral de soldados y oficiales, pero no para Putin que “redobló la apuesta”. Su meta es cansar a la población de Ucrania y desatar el nudo gordiano que une occidente con Ucrania.

Lasheras piensa que será “una guerra muy larga, quizá llegue al 2024, a las elecciones en EE. UU.” con la esperanza del retorno de Trump a la Casa Blanca.

Claudin, por su parte, coincide en que la fatiga no sea ucraniana sino occidental de donde llega el apoyo material.

La óptica de Putin es reformular la seguridad de Europa que -según él – debe estar en consonancia con la seguridad rusa. Es el retorno de la palabra “indivisibilidad”, escrita en algunos viejos documentos de seguridad y defensa de Europa luego de la desaparición de la URSS.

Conclusión

Los datos recolectados estas semanas muestran que la posibilidad de una solución negociada es lejana.

Occidente sobre todo de los EE. UU. no influye a Ucrania a discutir. Y, tampoco hay esos indicios en Moscú, aferrado al expediente bélico.

Nuestra investigación nos obliga a calificar los intentos de negociación como “globos de ensayo”, un buceo en busca de la esperanza.

De todos modos, en algunos sectores de occidente se contemplan escenarios que no son ni la victoria militar total ni la humillación. Hay una cierta apertura a la negociación, pero, Putin debe repensar su propuesta de seguridad, porque es él que lleva las de perder.

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