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El amor y la vestidura del color azul en “azul es tu reino”, de Viscely Zarzosa Cano

Juan Jesús Martínez Reyes

La poesía es un género que pesar de tener ciertas limitantes en cuanto a ventas y lectura, sigue siendo una fuente generadora de nuevas voces poéticas en Chimbote. Así, en plena pandemia y luchando contra todo pronóstico, Viscely Zarzosa Cano, periodista de profesión y con algunos reconocimientos literarios, publicó su ópera prima, “Azul es tu reino” (2020).

Su libro se divide en dos secciones: Prosas improvisadas y Versos rescatados. Además, en las últimas páginas está contenido el diálogo que tuvo con Oswaldo Reynoso, mediante correo electrónico. En la primera parte, podemos corroborar un lenguaje prolijo, como el manejo de metáforas e imágenes que nos trasladan al universo poético que el autor ha creado. En la segunda parte, encontramos versos libres donde aborda diversos tópicos como reflexiones existenciales, la urbe, los libros, y el ser amado. Ambas secciones aluden de alguna forma al color azul, como un estambre que unifica el libro. De esta forma, bajo la metáfora de “Azul es tu reino”, Zarzosa va construyendo un mundo que se dimensiona hacia el amor de la mujer amada, donde el color “azul”, adquiere varios significados como nostalgia, magia o lo edénico.

En Prosas improvisadas, encontramos poemas que creemos son los más logrados en cuanto a intensidad y manejo del lenguaje, como escribe en el poema I: “Hoy voy a amarte por última vez porque te has extraviado en el verano que ruge sin límites. Y caminas como una sombra delirante que busca una noche tendida dónde refugiarse… Pero hay abismo que nos separa. Tú te apoyas en los designios y profecías que no tienen principio ni fin y yo solo creo en el latir de la lluvia, en la soledad del mar…”. De esta forma, el poeta le afirma al ser amado que dejará de amarla, porque ella ya no es la misma y ambos poseen un pensamiento divergente, pues ella cree en cosas distintas a él.

En este otro poema XI, el nombre mágico y enigmático (no mencionado) del ser amado es la fuente principal para la construcción de su poema: “…En medio de la ecuaciones inexactas, tu nombre ocupaba cada línea perturbadora que se enfrentaba a mis versos apresurados… tu nombre era una invocación solemne que estremecía los hilos de la tierra…”.

En el poema XIV, se visualiza el reino solitario y es así que el poema será lo único que salve al poeta: “Guardé este último poema bajo la arena húmeda donde nuestras pisadas sobrevivían…No hallabas explicación alguna ante el reino desolado, pero te dejé este último poema para sobrevivir…”. Así, es también la poesía, el arte que nos ayuda a hacer más liviana y llevadera la vida.

En Versos rescatados, el color azul sigue presente, pero ya no como lluvia, mar o río, sino como un color, en el poema “Rosalía y un poema”: “Estoy frente a un abismo azul / donde guardo soleadas sombras / y pronuncio el verbo de tu nombre… Cada pronóstico que nos acecha / se volverá discreto bajo la promesa / de nuestras bocas apresuradas”. Aquí, aparece el nombre del ser amado, que se materializara, “Rosalía”, la musa inspiradora del poeta. Además, el nacimiento del amor con un beso sellado entre los amantes.

En conclusión, podemos afirmar que este poemario, cuyos poemas giran en torno al amor, bajo la vestidura del color azul, demuestra el trabajo poético que ha sido realizado con mesura y dedicación. Sin duda, su poemario es un buen inicio en el camino de la poesía y su quehacer literario aperturará a más trabajos exegéticos. De esta manera, Zarzosa, se suma a la estirpe de la nueva generación de poetas que van cimentando el proceso literario de Chimbote.

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