Inmediaciones
El Día Internacional del Libro celebra la importancia del texto y la lectura en la sociedad. Su origen se remonta a la propuesta del editor español Vicente Clavel Andrés en 1922, quien sugirió un día para honrar al autor Miguel de Cervantes. La primera celebración tuvo lugar el 7 de octubre de 1926, coincidiendo con el nacimiento de Cervantes, pero más tarde se trasladó al 23 de abril, fecha de su fallecimiento, en 1930. Esta fecha también coincide con la muerte de William Shakespeare y del Inca Garcilaso de la Vega, lo que le confiere un simbolismo literario aún mayor.
La UNESCO adoptó oficialmente el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor en 1995, reconociendo así la relevancia universal de los libros como portadores de cultura e historia, y como herramientas para la educación y el intercambio de ideas. Desde entonces, cada año se realizan actividades en todo el mundo para fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual.
La celebración ha evolucionado para incluir no solo la apreciación de los libros impresos, sino también el reconocimiento de las nuevas formas de literatura digital y audiovisual. Además, la iniciativa de la Capital Mundial del Libro, establecida por la UNESCO, designa anualmente a una ciudad para que desarrolle un programa de actividades centradas en los libros y la lectura, promoviendo así una cultura lectora en todas las edades y compartiendo los valores de la UNESCO.
A lo largo de los años, el Día Internacional del Libro se ha convertido en una fecha emblemática que reúne a autores, editores, libreros, bibliotecarios y lectores en una celebración global del conocimiento y la creatividad. Es un recordatorio de que, a pesar de los cambios tecnológicos y las diversas formas de entretenimiento, los libros siguen siendo fundamentales para el desarrollo personal y colectivo.
En resumen, el Día Internacional del Libro es un testimonio del poder perdurable de la palabra escrita y su capacidad para inspirar, educar y unir a las personas más allá de las fronteras y generaciones. Es una oportunidad para reflexionar sobre el rol de los libros en la preservación de las culturas y el fomento del diálogo y la comprensión mutua. Con cada página que se pasa, se celebra la libertad de expresión y el acceso al conocimiento, pilares esenciales para el avance de nuestras sociedades.
¿Qué pasa en Bolivia, cuánto leemos?
La capacidad lectora en Bolivia ha sido objeto de diversos estudios y evaluaciones, destacando la importancia de la alfabetización y el fomento de la lectura como pilares fundamentales para el desarrollo educativo y cultural del país.
Según un informe del Observatorio Plurinacional de la Calidad Educativa, financiado por UNICEF, se han realizado evaluaciones de gran escala desde 1994 hasta 2020 para medir la calidad educativa en Bolivia, incluyendo la capacidad lectora. Además, datos del Banco Mundial indican que la tasa de alfabetización de adultos en Bolivia ha sido monitoreada y reportada por instituciones como la UNESCO. Sin embargo, un informe de la UNESCO sugiere que en Bolivia el promedio de lectura por habitante es significativamente bajo, con un estimado de que el 63% de la población no ha leído ni un solo libro, lo que podría estar relacionado con factores socioeconómicos.
En comparación con otros países, se reporta que en Bolivia se leen de 1 a 3 libros por persona al año, cifra que es menor en comparación con países como España o Estados Unidos. Estos datos resaltan la necesidad de implementar políticas y programas que promuevan la lectura y mejoren la capacidad lectora, como parte esencial para el avance educativo y la formación crítica de la población boliviana.
Libros y más libros
La cantidad de libros en el mundo es un dato que varía constantemente debido a la continua publicación de nuevos títulos. Según la información proporcionada por la UNESCO, aproximadamente 2.2 millones de libros se publican cada año a nivel mundial.
Si consideramos esta cifra y la estimación de Google de alrededor de 130 millones de libros hasta 2010, podríamos inferir que actualmente existen más de 143 millones de libros, aunque este número sigue creciendo. En cuanto a la capacidad lectora, la UNESCO ha reportado que más de 617 millones de niños y adolescentes no alcanzan los niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas, lo que representa una gran preocupación para el desarrollo educativo global.
Este dato refleja la importancia de implementar estrategias efectivas para mejorar la comprensión lectora, especialmente en América Latina y el Caribe, donde más de la mitad de los jóvenes no alcanzan los niveles de suficiencia requeridos al concluir la educación secundaria.
La comprensión lectora es una habilidad fundamental que permite a los estudiantes no solo acceder al conocimiento en diversas disciplinas, sino también participar plenamente en la sociedad. Por lo tanto, es crucial que las políticas educativas se enfoquen en fortalecer esta capacidad desde las etapas iniciales de la educación.