Oscar Seidel
Con la participación de cinco autores del Pacífico colombiano y el apoyo del Ministerio de Cultura de Colombia, el pasado 24 de junio, a las 6:30 p.m. en la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero de Cali, se presentó la colección Pacífico Literaria 2022 en el marco del proyecto Memoria y estímulo para la producción literaria del Valle del Cauca, Convenio de asociación No. 0513 de 2022., ejecutado por la Corporación de Apoyo y Desarrollo Regional, Corposinergia.
Es de destacar que, los cinco escritores pertenecen a la Fundación de Escritores del Pacífico Colombiano-FUESPACOL. La Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero es aliado estratégico del proyecto en cuanto a la divulgación y entrega de los siete libros que llegarán a las 73 bibliotecas públicas de la Red del Valle, como también a las 62 bibliotecas de la red Distrital de Santiago de Cali, manifestó Mónica Alexandra Perlaza Ochoa directora general.
Los títulos también podrán ser consultados y leídos en www.bibliovalle.gov.co en formato PDF como una forma de garantizar el libre acceso a la información.
Prólogo
Contar el país y su cultura implica reconocer esas voces, miradas, narrativas y procesos que se han gestado precisamente desde los territorios, esas miradas que históricamente han sido silenciadas y que hoy emergen para reconocernos desde la diversidad, desde esas narrativas que son fruto de la experiencia y que nos abren las puertas al diálogo colectivo sobre lo que somos, sobre lo que significa cada región, sus procesos, memorias, patrimonio e historias. En ese sentido, avanzar como un país incluyente, que reconoce en la diversidad su mayor riqueza, implica ir labrando el camino para que cada vez más nuevos autores puedan plasmar a través del arte escrito nuevas narrativas territoriales.
Es así como desde el Ministerio de Cultura de Colombia venimos trabajando desde las regiones para consolidar esas formas de leer y narrar el territorio, estimular acciones de mayor receptividad por parte de los sellos editoriales al eco de las voces literarias en perspectiva étnica y territorial, con el ánimo de visibilizar esos nuevos referentes, fortalecer esos liderazgos literarios y ampliar ese abanico de posibilidades de hacer de la literatura un constante ejercicio de construcción de nuestra cultura como país.
El Pacífico colombiano y el Valle del Cauca cuentan con una riqueza cultural y biodiversidad excepcional, su gente, sus narraciones, sus expresiones artísticas, su diversidad de climas, geografías y paisajes son únicos. Por esta razón, es un gran motivo de alegría saber que hoy este trabajo cobra vida para reflejar gran parte de las historias que narran y nacen desde estos territorios.
Si algo nos han enseñado nuestros ancestros es que la oralidad siempre ha sido esa columna vertebral para transmitir saberes de generación en generación para el Pacífico, para esta región. Es así como uno de los grandes retos que hoy nos une es hacer que esa palabra, que se convierte en ese elemento cohesionador de nuestras comunidades, se plasme por escrito para salvaguardar y relatar esta esencia.
Todos los trabajos compilados en esta increíble obra son excepcionales: “El dulce olor de Puerto Perla» del autor Óscar Seidel hace un análisis profundo de la realidad de Tumaco, conocido como “La Perla del Pacífico colombiano”, partiendo de un mal olor que todas las comunidades e instituciones no encontraban su procedencia. Por su parte, «Benkos Biojó, un verdadero héroe», del escritor Félix Domingo Cabezas relata de forma inigualable esa memoria resiliente y el fruto de esa lucha histórica de este valeroso protagonista que abrió pasos a la libertad del pueblo afro y la ruptura de las cadenas de la esclavización.
De igual forma, «Diálogos de Agua: por los esteros de la afroralidad en el Pacífico colombiano» de Baudilio Revelo Hurtado y su hermano Hernando Revelo Hurtado nos narran esa conexión de las comunidades afro con la naturaleza, porque tal como lo menciona “nos recuerdan que el río tiene alma” y que “la palabra, fuerza incontenible del pueblo en la reivindicación de sus derechos, aquella que arranca el corazón por la ventana de los labios, viajera de boca en boca con los hermanos afropacíficos”.
«Poesía Joven del Valle del Cauca» compilada por Alejandra Lerma, emerge como ese viaje entre el asfalto y el viento, evocando 16 voces de autoras y autores del Valle del Cauca, que recrean a través de la palabra esas intimidades, cotidianidades y paisajes de la región. Todos escriben desde lugares disímiles y tal como lo mencionan “Los contrastes de lo urbano y lo rural se entremezclan en los versos”.
La fotografía también es parte vital de este trabajo. De esta manera, «Memoria visual vallecaucana del siglo XX, Archivo Fotográfico y Fílmico del Valle del Cauca» compilado por Christian Hurtado Ospina nos sumerge en un viaje por la historia de esta región a través de la imagen, de la fotografía como ese archivo vigente de la memoria.
«Naufragios» de Hernando Revelo Hurtado nos demuestra que: “La Poesía para escribirla, nos precisa la vida, y para amarla, nos obliga el dolor”. Cada poema sabe a Pacífico, se inspira en el mar, en las gaviotas, en la brisa y en la cotidianidad. Nos recuerda que la poesía no es más que la suma de esos momentos que nos marcan y que refleja el mundo de las emociones, sentimientos y experiencias.
Por último, «Tres cuentos, tres historias de Buenaventura» de Luis Álvaro del Castillo, a quien aprecio profundamente, nos empuja como ola grande por esa tradición oral única de Buenaventura, esa que “se viste de fiesta y carne para arrullar los huesos del pasado”, demostrando que la historia del Pacífico siempre estará en la música, siempre será transmitida a través de los cantos y que van al son del tambor, la marimba, el guasá, el bombo y el cununo.
Espero disfruten este maravilloso trabajo, descubran nuevas historias y que viajen como bien nos permite la literatura, por esos paisajes, esos lugares, esos momentos y esas vivencias que plasma cada autor/a con su trabajo.
Angélica Mayolo Obregón Ministra de Cultura de Colombia
Texto introductorio
El dulce olor de Puerto Perla inaugura el estilo en el uso de la economía de la palabra que emplea su autor, atrapando al lector de manera inmediata en la lectura del texto. La trama transcurre en el puerto de Tumaco, conocida también como “La Perla del Pacífico”, lugar donde la ficción toma cuerpo enmarcado dentro de un clásico de la literatura universal, La náusea de Sartre, utilizada más como una antinomia, ya que en Puerto Perla todos tienen conciencia de ese mal olor que termina por ahuyentar a todos sus habitantes, contrario a los burgueses descritos por Sartre, ya que estos terminan por no advertir la realidad que los circunda. Al igual que en La Peste de Camus, el autor en la trama pone de relieve la carencia de una moral universal, manifiesta en los politicastros que terminan por desconocer el origen del mal olor, desviando recursos, robando lo poco que hay en los erarios públicos, cuando la verdad la pestilencia emana de sus propios cuerpos, una metáfora de la corruptela que ha acompañado a la mayoría de políticos de Tumaco, de Nariño y de Colombia, por no ir más lejos.
El aislamiento también cobra cuerpo dentro de la esencia de la trama de la novela de Oscar Seidel, como una actitud autoimpuesta en primer lugar, quizá una crítica a la endogamia de las castas politiqueras de la región Pacífica nariñense, una actitud que luego se extiende y se impone de afuera, por parte de los gobiernos centrales, una crítica también al mal manejo político que se ha hecho con la región desde Pasto y desde Bogotá; esto, no impide acusar a los habitantes de Puerto Perla, cuya culpabilidad la buscan dentro de los mismos habitantes, especialmente de los pordioseros y menesterosos, cuando la peste finalmente la tienen todos, sin excepción alguna.
La realidad y la ficción se entrecruzan en el detenido y austero relato que hace su autor, no es difícil imaginar las críticas que van y vienen detrás de los escenarios y los personajes que Oscar Seidel maneja con acierto, no en vano en uno de los capítulos se señala que las tres catástrofes que ha padecido Puerta Perla son los incendios, el tsunami y el actual personero, tres verdades manifiestas dentro del historial para quienes husmeamos y curioseamos los anaqueles del pasado del territorio narrado, donde convergen comerciantes usureros, guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes, sin que se excluyan entre sí, para finalmente quedar las islas desiertas, y sus habitantes esperanzados con que la brisa marina termine por eliminar la pestilencia de los seres humanos.
Este libro logra un total equilibrio entre forma y contenido y le provocará al lector una nueva lectura.