Nacido en Buenos Aires el 23 de octubre de 1951, Carlos Alberto García, más conocido por su nombre artístico Charly García, es una de las figuras más importantes e influyentes en la historia de la música rock argentina y latinoamericana. Charly tuvo una formación en música clásica, interpretando durante muchas horas a Chopin y Mozart, no le gustaba lo popular. A los doce años se recibió de profesor de teoría y solfeo, pero en 1964 escuchó por primera vez en la radio a Los Beatles, quienes cambiaron radicalmente su vida musical.
A inicio de los años 70 fundó el grupo Sui Generis, una banda de folk rock, junto a Nito Mestre, cuyas canciones se transformaron en himnos para generaciones de argentinos y latinoamericanos. En esa misma época se escapó del servicio militar, haciéndose pasar por loco.
Posteriormente formó parte de la banda de rock progresivo La Máquina de Hacer Pájaros. Más tarde, entre 1978 y 1982 formó parte de la banda de rock Serú Girán junto con David Lebón y Pedro Aznar, donde denuncian la represión que se vivía. Fue uno de los grupos más importantes y revolucionarios durante el período de la cruenta dictadura militar argentina, donde compusieron temas como Canción de Alicia en el País, Seminare o Peperina.
Luego, en 1982 estalla la guerra de Malvinas e incursiona en su carrera como solista, sacando su primer disco “Yendo de la cama al living” con un ritmo electrónico, donde incluye ritmos sudamericanos. En el tema No bombardeen Buenos Aires se escucha el sonido de una bomba por el temor de que Inglaterra bombardee la ciudad y Charly comienza a caracterizarse por su bigote bicolor. Es un momento donde por medio de su música y letras apela al inconsciente colectivo con el mensaje de que la libertad y la creatividad deben seguir a pesar de todo. Son mensajes de resistencia y de búsqueda de libertad, menciona a los desaparecidos, reprimidos, exiliados. En diciembre de 1982 dio el primer concierto en una cancha de fútbol justo al finalizar la guerra con Inglaterra.
Su segundo álbum Clics Modernos (1983) grabado en el mismo estudio que grabó Jimi Hendrix, fue considerado por la revista Rolling Stone como el segundo mejor de la historia del rock argentino. Aparece Charly moderno y su tapa en inglés, es un álbum bailable y lo grabó en Nueva York “con poca plata y mucha onda”. Allí destaca que “Todo el tiempo nos siguen pegando abajo” en relación a que las fuerzas militares y policiales seguían reprimiendo. También expresa en una estrofa, acabo de llegar no soy un extraño, y nos invita a ver a dos hombres bailando, contra los prejuicios y la doble moral hacia las diversas opciones sexuales. Cuestiona el qué es ser normal, “aunque te arregles seguirás siendo rara, báncate ese defecto”, invitando a reírse de los defectos y no molestar a los demás. Así mismo, nos dice “estoy verde no me dejan salir, no puedo largar, no puedo sentir, tengo que volverte a ver”. Ensamble que saca de un funky de James Brown, a quien no dejan salir de la cárcel por su color de piel.
El tema de los dinosaurios es épico y esperanzador. Lo compone meses antes de que los militares salieran y habla de los desaparecidos. “Cuando el mundo tira para abajo es mejor no estar atado a nada”. Habla de transportar a las personas que se escapan de una realidad, el exilio, gente haciendo una valija y el retorno.
En 1994 terminan las dictaduras y retorna la democracia con el presidente Raúl Alfonsín, es cuando saca su tercer disco Piano Bar. Más rockero, muy argentino se acerca al tango de un pasado y un futuro. “Yo que nací con Videla, yo que viví entre fascistas, hoy pasa el tiempo”. La historia de Demoliendo Hoteles empezó en un hotel que destrozó en Mendoza, instalando la dicotomía entre la libertad y no poder cambiar nada, como un grito de toda una generación. En la canción Promesas sobre el bidet, vuelve a la dicotomía: “a veces estoy tan bien estoy tan down, difícil es llegar a ponernos de acuerdo”, incluso con uno mismo.
En Raros Peinados Nuevos el sintetizador va de un lado a otro y él canta: “si vas a la izquierda y giras a la derecha adelante… Si luchaste por un mundo mejor y te gustan esos raros peinados nuevos…” y el tema central Piano Bar con mucho tango rockero y batería que convoca a un lugar con Gardel y luces de neón futurista y barroco.
Además de los tres primeros álbumes hay mucha más producción, pero estos marcan una generación que hoy ha perdido un poco su norte y se debate entre la polarización y falta de utopías.
Elizabeth Salguero Carrillo es comunicadora social.