MIguel Sánchez-Ostiz
Tener o no tener la fuerza no ya de tu parte, sino en tus manos, esa es la cuestión. Todo lo demás –la razón, la ley, la ética, los derechos humanos– es por completo secundario… vamos viendo.
Tiempos de tumultos, cierto, pero también de abusos policiales, represión, detenciones, maltratos, desapariciones… saqueos de arriba (preocupantes, casos aislados…) y saqueos de abajo (salvajes, intolerables…)
Las cosas claras: los tuyos son mercenarios, delincuentes comunes, los suyos son patriotas, genuinos revolucionarios, Espartacos de la mejor utopía democrática… y así vamos tirando.
Según los pensadores neolibs el de abajo debe responder a los abusos que padece con mansedumbre y predisposición al diálogo para llegar al famoso acuerdo de callar y hacer lo que se te diga a riesgo de recibir palo o garrote.
«Hay otros cauces…» Mentira, como no sea el de tragar y callar.
«Sin violencia todo es posible» Mentira, casi más perversa que la anterior.
«No nos mueve el ánimo de revancha…» No pierdas un segundo, aprieta a correr, tu cabeza peligra. Al menos en este caso son honrados: avisan.
«Pagarán su culpa los traidores…» Nunca me lo he creído, y ahora menos que nunca.