De no haber sido oficial la denuncia, no la habría creído -es más- me hubiera parecido un trascendido como muchas cosas que se dan por cuestiones políticas o de otra índole. Si no lo hubiera leído hasta me hubiera sonado a chisme, de mal gusto además. Pero la realidad superó a la imaginación: el puerto de Arica paró sus operaciones por un partido de fútbol (digno del afamado programa televisivo “Aunque Ud. no lo crea”).
El reclamo lo hizo la Administradora de Servicios Portuarios – Bolivia (ASP-B), dando cuenta que el miércoles 28 de junio de 2017 la empresa concesionaria del puerto de Arica “suspendió hoy todas las faenas desde horas 14:00 (hora boliviana) en ese terminal portuario de manera unilateral aduciendo un partido de fútbol”.
ASP-B manifestó su molestia por el desaprensivo paro, criticando que al tratarse “de un puerto de categoría internacional, multipropósito, que indica cumplir sus servicios con una política 24/7”, debido al choque futbolero Chile-Portugal echó por tierra su oferta de trabajo continuado 24 horas al día, 7 días a la semana.
La empresa estratégica estatal boliviana recordó además un reciente paro de la aduana chilena en Arica que provocó pérdidas a importadores, exportadores y transportistas bolivianos, manifestando su protesta y rechazo por el reiterado incumplimiento del Tratado de 1904, perjudicando al comercio exterior boliviano.
Creyente como soy, hace muchos años ya que decidí dejar el apasionamiento que supone ser hincha de un equipo de fútbol, habida cuenta que entendí que la alegría de unos por el triunfo implica la tristeza de otros por la derrota, además que, “pensándolo bien” -como dijo alguien a quien quiero mucho- “¿cuál es el mérito de andar corriendo detrás de un cuero, para agarrarlo a patadas?”. A propósito, nunca estuve a favor de los tiros penales, por los que un jugador pasa de héroe a villano si lo marra, al igual que cuando hace perder a su equipo por un autogol.
Algo de esto pasó con Chile y ojalá que nunca más vuelva a pasar: el vecino país ganó a Portugal pero el puerto de Arica le metió un autogol a su país por el incumplimiento con Bolivia.
¡No quiero imaginarme cuál sería el impacto para nuestro comercio exterior si Chile clasifica al Mundial de Fútbol y -peor aún- si por azares del destino llega a ganar la final! Frente a tal posibilidad mejor será prevenir que lamentar. La solución está en el Memorándum de 1904 lanzado desde Santa Cruz: mirar hacia al Atlántico y utilizar más la Hidrovía Paraguay-Paraná…