Maurizio Bagatin
Al borde de la carretera los mas ancianos cosechan los últimos rayos de sol. Ritual andino, ritual altiplánico en todas las estaciones. Inti fue el dios absoluto y su energía sigue resistiendo al tiempo. El Illimani frente a él como en un relato de Raúl Botelho Gosalvez: altiplano inmenso, cruel y majestuoso.
Cohani está a cuatro mil metros de altura, altiplano con su rareza pura del aire, quinua y papas y soledad, aquí y allá unos cholets en el desierto. ¡El bloqueo era contundente! ¿Y nadie sabía por qué, de qué están bloqueando? La flota paralizada con muchas otras flotas en el medio del altiplano, nos espera conocer otro aspecto de este páramo del mundo. El frío, el viento y el silencio, el cielo estrellado y la imaginaria oscuridad. “Un atajo, dijo el chofer de la flota, conozco un atajo, repitió”, y nos cagó a todos. Solo el altiplánico conoce su tierra, como el tuareg conoce el desierto, como el yanomani conoce la Amazonia, como el pirata conoce el mar.
El altiplano es otra dimensión del espacio y del tiempo, ahí parece que todo se paralizara y que el horizonte se vuelva infinito. La tierra es fértil, pero es desprovista de agua; el cielo es tan cerca que parece no existir una separación; los pocos colores se fusionan y la pincelada de Turner aparece de repente. El ocre, el gris, el tenue azul, colores austeros, parsimoniosos y brutales. Todo se reproduce en los tejidos, en las fiestas, a la hora del crepúsculo que concentra todas estas emociones.
Noche larga y tumultuosa. Nadie quería abandonar su posición, pero todos querían salir de ahí. El bus empantanado y sin socorro, nos lanzamos a la aventura, yo y un medico de la Llajta empezamos a calentarnos con unas palas, excavando una posible zanja de salida para el bus. Noche honda y negra, tremendamente estrellada. Vivir el altiplano en invierno, tal vez sea la mejor manera para conocerlo, a la luz de sus madrugadas feroces con el sutil y acuchillador viento, con el frío que estremece hasta las llamas y las vizcachas, y con el silencio que es el rey solo cuando el viento descansa, este maestro de orquesta incansable que dicta el ritmo, las notas y que tiene sus horas predilectas. Instrumentos que inventa el paisaje y su providencial clima.
Altiplano son novelas o cuentos de Oscar Cerruto, es la violencia en las palabras de Adolfo Costa du Rels, la lacerante brutalidad en los paisajes descritos por Porfirio Diaz Machicao. Belleza única y realismo mítico.
