“No hay cosa más agradable que resucitar después de haber sido despedazado” El Popol-Vuh (XIII)
El loco, un tema y un sujeto que estuvo presente quizá desde los albores de la humanidad, en vista de que desde la etapa primitiva del homo sapiens se prevé, que evito a lo desconocido en la oscuridad, a lo peculiar, lo singular o simplemente lo diferente, debía evitarse. Quizá sea la razón por la que la humanidad tiende a rechazar a el loco, sin entender su símbolo y significado.
Recurramos pues, a Carl Jung, que ilustraba a la fuente de la locura como a lo que habita en el inconsciente (mucho más adentro donde Sigmund Freud llegó), como un mar lleno de criaturas, o entidades de las más horrendas que asustaron al hombre primitivo, y aún en nuestros días asusta al hombre “moderno”, y por lo cual intentó (el hombre primitivo) a toda costa evitar y aún lo evita de la mano de la diosa Logicae y el dios Loki (Razon-Astucia). La solución del hombre primitivo para evitar esos grandes mares fué, a saber, la razón. Razón-MASCARA que creó la sociedad, las familias (y el estado tardíamente y como último recurso crearía los manicomios para “el gran encierro”, al estilo Foucault o Nayib Bukele) para protegerse de los grandes mares del inconsciente y sus criaturas; un loco pues, recordaría a esas aguas oscuras de las cuales escapó el hombre primitivo, o quizá ¿se lo expulsó y custodiado con una espada de fuego en su entrada?
Grandes fueron los hombres que rozaron y cortejaron a la locura, desde el padre de la lógica Aristóteles, o algunos lo MARÍA ALEJANDRA BALDERRAMA PARADA mencionaron en sus obras como es el caso Richard Wagner; y otros más, fueron fagocitados por la locura: como es el caso de Nietzsche y entre otros que la elogiaron desde lejos. Es harto y no conocido el debate de la etimología de la locura, empero su núcleo es lo anormal y lo diferente ligado a la intensidad, que bien puede recordarnos a esa oveja negra del rebaño, tan distintiva e imposible de ignorar, esa la que se descarrila de los cánones del rebaño, esa que se pierde y usualmente es devorada por una bestia, empero no muriendo como un tullido dentro del rebaño, y otras ocasiones al perderse encuentra el sendero del retorno.
El rebaño, nos obliga a tocar el tema filosófico de “la verdad”, y como diría Nietzsche está ligada al poder, y que hoy el poder reposa en la tinta de la democracia en el pueblo-rebaño, y en los hechos en las elites corporativas, con su nuevo vástago virtual que acarrea la atención del rebaño. Cabe aclarar que el poder a circundado en la historia de la mano con diferentes amantes, como por ejemplo, la monarquía tuvo su tiempo de detentar la verdad, posteriormente la iglesia, el estado (que progresivamente pierde poder) tuvo su momento de detentar el poder de la verdad, hoy los bits del mundo virtual reclama la totalidad de la verdad, a través de una elite invisible (solo de momento) que dirige la verdad o declara la falsedad, debido al Skynet moderno de los celulares, controlar al rebaño después de milenios parece no haber cambiado: vino y circo. Siendo que Nietzsche analizando genealógicamente la moral, ilustra a el águila que vuela libre por los cielos, y su voluntad de poder es volar y tener mejor visión que el resto, y caza a las ovejas, no porque sea mala o machista: es su voluntad de poder. Empero, las ovejas quedan indignadas por los actos del águila la critican desde su posición de ovejas, “eres mala, tu debes ser como nosotras, comer pasto, bebiendo agua y ser guiados por un pastor a la felicidad”; el águila rigiéndose por los murmullos del rebaño se deja convencer para vivir como una oveja más dentro del rebaño, por lo que cesan de atacarlas con los murmullos del rebaño.
Y ¿Dónde entra Nietzsche en todo esto? en el nihilismo, dado que la verdad queda en una subjetividad presa de la razón-astucia, y la moral podría ser el arma del rebaño, el loco serio el objetico perfecto para excluirlo y atacarlo con el murmullo del rebaño (o dejarle el trabajo al estado con los recintos psiquiátricos.
Volviendo pues, a cuestiones de del símbolo del loco, podríamos recurrir si se me permite a ilustrar mundanamente con un símbolo harto conocido, el loco del tarot. Y que, bajo el análisis de la simbología de Carl Jung, el loco vendría a ser como el individuo que empieza un viaje, que claramente se observa teniendo una pequeña y ligera bolsa, dando a entender su libertad, difícil de atraparlo con algo que lo ate; siendo su vestimenta de un bufón-risa, y que el bufón que estaba ligado a las cortes reales y al rey, pudiendo decir las mas grandes verdades o mentiras, que solo producían risa o producir profundas reflexiones como al rey Lear de Shakespeare, y que Jung lo califica el loco-bufón como: el sí-mismo; también vemos que está mirando perdidamente o dirigiéndose a algún lado (a ese mar lleno de criaturas de Jung), siendo su destino un precipicio, que nos recuerda a ese abismo de Nietzsche o el descenso de Morfeo al Hades; el perro que le muerde al loco vendría a representar a esas criaturas de ese mar de Jung, aludiendo a esa parte instintiva y su intensa actividad interna del individuo (descenso a ese infierno al cual resiste el loco), actuando de modo espontaneo e instintivamente; también tenemos a la barra o bastón representando el equilibrio y el contacto con la realidad donde va, así como un ciego usa su bastón para saber por dónde anda. Debiendo, por lo tanto, buscar el equilibrio, pues de lo contrario el lado oscuro de la locura la muerte – suicidio en el abismo: el loco enloquecido.
María Alejandra Balderrama Parada, nos presenta en la presente obra un tema controversial, y siempre vetado en las conversaciones grandilocuentes, y aún más escabroso, toca el tema del suicidio. Algunas culturas milenarias tomaron el suicidio como un acto ritual de honor, como es el Harakiri de la cultura japonesa, y otras la condenan como es el caso de algunas religiones. Sin embargo, como es conocido en antiguas mitologías, se desciende a los infiernos, para volver, es decir si un individuo desciende a las profundidades de ese gran mar oscuro, debe volver a la superficie individualizado (en términos estrictos que hacía referencia Carl Jung) , trayendo tras de sí lo que había perdido, y no ser parte de la maldición del enamorado Morfeo, sin el retorno de su Eurídice. Pues de lo contario el suicidio sería el lado oscuro de la locura y su destino, y si, existe un lado de luz en la locura.
J. Delfin Quispe
Director de la Revista Doxa Politica
Datos personales de la autora
María Alejandra Balderrama Parada (La Paz – Bolivia), estudió la carrera de Ciencias Políticas y Gestión Pública en la Universidad Mayor de San Andrés UMSA, fue consultora de la fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria fBDM, es también observadora internacional de la Organización de Estados Americanos OEA, tiene publicaciones de distintos temas en medios de prensa nacionales e internacionales.
Investigadora social y gestora cultural, presentó su primer libro “Cuentos que no son cuento” con temática de terror y suspenso, en la XXVll Feria Internacional del Libro en La Paz (Bolivia) 2023, siendo el segundo libro más vendido de esta feria y terminando su primera edición antes de la conclusión de la misma.
Fue invitada a participar de ponente en distintos programas académicos de literatura y arte, fundó junto a jóvenes gestores culturales el Movimiento Cultural “Averno”, es fundadora y directora del Boletín Literario “Vizcacha Literaria”, apasionada del cuento costumbrista y de la mística de la cultura boliviana.
Primera Mención de Honor, en el concurso “Recovecos Femeninos” Cuentos de Terror 2024.
Primer Lugar del concurso de Microcuentos de la Revista Poetas de Plata Fresnillo, Zacatecas (México).
Participó de la XXV Feria Internacional del Libro de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) 2024, con su primera novela corta “Perturbada”, libro que llegó a ser el más vendido de esta Feria.
