En una ceremonia solemne celebrada en el hall del Palacio Quemado, el presidente Rodrigo Paz Pereira posesionó este domingo a los 14 ministros que conforman su primer gabinete. El acto marca el inicio formal de una gestión que promete reformas profundas, eficiencia institucional y apertura internacional, en medio de una severa crisis económica y una ciudadanía expectante.
El presidente, visiblemente firme y enfático, abrió el acto con un mensaje directo: “Este no es un gobierno de horarios. Aquí se trabaja 24/7, con el corazón, con la cabeza y con los pies en la tierra. Bolivia no puede esperar”. Con estas palabras, dejó en claro que su administración no tolerará la improvisación ni la burocracia ineficiente. El país, dijo, necesita un gobierno que actúe con urgencia, responsabilidad y visión.
El gabinete ministerial de Paz se caracteriza por su perfil técnico, su diversidad regional y su experiencia en organismos internacionales, empresas privadas y gestión pública. La reducción de ministerios de 17 a 12 responde a una estrategia de eficiencia institucional y austeridad fiscal. “No se trata de tener más cargos, sino de tener más resultados”, afirmó el mandatario.
Una de las decisiones más significativas de esta reestructuración fue la eliminación del Ministerio de Medio Ambiente y Agua. Las funciones de esta cartera serán redistribuidas entre los ministerios de Planificación, Desarrollo Productivo y Obras Públicas, en un intento por integrar la gestión ambiental en políticas transversales y evitar duplicidades administrativas. Esta medida ha generado debate entre sectores ambientalistas, que exigen garantías de continuidad en la protección de recursos naturales y acceso al agua potable.
Entre los ministros posesionados destacan economistas, diplomáticos, empresarios, académicos y profesionales con formación en dferentes universidades como Georgetown, Notre Dame y la Universidad Católica Boliviana. Muchos de ellos han trabajado en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la CAF y otras entidades multilaterales.
José Gabriel Espinoza Yáñez, Ministro de Economía y Finanzas Públicas (La Paz): Economista con trayectoria en el Banco Central de Bolivia y la Confederación de Empresarios Privados. Especialista en regulación y economía digital.
Fernando Hugo Aramayo, Ministro de Relaciones Exteriores: Economista con maestría en Gestión de Políticas Públicas. Coordinador del PNUD en Bolivia, con experiencia en cooperación internacional en América, África y Medio Oriente.
Mauricio Medinacelli Monrroy, Ministro de Hidrocarburos y Minería (Tarija): Economista con maestría en Georgetown y doctorado en Colombia. Exministro y consultor internacional en política energética.
Marco Antonio Oviedo Huerta, Ministro de Gobierno (La Paz): Abogado con trayectoria política desde el MIR. Figura clave en la campaña presidencial y asesor de confianza del expresidente Jaime Paz Zamora.
Beatriz García, Ministra de Educación: Economista con formación en Notre Dame y Georgetown. Directora de i3impactosocial, enfocada en innovación pedagógica y empoderamiento económico.
Raúl Marcelo Gamarra, Ministro de Defensa: Abogado cochabambino, vinculado a la defensa nacional y los derechos humanos. Su perfil está en consolidación pública.
José Luis Lupo Flores, Ministro de la Presidencia (Santa Cruz): Economista nacido en Vallegrande, con experiencia en el BID, la CAF y cinco gestiones democráticas. Tiene 63 años.
Óscar Mario Justiniano, Ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural (Santa Cruz): Empresario agroindustrial, expresidente de la CAO y de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz.
Fernando Romero Pinto, Ministro de Planificación del Desarrollo (Santa Cruz): Productor agropecuario y expresidente de ANAPO. Experto en desarrollo territorial y agroindustria.
Alejandro Vidovich, Ministro de Justicia: Abogado, escritor y docente universitario. Autor de libros sobre derecho constitucional y procesal penal. Nacido en Sucre, radicado en Santa Cruz.
Cinthya Martha Yáñez Eid, Ministra de Cultura, Turismo y Deportes: Exviceministra de Turismo en 2003. Vinculada al sector hotelero y a programas de emprendimiento cultural.
Edgar Valdez, Ministro de Trabajo y Previsión Social (Cochabamba): Médico y activista en salud pública. Fundador del Instituto de Desarrollo Humano, con trayectoria en derechos laborales.
El nuevo gabinete deberá enfrentar una agenda crítica desde el primer día. Bolivia atraviesa una crisis económica marcada por la escasez de dólares, reservas internacionales en mínimos históricos, inflación creciente y un déficit fiscal acumulado. A esto se suma la necesidad de renegociar contratos energéticos con Brasil y Argentina, reestructurar la deuda externa y restablecer la confianza de los mercados.
En el plano institucional, el gobierno ha prometido una reforma profunda del sistema judicial, la modernización del Estado y la despolitización de las instituciones. “No venimos a destruir, venimos a construir sobre lo que se hizo bien y corregir lo que se hizo mal”, dijo Paz, en un gesto de reconciliación política.
La posesión del gabinete se produce un día después de la investidura presidencial, que contó con la presencia de líderes regionales como Gabriel Boric (Chile), Javier Milei (Argentina), Daniel Noboa (Ecuador), Santiago Peña (Paraguay) y Yamandú Orsi (Uruguay), así como delegaciones de Estados Unidos y la Unión Europea. La presencia internacional fue interpretada como una señal de respaldo al nuevo rumbo diplomático del país.
“Bolivia vuelve al mundo”, reiteró Paz. “Se acabó el aislamiento ideológico. Vamos a abrirnos al diálogo, a la inversión, a la cooperación. Pero lo haremos con dignidad y con reglas claras”.
En redes sociales, el presidente agradeció a los ministros por aceptar el reto de gobernar en tiempos difíciles. “Bolivia necesita servidores públicos que no duerman si el país está en crisis. Este gabinete está listo para trabajar día y noche por el bien común”, escribió.
El vicepresidente Edmand Lara también envió un mensaje contundente: “De aquí en adelante viene una nueva batalla: la de cumplir lo que hemos prometido. Yo no me olvido”.
Con este equipo, Bolivia inicia una nueva etapa de gestión pública, marcada por el profesionalismo, la apertura internacional y el desafío de reconstruir la confianza ciudadana. El reloj ya corre, y el mandato es claro: trabajar sin descanso para transformar el país.