Instrucciones para volar
Paola Tena – México
Mi madre me enseñó a usar las alas. La fuerza para desplegarlas, el empuje que inicia el vuelo, el método para elevarse sin miedo. El día señalado abrió la puerta de la jaula, y dando sus últimas instrucciones me lanzó en un impulso final. Quizá para que no la viera llorar en nuestra despedida se dio la vuelta, y la miré de espaldas.
Sus alas estaban rotas.
Enamorada
Calixta Choque Churata – Bolivia
Cuando veía marcharse sentía algo profundo que se desprendía de mí, cuando dejaba de contestar las llamadas suponía que estaba al lado de ella. Entonces la desolación parecía haberse enraizado para siempre, había pasado las estaciones y los años hasta que finalmente lo traduje la trama.
Prueba de amor
Armando Alanís – México
Había un solo paracaídas. Se amaban tanto, que cada uno quería sacrificarse por el otro. Mientras lo discutían, la avioneta se estrelló.
Bucle eterno
Maria Elena Lorenzin – Argentina
Una vez más, llega el abrazo enternecedor que borra en un instante los momentos más difíciles. Y luego, el beso de reconciliación. Siempre ocurre lo mismo. ¿Mala memoria o incapacidad para enfrentarlo? La clásica escena en blanco y negro. Nada ha cambiado ni cambiará. Lo peor es que ella lo sabe. Es su destino de víctima.
Disciplina
Carmen Nani – Argentina
Parados uno al lado del otro esperábamos la inspección del director que, con las manos en la espalda, apretaba la regla. Éramos diez. El más grande cargaba su peso primero sobre una pierna después sobre la otra. Imposible quedarse quieto. Lo seguían los mellizos que transpiraban a dúo como si las gotas de sudor pudieran hacer resbalar el regletazo. Los más chicos lloraban mientras intentaban en vano limpiarse las manos restregándoselas. Todos temblaban, pero ninguno mojó los pantalones como yo que era el último y tenía los brazos arañados y las uñas manchadas de sangre.