Sí, es el título que mejor se puede representar a lo vivido en días pasados en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). La brutalidad, el salvajismo, la imbecilidad, los insultos y la ignorancia fueron factores que primaron en el primer p(j)oder del Estado antes que la razón, el diálogo, el acuerdo, la negociación para resolver los problemas coyunturales que afectan al país.
La ALP se convirtió en un antro o boliche de mala muerte, donde prima lo más bajo que puede existir en el ahora mal llamado “templo de la democracia”. Parecía verse que ahí adentro estaban una punta de borrachos y prostitutas bajo un elevado grado alcohólico que hicieron trifulca hasta el punto de malograr los bienes muebles que tanta plata costó al pueblo boliviano para la construcción de dicho bien inmueble.
Este movimiento al salvajismo que se vio en días pasados en la ALP, hace quedar tan mal al país a nivel internacional que nos hacen ver a los bolivianos como si la violencia estuviera de manera innata en nuestras venas. No por algo Alcides Arguedas al escribir su ensayo en 1909 de Pueblo Enfermo, hace una especie de radiografía de la sociedad boliviana, que parece seguir vigente, como por ejemplo el Racismo: desentendimiento cultural entre aymaras, quechuas, cholos (mestizos) y blancos.
A tan bajo nivel llegó la ALP que una mayoría de sus diputados/as demostraron también un bajísimo nivel de formación académica educativa. Ese “cholo” proceder deja mucha que desear. Esos mal llamados padres/madres de la patria o falsos honorables están dejando un mal ejemplo sobre la democracia para la niñez y juventud que seguramente ya se hicieron una idea de que en dicho régimen de gobierno todo se resuelve a gritos, puñetes, jalones de cabellos, escupitajos, empujones entre otros actos de violencia.
No puede ser que se pague tanto dinero en ese tipo de representantes legislativos. No se los ha elegido para que cada vez nos muestren esas acciones beligerantes que ya dan asco ver como si la ALP fuera un kilombo de un barrio de lo más bajo. Es hora de que también se debe reducir el número de diputados y senadores para la baja población que tenemos y que aproximadamente debemos llegar a unos 14 millones de habitantes en todo el país.
Salvo contadas excepciones la mayoría de senadores y diputados no dan la talla al cargo. Esa gran mayoría simplemente pertenece al Movimiento al Socialismo (MAS) en sus dos versiones arcistas y evistas. Qué manera de actuar legislativamente a lo bestia y a lo bruto, valiéndose del ya desgastado discurso de ser indígenas, originarios campesinos, pueden hacer lo que les da la gana en todo momento y lugar.
Este tipo de padres y madres de la patria, no necesita el país. Da la impresión de que la ALP estaría copado de pandillas y mafias organizadas. Lo más triste que todo lo que se ve en las instalaciones del primer p(j)oder del Estado, se ve reflejado en las calles de nuestras ciudades como asaltos, robos, peleas callejeras, borrachos/as a cualquier hora del día, nadie cumple las normas de tránsito (ni peatones ni conductores), personas que hacen sus necesidades biológicas a plena luz del día en cualquier vía pública en fin es como para decir…Dios mío qué tipo de población nos has dado!!!
Todo anda mal en este país. Así no podemos seguir. Nos estamos yendo al abismo sin que después nadie nos pueda salvar. Todo es un chequero; los valores jurídicos, morales y del trato social están degenerados. Donde sobresale esa mala costumbre de la viveza criolla que está inscrita en la actual Constitución Política del Estado como es el ama qhilla (no seas flojo), el ama llulla (no seas mentiroso) y el ama suwa (no seas ladrón). Sin duda que vivimos en el reino del revés.
Lo sucedido en los últimos días en la ALP, para consuelo de los/as actuales diputados/as, no es la primera vez que pasa, también se vieron este tipo de hechos muy violentos en legislaturas pasadas y que también se esta viendo en las organizaciones sindicales afines al partido de gobierno, los llamados “movimientos sociales”, los cuales en sus asambleas “orgánicas”, todo lo están resolviendo a plan de estallido de peleas y silletazos en reemplazo del diálogo civilizado. Eso sin duda que también es un movimiento al salvajismo.