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Entrevista a Homero Carvalho Oliva

2023 ha sido un buen año para el escritor boliviano Homero Carvalho, en enero fue invitado a Brasil, por la Universidad Federal de Sergipe; en marzo obtuvo, en Bolivia, el Premio Eduardo Abaroa en Microficción; en abril participó en el Festival Internacional Poetas del Mar Interior de América, realizado en Santiago de Chile; en julio ganó el Premio de Novela Jesús Lara 2023 en su país, en septiembre recibió el homenaje de la universidad UTEPSA y en octubre participó en Medellín y Ciudad Bello, de Colombia, en las Jornadas Internacionales de Literatura Andrés Bello.

Sabemos que ha ganado premios en cuento, novela, poesía y microrrelato, así que nuestra primera pregunta es si prefiere alguno de esos géneros en especial.  Eres uno de los pocos escritores contemporáneos que escribes cuento, novela, poesía y ensayo, ¿cómo logras pasar de un género a otro?

HC: Mis motivaciones son diferentes en cada género, una novela puede surgir de un hecho histórico o de una noticia periodística; un cuento puede emerger de un sueño, de observar a alguien en un parque o de un recuerdo de la infancia; la poesía surge como respuesta a los interrogantes que me hace la filosofía; desde hace algunos años ando recorriendo el camino interior que es el más largo y difícil de los caminos, la poesía me ilumina en el trayecto. Disfruto de todos los géneros y cada uno tiene su espacio y su tiempo. En la narrativa se manifiesta el universo exterior y en la poesía el universo interior. Para mí la poesía es Diosa y nos hace suyos en el poema, somos sus personajes a diferencia de la narrativa en la que los escritores creamos los personajes. He tenido la suerte, que es otro de los nombres de Dios, de ganar muchos premios en los tres géneros y de que críticos y escritores de muchos países se hayan ocupado de mi obra. Hasta la fecha me han publicado 17 libros fuera de Bolivia.

¿Cuándo y cómo se fue definiendo su vocación intelectual? ¿Hay un momento en que descubre que quiere escribir?

HC. – Cuando estuve exiliado en México, año 1980, gané el Premio latinoamericano de cuento y eso me hizo ilusionar, al retornar a Bolivia en el año 1981ya tenía muy claro que quería ser escritor. En Bolivia no quise continuar con mis estudios porque algo se había quebrado en mi interior para dar lugar al nacimiento de otro ser, México y el premio me cambiaron para siempre. En la Paz, no seguí estudiando y me dediqué a cierta desenfrenada bohemia literaria con grupos de escritores que creían que el alcohol y la droga era medios para la iluminación. Durante muchos años estuve confundido con ellos y luego me fui separando porque me casé y tuve buenos trabajos en el sector público.

¿Qué nos puedes comentar de la literatura boliviana?

HC: Soy de los que cree en la literatura boliviana, creo que siempre hemos tenido escritores y poetas de gran calidad literaria. He leído a todos los clásicos nacionales y vuelvo con frecuencia a algunos de ellos. Nuca he dejado de leer literatura boliviana, intento a estar al día con los autores, labor cada vez más difícil porque en Bolivia se publica mucho. Me parece interesante porque es una literatura de calidad, novedosa, osada y de exportación.

¿Qué autores han influido directamente en tu estilo y forma de escribir?

HC: Soy de la generación que creció leyendo al Boom latinoamericano. En el cuento me considero hijo ilegítimo de Antón Chejov, Guy de Maupassant, Edgar Allan Poe, Augusto Céspedes, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez; en la novela soy un río tributario de Miguel de Cervantes, Mario Vargas Llosa, Peter Handke, William Faulkner, Antonio Tabucchi y Juan Rulfo, por supuesto. En la poesía hay varios poetas que me ayudaron a encontrar mi propia voz: Walt Whitman, Pablo Neruda, Alejandra Pizarnik y Óscar Cerruto. Y, por supuesto, otros que tal vez ni imagino, pero que tienen su altar en la ingratitud de mi frágil memoria; incluso los que no he leído que son parte de la literatura nacional y universal, porque la literatura es todo eso.   

¿Qué es para usted la poesía y qué lugar ocupa la literatura en su vida?

HC: La poesía es un lugar imaginario, con imágenes verdaderas, es algo que sucede cuando Dios y el Diablo se descuidan y nos dejan ser humanos, solitarios y abandonados ante el cosmos. Para mí es escribir poesía es hacerle el amor al lenguaje; la poesía seduce a los fantasmas de las palabras y los revela en una indiscreta epifanía. Cuando escribo poesía sucede que, si escribo Río, me llueven peces. La poesía es el viaje, nunca el destino, porque es conocimiento y el conocimiento es infinito, por eso cada poema escrito es un verso en libro de los días que se viene escribiendo desde la creación de los mundos

¿Cómo nació tu pasión por el microrrelato?

HC: En el exilio en México, el año 1980, descubrí la revista “El Cuento” dirigida por Edmundo Valadés que traía extraordinarios cuentos y en el litoral de la página publicaba textos que narraban historias en pocas palabras, para mí fue una revelación. A partir de allí las historias que no podía escribir como cuentos intentaba narrarlas en pocas palabras y descubrí que podía contar grandes historias en un par de líneas o máximo una página; aprendí a condesar la historia, sacando todo el ripio, eliminando nombres de los personajes o circunstancias innecesarias y a jugar con la ambigüedad semántica de algunas palabras y a enfrentar al lector con la intertextualidad. 

Sabemos que la Antología de la poesía boliviana que hizo para editorial Visor de España, tuvo mucha repercusión internacional

HC: Quiero creer que así fue, por muchas razones: la primera porque fue una invitación de Editorial Visor, de España, la editorial de poesía hispánica más importante de Iberoamérica; la segunda la explica el poeta y traductor Italiano Emilio Coco en el prólogo a su antología de poesía boliviana Il paese degli specchi. Antologia della poesia boliviana d’oggi (“El país de los espejos, Antología de la poesía boliviana de hoy), en esa introducción titulada “La poesía boliviana, todo un mundo por descubrir”, Coco se pregunta “¿Cuánto sabemos de la literatura boliviana? Casi nada”,  y luego se responde: “Finalmente la poesía boliviana gana mayor visibilidad en nuestro continente gracias a la antología de Homero Carvalho, titulada La poesía del siglo XX en Bolivia, publicada en 2015 por la editorial española Visor, insertada en la serie «La Estafeta del Viento», que nació con el propósito de divulgar, a través de una serie de selecciones atendidas por expertos del tema de la poesía latinoamericana, en toda su diversidad y vitalidad, poco conocida incluso, en su madre España”.

La tercera razón la explica el literato boliviano Jorge Isury Cruz: “Solo faltaba Bolivia en la lista de los países del cono sur que forman la colección Visor de Poesía. (…)  500 páginas de poesía para conocer poemas y poetas bolivianos, a la altura de las circunstancias, convirtiéndose en la primera antología de este tipo que se publica en el extranjero sobre Bolivia, y en una herramienta para difundir tan inmensa obra poética”. Esta antología ha abierto puertas a la poesía boliviana y a los poetas nacionales y me siento orgulloso de que así haya sido.

El año 2016 estuviste en Quito, cuéntanos

HC: Tuve el honor de ser invitado a la novena edición Festival Internacional de poetas Poesía en Paralelo cero, que organiza la editorial “El Ángel Editor” con la ayuda de diversas entidades culturales: En esa ocasión, además de leer poemas junto a otros poetas de varios países, presenté un poemario publicado por la Editorial del poeta Xavier Oquendo y dirigí un taller de literatura en la librería Rayuela, de Quito. Quiero agregar que también escribí el prólogo Antología de Poesía de Ecuador,Antiguas palabras andantes, Poesía de los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador, que me pidió escribiera Yana Lucila Lema[1], poeta ecuatoriana que realizó la compilación. El libro en edición bilingüe, kichwa tsafiqui, shuar y español, está impreso en una hermosa edición.

Para cerrar esta entrevista, desde la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, que es la ciudad boliviana en la que reside Carvalho escribió: “La palabra me ha salvado de la muerte propia, mostrándome el camino de la escritura, y a la palabra le debo el haber conocido el mundo. Mi destino ha sido el de mis palabras. Con los años he aprendido a reconocer que la voz interior que me acompaña desde mi niñez, cuando la creía un amigo imaginario, lo hará para siempre, y ella me ha enseñado a verbalizar el sustantivo esencia para “esencializar” la palabra”.

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[1] Otavalo, Ecuador (1974). Comunicadora social, videasta, traductora, gestora cultural, poeta y narradora kichwa

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