Tocan otra vez
Juan Martínez Reyes
Otra vez han tocado la puerta a las tres de la madrugada. He vuelto a sentir el pavor recorriéndome y el silencio anundándose en mi garganta. Escucho un suspiro y el golpe incesante de un pie contra el piso. No sé qué hacer. Si abro, él estará ahí. Lo sé, porque hace mucho tiempo que viene a esta hora a buscarme. Creo que mi abuelo, aún no puede entender, que ya está no pertenece a este mundo.
La casa abandonada
Luis Capa Alegre
Llegamos a la casa sin saber que nos pasaría. Uno de mis primos entró primero y nos dijo que no había nadie, lo seguimos sin miedo. Carlos, mi otro primo subió al segundo piso y nosotros fuimos detrás de él. En ese instante, las puertas se abrían y cerraban, las luces se prendían y se apagaban. El miedo nos recorrió el cuerpo y corrimos. En el trayecto, vimos una extraña figura tendida en el piso. Carlos se tropezó, José y yo logramos salir. Carlos se quedó adentro y cuando íbamos a ayudarlo, se cerró la puerta y nunca más supimos nada de él.
Desde entonces, en las noches escuchamos su voz que nos pide auxilio, como hoy, que estamos aquí en nuestra casa y sentimos una extraña presencia vigilándonos.
Monstruo
Sheyla Luna Quiñones
En la penumbra sientes una presencia en tu habitación. Te despiertas y enciendes la lámpara. Al no ver nada malo, la apagas. En ese instante, alguien jala tu frazada, te arrastra debajo de la cama y tus gritos se ahogan en la oscuridad.
Después, el monstruo sale de la recámara. Camina por la cocina con las manos manchadas de sangre, con dirección al bosque, arrastrando tu cuerpo.