Blog Post

News > Etcétera > Lilian Elphick: su magisterio

Lilian Elphick: su magisterio

Amalia Cordero / Cuba

La literatura es siempre una expedición a la verdad.   
Frank Kafka

    En las noches los conflictos pendientes del día bullen detrás de los ojos.  Absorben las horas de sueño mientras nos pasa delante un arsenal de palabras tratando de hilvanar ideas. Así me he sentido desde que decidí escribir las  impresiones sobre la obra de una gran escritora y sencilla persona como Lilian Elphick, natural de Santiago de Chile. Me enlazan a esas raíces, su historia que admiro, Neruda con su vida y su poesía, la geografía vigorosa  al pie de los Andes, los desiertos, las salitreras y el calor de su pueblo que brota desde el lecho de las nieves del sur y aunque muy distante de ella, allí se ha asentado Damarys Calderón Campos, una insigne poeta de esta ciudad donde vivo. Entonces esta circunstancia facilita pensar que no estamos tan lejos.

    Quizás por las distancias que impone la ubicación de los pueblos alrededor del mundo, por las limitaciones en lo que a difusión de las obras literarias se refiere, o por mi fatalismo geográfico de vivir en una pequeña ciudad, alejada de la capital, nunca he tenido en mis manos alguno de sus libros impresos. Así corro en pos del  horizonte en el conocimiento de su obra que, como horizonte, siempre camina adelante. Hija de la segunda mitad del Siglo XX, muy pronto demostró su talento literario avalado con una mirada escudriñadora al entorno y a la personalidad humana desde diferentes aristas. Corría 1990 cuando su nombre se consagra en el mundo al ganar un concurso en Francia. Ha  sido traducida  al francés y el italiano y ha participado en la organización y desarrollo de congresos  y  como antologadora de libros. Ha dirigido talleres literarios donde ha moldeado jóvenes talentos con sus precisiones.

  Mi llegada a la puerta que abren las redes sociales,  facilitó que la conociera y  pudiera leerla a influjos del aura de su magisterio. Cada mañana, como en la época de estudiante, me asomo  a su clase para comulgar con la hostia  de su literatura. Ahí está la profesora con un nuevo texto, suyo o de los grandes escritores, o con la inmediatez de una respuesta ante la incógnita de uno  de sus alumnos virtuales. Su escritura fluye como las  aguas de un río, mansa por momentos aunque por debajo, junto al fondo, las corrientes de pensamientos, con ideas novedosas se apresuran a desembocar y como bien escribe: ‘’—he tenido que ir construyendo metáforas  para no terminar en la imposición lingüística.’’ La habilidad en la escritura breve la consagra en la condensación de sus pensamientos y sentimientos. No faltan palabras, tampoco sobran. En estos apuntes no podría dejar de mencionar a su Elegida. Transgresora en la etapa en que la escribió es un cuento con rango de academia. Como Sherezada nos involucra sutilmente de una historia en otra logrando una limpia caja china. Nos muda en el espacio y el tiempo para atraparnos con un dato escondido de la buena literatura en la que el lector se elabora sus ideas al respecto, de acuerdo a la profundidad con que realice la lectura. Hube de repetir la lectura, pero volveré por él, porque según Kafka: ‘’—La literatura es una expedición a la verdad.’’

     Según Diego Muñoz Valenzuela: ‘’—En sus cuentos predomina una visión femenina del mundo, afortunadamente múltiple y heterodoxa mostrando caras del mismo universo, estilo matizado con diálogos.’’  Muchas mujeres  y sus historias de vida habitan en su muro donde se evidencia la lucha contra la desigualdad por género. Sobre el suceso de la Segunda Guerra Mundial, en su literatura está presente el pensamiento de condena y de dolor. Trae escritoras, artistas o mujeres sufridas como protagonistas de suicidios y castigos que nos han llamado a repudiar los procederes que las hicieron padecer. Destaca el  sentimiento de empatía con ellas al conocer más de sus vidas y de sus fortalezas, por las que han trascendido al ataque del tiempo.  Y la escritora no quiere que olvidemos. Cada una es el rostro que condena las injusticias y desigualdades y  abren un

abanico de esperanza con sus palabras. Nos ha traído, entre otras, a Virginia Woolf, Simone de Beauvoir, Dora Diamont, Milena, Sylvia Plath, Ana Frank. Además que se convierten en motivos de inspiración para escribir sobre ellas. De esos rayos de luz que surcan el espacio,  de su talento y dedicación,  llega su escritura poética que destila belleza  al dibujar la muerte, en ese instante cuando, con miradas simples, solo veríamos  tristeza o el fin de todo:  ‘’—El silencio apareció cuando gozaba de mi cráneo. Era la acción rápida del espejo que me devolvió la trenza para guardarla en el cofre y olvidar el pasado para siempre. El pañuelo formó parte de mi futuro de mi porvenir.’’

    A la vez deja su sentencia: ‘’—Ya caminé por mi época  convulsa, ya vi la guerra  y el hambre con boca de amapola.Te vi desnudo, dispuesto a amar palabra por palabra.’’ Y como una lápida acuña:’’ —Ya escribí, ya vine.’’

 La reciente oferta de Tigres para Juan, es una compilación internacional como homenaje al escritor Juan A. Epple; un libro ilustrado que lo hace atractivo, además por la calidad de las obras de destacados escritores.  En los ciento cuarenta y un microrrelatos, los tigres son protagonistas y de alguna manera intervinieron en historias cotidianos a las que nos enfrentamos. Desde marzo del 2022 he seguido a Lilian en este hermoso proyecto. Con la filosofía de El Principito, fue muy ‘’paciente.’’ A brochazos nos fue publicando cada instante de aquel embarazo que fue organizar una antología desde la convocatoria hasta la publicación. Entonces convertí en rito, aquello de esperar la publicación diaria,como quien aguarda el alumbramiento de un hijo. Así,  me “domesticó.’’ Cuando al fin se publicó, ya lo amaba. Sentí que ella entregaba un homenaje a Kafka  en la certeza de, que el mensaje de su obra ha sido recogido por otras generaciones y que Juan A. Epple, no será un Gregorio Samsa: lección para aprender.  

 Mi decisión de escribir sobre Lilian me proporcionó ampliar conocimientos sobre la obra de Kafka, quien me llegó más vivo, a través de sus escritos: ‘’—No te has ido aún, ahora que estamos fuera de tiempo. No te irás nunca porque mi amor te sostiene en el andamio de mis palabras: Kafka se me apreció en sueños. A veces reía; otras era el monstruoso insecto que acicalaba mis pestañas con sus patas.’’ —Pero ante su tumba observa: ‘’—Antes, algunos escarabajos de color naranjo y negro caminaban sobre la lápida de la familia Kafka. […] Gregorio estaba ahí, de cuerpo presente, bello y huidizo,. Varios Gregorios se asoleaban en ese terreno sagrado. Corrí a ver otras tumbas. Nada. Solo mariposas y hormigas.’’

    Pero Kafka debe apartarse un momento de su vida porque los sueños nos llevan y nos traen. En ese instante de inflexión aparece un nieto que en la nube de su ternura la devuelve a la infancia. […] me ayuda a no desintegrarme en el intento y me rodea con sus brazos tibios. Vamos, me advierte, todo es un juego, no lo olvides. Y yo soy obediente.

 Solo un espíritu ávido, que se alimenta de la belleza y la ternura, puede vivir una aventura al maravillarse ante lo sencillo de una flor silvestre que ha florecido cincuenta años después de decretarla extinta, para dar fe  de que todo lleva su tiempo, como el bambú, que hasta que no afianza sus raíces, no crece sobre la tierra. En el color único de los pétalos de esa flor ha aflorado la madre bióloga. Siente que ella también se admiraría. Igual, hace una fiesta de luces cuando su San Pedro  florece en mayo después de pedirle un favor: ‘’…entonces le es suficiente para ser feliz, solo mirarla.’’ En esos detalles radica el misterio de la espiritualidad que la conecta con sus seres cercanos para los que el homenaje está en el cuidado de las plantas con amor y ella lo hace, con el mismo que entrega a su literatura: ‘’El mundo se cae a pedazos y ellas florecen: Una se llama Alejandra y la otra Pizarnik.’’ De esas raíces le llega  el arte de dominar las propiedades curativas de lo natural, que es sabiduría de los ancestros; el legado que nos han dejado.

    Sin dejar de recrear escenas de la vida posmoderna que coinciden con sucesos actuales y, de los que no se vislumbra la solución para que disminuyan, posa su mano sobre el recuerdo de Salvador Allende, la sucesión de escenas de la vida doméstica durante la Pandemia de donde leo su necesidad de escribir de todos los temas humanos, para que los individuos se queden con ellos apretados en su pecho. Entonces asume ser promotora cultural que lleva de la mano la divulgación de las obras  de importantes escritores y de contenidos académicos como: El microrrelato hispánico y la familia de géneros narrativos, donde  hace un recorrido, por más de medio siglo, del curso de  este género por el mundo, para fundamentarlo. Expone sus criterios: ‘’—en esta época de vacunas, los que nos dedicamos al estudio del microrrelato y, sobre todo, los partidarios de la minificción debiéramos inmunizarnos contra las certezas absolutas. […] El microrrelato existe al margen del comercio […] y ha sido cultivado por grandes escritores que han dado piezas de indudable calidad literaria, y por ellas debería juzgarse al género.

    Me ha resultado interesante la asiduidad en su obra al  género de las cartas que imprime intimidad a la lectura: ‘’—Las cartas son como golondrinas que vuelan sin cooordenadas. Van y vienen como tú, en la periferia de la historia, atravesando sonrisas y espadas.’’

    Son además muy valiosos sus ensayos y citas. El entenado refiere la política del genocidio durante la conquista y las injusticias y diferencias sociales no resueltas durante siglos y que se manifiestan día a día, como aparece en el libro: ‘’—Entonces una vez más la historia se cuenta oblicuamente. El estado propicia el olvido; el escritor da cuenta de ese olvido, utilizando la primera historia genocida del descubrimiento y la conquista. […] si se pierde la memoria histórica se pierde el sentido social.’’ Define así, Lilian, su posición como ciudadana, como escritora, en el certero cierre de su ensayo: ‘’—¿Dónde está la realidad del entenado? No hay realidad para él, es pura memoria alambrada; no ha salido del sueño, el delirio o alucinación, metáfora de la problemática de la identidad en América Latina, condenada a otros cien años de soledad.’’

—Parafraseo a Lilian: ‘’Ya escribí.’’ Ahora solo queda… —que yo reanude de nuevo el viaje tras su obra, que continuará  llevándome rumbo al horizonte.

error

Te gusta lo que ves?, suscribete a nuestras redes para mantenerte siempre informado

YouTube
Instagram
WhatsApp
Verificado por MonsterInsights