El ejercicio de la Comunicación Social como actividad profesional antecede a su existencia en otros campos de estudio. Por ello, los estudios sobre la comunicación se remontan a tres características: interdisciplinariedad, transdisciplinariedad y aplicaciones tecnológicas, de ahí su compresión holística.
Las universidades nacionales (UMSS, UNIVALLE, UCB, UPB, UCATEC) que ofertan la Carrera de Comunicación plantean como áreas de formación:
- Marketing y publicidad
- Comunicación organizacional y corporativa
- Productoras audiovisuales, multimedia y cine
- Comunicación y periodismo en sus distintos formatos
- Comunicación para el desarrollo
En función a estas áreas de formación, se determina el perfil de un profesional en Comunicación Social como un sujeto que:
- Investiga y da respuestas científicas a necesidades del problema de su entorno.
- Planifica, gestiona, administra y evalúa los procesos comunicacionales, utilizando herramientas digitales en el desarrollo de las organizaciones.
- Formula estrategias de diseño, ejecución y asesoría en comunicación corporativa.
- Produce contenidos multimedia de alta calidad en todos los formatos.
- Interpreta los acontecimientos sociales, combinado la teoría con la práctica.
- Describe e interpreta la realidad desde perspectivas interdisciplinarias y holísticas.
- Gestiona ambientes culturales, con responsabilidad sobre procesos de significación y resignificación.
En efecto, la “Carrera de Comunicación Social provee una formación académica integral que abarca no solo muchos campos del saber, sino también instruye en diferentes metodologías para la comunicación efectiva” (UCATEC).
Ciertamente, durante el proceso de formación se abordan contenidos referidos a cada área, según el perfil profesional. Entonces, el Comunicador Social tendría que desempeñar sus funciones, especializándose en algún área de su preferencia, pues, tampoco se puede ser un “todólogo”, es decir, hacer todo. Aunque en la práctica, no de forma generalizada, el profesional en comunicación es concebido como un personal multi-task. Ello supone contar con habilidades y capacidades para realizar múltiples tareas de forma rápida y eficiente. Aunque la ciencia nos explica que el cerebro no permite realizar varias cosas a la vez, sino centrarse en una tarea cada vez, al margen de lo rápido que cambie de ocupación.
Efectivamente, “el más grande desafíoe para el Sistema Universitario boliviano será el de reorganizar conceptos, perfiles académicos e infraestructuras y adaptarlos al nuevo tiempo”. Más aún, si en la realidad actual, luego de la pandemia, las Carreras de mayor demanda son “las del área de salud como: Medicina, Enfermería, Instrumentación Quirúrgica y Bioquímica” (Silva y Gutiérrez citadas en Los Tiempos).
No obstante, esta claro que “la tecnología puede ayudar a los profesores y las escuelas a preparar a la generación del 2030 para una vida personal y profesional exitosa” (Holzapfel, 2020) muy indistinto de la profesión que cada uno pueda elegir.
En suma, el profesional en Comunicación Social debe especializarse en algún área de su formación y comprometerse al 100% para convertirse en experto. “Mientras más especialista eres, menos competencia tienes, por tanto, te hace más indispensable laboralmente. Así, no buscas trabajo, el trabajo te busca” (Bellot), podría ser momento de renunciar a una conducta multi-task. Pero, la realidad del mercado laboral no permite dedicarse solo a una especialidad (como podría serlo en el área de salud), se necesita profesionales con perfiles interdisciplinarios, eso necesariamente empuja a ser multitasking y, con un poco de apoyo de las tecnologías digitales como Youtube, Google y otros, se puede, pero no es lo ideal.