Márcia Batista Ramos
La narrativa en Bolivia, en estos primeros 20 años del nuevo siglo, gracias a la eclosión de las redes sociales y medios digitales, desarticula las estructuras literarias conocidas anteriormente: con la existencia de FILTROS (como: obtener ciertos premios; ser comentados por ciertas personalidades y otros), para determinar que sólo unos cuantos autores podían ser contextualizados dentro de la LITERATURA nacional.
Hoy en día, las nuevas generaciones de escritores y lectores han crecido; gracias al incremento de la información disponible; cientos de autores bolivianos se pelean por la atención del LECTOR VIRTUAL, publican en miles de páginas y crean sus propios campos literarios. Es la auto publicación acompañando la era digital y ampliando el horizonte del MUNDO de las LETRAS, que no se circunscribe hoy por hoy, al territorio nacional.
De tal forma que, la literatura, actualmente, se está nutriendo, semántica y formalmente, de estos cambios del tejido informativo global, que se presenta para los escritores como una forma de discurso.
Además, muchos de los autores más recientes se han mostrado muy dinámicos en la demanda de un espacio propio, asumiendo las riendas de sus carreras y publicando sus trabajos por las más diversas vías, como los fanzines, por ejemplo, u otras publicaciones independientes, revistas auto editadas, periódicos y páginas especializadas de Internet.
Es menester destacar que la narrativa en Bolivia, actualmente se expande por las múltiples vías de comunicación entre autor y lector, ya que son bastante los escritores que dan a conocer su obra mediante publicaciones online y antologías.
Asimismo, la narrativa en Bolivia, se torna cada vez más atractiva ya que asume el carácter posnacional, al igual que en otros países hispanohablantes, emancipándose del carácter centralista y temáticas localistas, que hacían de los escritos bolivianos únicos en el mundo, una especie hibrida que solo podía ser plenamente interesante para el lector local o para el estudioso de temáticas locales. Tanto es así, que, en la época del BOOM Latinoamericano, ningún autor boliviano fue publicado por las afamadas editoriales de Barcelona; y ningún autor nacional está entre los nombres de referencia internacional, de esa gran manifestación editorial, por diversas circunstancias; quedando Bolivia, una vez más, al margen de la historia literaria.
El nuevo canon literario abre puertas para acceder a más cantidad de lectores; pues, al alejarse de cuestiones demasiado localistas o concretas y dependientes, y, al asumir las estructuras macroeconómicas del mundo globalizado y transitar por los nuevos mapas del planeta, la narrativa nacional adquiere el status de narrativa del mundo, siendo de interés para el lector de cualquier punto del orbe.
Los escritores, hoy, localizan las tramas en cualquier lugar del planeta presentando el nuevo carácter de pluralismo, pero, sin perder la esencia cultural en sus relatos. Pues demuestran, especialmente los escritores nacidos a partir de los años setenta, gran capacidad de utilizar recursos o alegorías futuristas, para hacer criticas sociales y mostrar lo caótico de nuestra sociedad.
La fusión del relato gótico, negro y ciencia ficción, está ganando espacio en las nuevas generaciones de lectores, al tiempo que revela una numerosa cantidad de escritores que explotan esa corriente.
Las numerosas revistas literarias de fantasía y ciencia ficción, especialmente digitales, surgidas en los últimos años, permiten apreciar los nuevos autores, que se muestran interesados por producir simplemente un relato, inclinando la balanza a favor de la literatura como acto estético y rechazando la idea de reivindicación social o protesta política, que caracterizó la literatura de mediados del siglo XX en desmedro del ARTE de ESCRIBIR.
Existe una nueva narrativa que está transformando, desde la novela y desde el relato breve, como desde sus formas exclusivas (hipertextos, textos interactivos, blog novelas, etc.), la idea misma de literatura encerrada en un volumen publicado con aspiraciones estéticas. Eso provoca, en un período de tiempo bastante corto, mutaciones importantes de los géneros tradicionales, amén de la aparición de nuevos géneros, para los cuales comienza a ser necesario un lenguaje crítico y más receptivo a las formas de las nuevas tecnologías.
Los narradores del nuevo siglo (narradores nuevos y narradores del siglo pasado que se reciclaron en cuanto a temática) no pretenden que su escritura cambie el mundo, aunque son conscientes de que un buen texto puede contribuir a modificar la visión del mundo de quien lo lee e insinúan de los peligros que acechan a nuestro consumista y desquiciado planeta.
La globalización ha llegado asimismo a los temas. Creo que la dictadura de Banzer es un ejemplo que resulta muy significativo en este sentido: si la dictadura de 1971 provocó un ingente corpus narrativo, que se extendió hasta bien entrados los noventa, algunos sucesos que han conmocionado el país en el pasado reciente —la guerra del gas 2003, la ascensión de la izquierda en el país, se ha visto superados por el interés despertado por la caída de las Torres Gemelas en Nueva York. De manera que los autores jóvenes supieran conquistar rápidamente, espacios junto a los lectores, al escribir TEMAS de INTERÉS GLOBAL o localizar sus personajes en otros territorios del mundo; asumiendo que la literatura no tiene fronteras.
Sumado al hecho de que el espíritu viajero de los escritores, jóvenes, que realizan estancias de estudios en el extranjero, se reúnen en colectivos culturales, congresos, agrupaciones, además, se mantienen interconectados por la WEB, donde revelan sus gustos literarios, pues, al mantener vínculos con sus contemporáneos constituyen redes logrando mayor intercambio cultural; a diferencia de muchos escritores del siglo XX que, cuando podían, agotaban sus fuerzas en polémicas inútiles y/o estériles.
El texto breve, viene ganando espacio en Bolivia, en el siglo XXI, quizás porque aun representa un ejercicio de libertad, muchas veces necesario, dado a las contradicciones políticas que vivimos en los últimos tres quinquenios.
Y a ello se suma la tendencia internacional del MICRORRELATO, que también gana espacio en nuestro medio y en muchos casos es presentado en antologías, permitiendo al lector un abanico de géneros en un mismo libro; que contiene velocidad, condensación y fragmentariedad en cada texto, haciendo eco, de cierta forma, de la sociedad en que vivimos; donde el tiempo urge, las novedades son instantáneas y sucesivas y nos obligamos a aprender del fragmento, asumiendo que contiene la totalidad; puesto que, el concepto de totalidad resulta imposible de aprehender. Así, el micro relato se presenta como un elemento que contiene una totalidad que merece ser descubierta y explorada por cuenta propia.
En la narrativa actual boliviana, persiste la convivencia ecléctica de corrientes estéticas; pero, existe un hecho incuestionable: el tema lingüístico y cultural, con el uso de expresiones en idiomas vernáculos, aun representa una frontera para la mayor parte de los escritores nacionales, ya que resulta especialmente relevante como estética del presente; obviamente, que los escritores nacidos a partir de los setenta, y en especial, los que estudiaron fuera, se alejan naturalmente de esas diferencias lingüísticas y culturales y son los genuinos representantes nacionales en las letras hispanoamericanas del siglo XXI.
La narrativa neo policial, también se presenta en ascenso en las letras bolivianas, mostrándose pujante, así como la narrativa urbana que también se afinco en la literatura nacional con mucha calidad.
En fin, por todo lo expresado, se destaca LA BUENA SALUD DE LA NARRATIVA ACTUAL EN BOLIVIA; que presenta renovación, diversificación editorial, añadido a las innúmeras ferias literarias donde se presentan los autores en contacto directo con el público lector. Cuenta con muy buenas obras, que se encaminan a la universalidad; donde sobresale lo híbrido, breve, fantástico, intimista, relacionado con otros. Sin olvidar la gran producción que se puede detectar. ¡Felicidades!
