A fines de octubre pasado el Instituto Nacional de Estadística (INE) dio a conocer el indicador del crecimiento interanual del Producto Interno Bruto (PIB), un dato añorado por unos y temido por otros, ya que -de superar el 4,5% entre julio de 2018 y junio de 2019- implicaría el pago de un segundo aguinaldo en esta gestión, acorde al D.S. 1802.
Quienes esperaban que el INE confirmara una expansión de la economía boliviana superior al 4,5% eran los trabajadores, mientras que -paradójicamente- los que temían tal confirmación -y hasta algunos “cruzaban los dedos”- eran los empresarios, principalmente Mipymes, al ser los más vulnerables a la hora de honrar tal obligación.
Para tristeza de unos y alivio de otros, el INE informó que el PIB boliviano solo creció un 3,38% entre julio/2018 y junio/2019, por lo que este año no habrá doble aguinaldo.
Cabe aclarar que sobre dicho resultado no influyeron, ni los incendios en varios Departamentos así como tampoco el paro cívico ni la convulsión social que vivió el país, pues tales sucesos se dieron fuera del período interanual considerado, aunque su impacto negativo sobre el PIB del 2019 está, absolutamente, fuera de toda duda.
La desaceleración de la tasa de crecimiento del PIB es un hecho: en 2013 creció 6,8%; en 2014 un 5,5%; el 2015 bajó al 4,9%; en 2016 disminuyó al 4,3%; entre 2017 y 2018 se estancó en un 4,2% y para este año las cosas no iban mejor con una tasa de apenas 3,13% al primer semestre del 2019, como informara el INE. Ya para mediados de año el pronóstico del FMI, Banco Mundial y CEPAL era bajista (3,8% al 4%), pero hoy es peor.
Un escenario externo complicado con presiones sobre los precios hacia la baja (disputa comercial EEUU-China, baja del dinamismo de la economía, recesiones, devaluaciones en derredor, menor demanda de gas natural), un año electoral en Bolivia (que siempre afecta la economía, por la incertidumbre) y los dramáticos sucesos ya referidos (incendios, paro cívico, convulsión social), dieron al traste con el pronóstico del 4,5%.
Los pronósticos son cada vez menores: desde el 3% en los más optimistas, pasando por el 2,5% de la calificadora de riesgo internacional Fitch Ratings, hasta el lapidario 2% de la Alianza Latinoamericana de Consultoras Económicas (LAECO).
De confirmarse la optimista tasa del 3% estaríamos ante el quinto menor crecimiento del PIB del siglo; si Fitch Ratings acierta, sería el tercero más bajo; pero si lo que dijo LAECO es verdad, tendríamos el peor crecimiento en 20 años.
Gary Antonio Rodríguez Álvarez es economista con Maestría en Comercio Internacional