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Cochalas bloqueando

Ayer me dirigía raudo y feliz a una conferencia de prensa en la Plaza Colón cuando por el Prado empiezan a bajar los desbloqueadores violentos pateando las piedritas, agitando palos, maldiciendo y escupiendo consignas malhabidas como esa falacia de «quirimos tribijir», diciendo. Me voy a la otra acera, frente a Tigo, porque mi polerita dirá «No tenemos miedo, caraj0» pero la verdad es que yo solito nunca me enfrenté a una estampida de hienas así que, sí tuve miedo, mierd4, y más con eso de que últimamente me siento viral. Pero pasaron los hunos y yo seguía entero.

De pronto, vi el milagro. Una minita que no llegaba a los 30, se baja de su bici, solita, y empieza a bloquear de nuevo el Prado con las piedras que estaban dispersas por todo lado. ¡Solita! Un niño de unos 13 que andaba por ahí con su mamá la ve y comienza a ayudarla. La madre balbucea alguna reprimenda contra el infante, algo así como «Brayan, vamos no mas ya» pero el Brayan la mira con cara de decirle «Calla la boca, vieja’e’mierda, que acá estoy haciendo Patria» y sigue apallando k’urpas y bloqueando caminos. Yo más me meto de lleno a la faena, que puts, y una vez concluída la barricada la mina se vuelve a la bici y se para a un lado cuidando que nadie pase. Obvio, me voy a sentarme por ahicito sin esperar un «gracias» ni nada porque fija que si le decía algo a la ñatita, me hubiera ordenado ir a bloquear la otra cuadra. Así de mala se veía. Y aparece una cuadrilla de pacos motorizados…

La verdad que mientras yo me hacía pis delgadito del miedo por segunda vez en menos de 30 minutos, la muchacha altanera les empieza a gritar a los motoqueros verdeolivas desde su bici: «No hay paso, por arriba, por arriba» señalándoles que se suban a la acera y respeten el bloqueo. El primer motociclista debió evaluar la situación ese instante y preguntarse: «¿y ahora que verg4s hago, le hago caso a la mina o cumplo las órdenes del Grandy?» La decisión fue sin vacilaciones, al tiro, don paquito… ¡Se subió a la acera! y veintemil uniformados le siguieron al unísono sin chistar por el cagazo que les causaba la minita. Esa es una heroína cívica, caraj0. Ni Manuela Gandarillas hizo temblar tanto a Goyeneche como la de la bici.

Loa bloqueos ciudadanos están sacando lo mejor de los llajtamasis. La gente en las calles se saluda, se coopera, se organiza, se cuenta chistes, se solidariza… Por ejemplo el otro jueves, volviendo de mi punto de bloqueo, hecho mierd4 y más negro que morcilla, me voy sorteando callecitas y un bloqueador que ha sacado mesitas a su calle me ve y me mima: «Vente papituy, servite esta sopita, calientita está» y me pone un plato humeante que devoro con placer mientras hablamos del gobierno maldito, masacrador y tramposo. Repuesto por completo con ese manjar exquisito que me brindó una familia extraña, agradezco a los presentes sus atenciones y antes de irme, mi benefactor me dice sin rodeos: «Cuando quieras papituy, 20 pesitos son» Pero que c4brón, y yo que pensé que me había reconocido y era su cariño. Pero la viveza criolla, es parte de nuestro encanto, pensé, mientras me iba maldiciendo a su PMQLP. ¡Qué linda es Cochabamba!…. Cuando hay bloqueos.

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