II Concurso literario sobre el racismo organizado por el Banco Mundial en Bolivia – Tercer lugar, categoría A

Emilia Villarreal Rosquellas

Me habían cambiado de colegio. Mi primer día en la secundaria tiene que empezar con todo. Voy ingresando a la institución, me detienen. ¿Qué traes en tu mochila?, escucho. Me pregunto: ¿qué podría traer yo? Abro mi mochila, solo llevo mis útiles y una chompa por si hacía frío. Veo. ¿Y a ellos qué? Se pasaron de largo y no les han detenido.

Me dirijo a las aulas. Pido información: ¿Dónde queda segundo de secundaria? Se me quedan viendo. ¿Acaso estudias tú aquí? Tú deberías estar en un colegio fiscal. ¿Acaso no puedo estar aquí? Me pregunto: ¿por qué no me respondieron? ¿Qué se fijan en mí que en ellos no? Busco por mi cuenta. Entro a mi aula. Escucho murmullos. Busco un asiento libre. ¿Qué haces?, no te puedes sentar aquí. Sigo buscando, el único que me han dejado es el de más atrás, cuando veo que a alguien más si le dejaron tomar el asiento que me negaron. ¿Qué pasa con él? ¿No van a echarle? ¿Por qué no tiene que buscar otro asiento?

Pasan las horas de clase. Llega la salida y voy camino a mi casa. Espera, ¿y ese ruido? Es un auto, sale un oficial, ¿por qué me habla a mí? Joven, deténgase. ¿Qué sucede? Estoy volviendo a mi casa. ¿Qué llevas en tu mochila? Muéstramela. ¿De nuevo? ¿Qué pasa con mi mochila? ¿Y por qué a ellos de en frente no les detiene? No tengo nada en mi mochila. ¿De dónde vienes? Del colegio, me está esperando mi mamá. Bueno, esta vez te dejo ir, y ya no más actividad sospechosa. ¿Sospechosa? Pero los de allá están corriendo, ¿qué me falta, ¿qué es lo que no tengo?

He llegado a mi casa. Mi mamá me espera con unos invitados, ojalá que no pase lo mismo de siempre. Qué bien que llegaste, vas a saludar, han llegado unas amigas de mi juventud. Él es mi hijo Ángel. Hola, buenas tardes. Qué niño más educado, mmm, les salió morenito. ¿Qué le está susurrando a mi mamá? ¿Sonia, él es tu hijo? Sí, ¿por qué lo preguntas? No, por nada. Parece que después de todo, siempre llegan con lo mismo, ¿por qué me ven tan raro? ¿Qué es lo que no tengo que los demás sí? O… ¿qué es lo que tengo?

No sé si hay algo que pueda hacer para que mañana sea un día diferente. Para que no solo me revisen la mochila a mí, para que dejen que me siente donde quiera, para que de igual manera les pregunten a otros adónde van, para que no vean extraño a mi mamá por mi culpa. ¿Y es que cuando crezca será igual? Tal vez cuando sea grande a ellos les harán lo mismo que a mí. ¿O tendré que hacer algo para que no me traten como lo hacen ahora? Pero no sé si tengo que cambiar, no sé si hay algo malo que todos ven en mí. ¿Acaso no somos todos niños? ¿Qué pasa con los demás? ¿Qué pasa conmigo?