De: Maurizio Bagatin / Inmediaciones
“Ustedes no detuvieron el viento, les hicieron perder tiempo” –
Fabrizio De André
Hay que reconocer la dinamicidad de los seres y la dinamicidad de los hechos, solo así podemos aportar para mejorar, solo así, reconociendo errores, hincapiés y tortuosidades vividas en el camino, podemos seguir construyendo algo sólido en el tiempo y en el espacio.
El Sistema Participativo de Garantias –Spg’s- surgieron por el deseo de desburocratizar, baratear y dar autonomía a los agricultores, pero desafortunadamente el reconocimiento de la certificación participativa por parte del estado ha distanciado los Spg’s de ese objetivo, por burocratizar demasiado el proceso, además del uso instrumental que realizó el gobierno del SPG, como declarar a diferentes municipios certificado con Spg’s, solo porque estaban conectados con el poder plurinacional. De ser autónomos gracias a leyes y normas…el tiempo nos ha vinculado al estado. Todo lo contrario a nuestro deseo de ser autónomos más allá de leyes y normas hechas por el estado. En un primer momento, cuando parecía que al horizonte se perfilaba una mano sincera del estado, como Spg ECO Feria Cochabamba fuimos los primeros en acercarnos a una ley (Ley 3525) y luego a una Norma Técnica Nacional (NTN), en ser colaboradores de todos los pasos constructivos del sistema participativo de garantía, en apoyar a las actividades del CNAPE con sus Spg’s del Programa conjunto y otras actividades cuales diplomados e intercambios de experiencias, en compartir nuestros conocimientos con la Autoridad Competente (SENASAG) y en ser partícipes en la creación del Foro Latinoamericano de los Spg’s. Realidad que nace gracias a la voluntad de los productores de varios países latinoamericanos y que se ha felizmente difundido en todos los continentes de la Madre Tierra.
Con el tiempo algunas fisuras se hicieron visibles y la distancia entre SPG y Autoridad Competente se hizo más reconocible. De repente el CNAPE desapareció y nos quedamos sin interlocutores, sin un espacio de debate, de intercambio o de polémica, sin un momento de construcción, para seguir este dinamismo que creemos insoslayable. Y esta es muy notablemente la debilidad del estado frente una sociedad civil, la cual no puede ser vinculada a normas y reglamentaciones si anteriormente no ha sido un facilitador y un impulsor de la agroecología. Cosa que nunca ocurrió.
En el único encuentro que en Bolivia se logró llevar a cabo, gracias al 1º Intercambio entre Spg’s del Foro Latinoamericano (mes de octubre del 2016) existió el espacio para socializar una ley (Ley 830 SAIA) que había sido aprobada en el mes de septiembre del mismo año. Esta oportunidad no fue aprovechada y de la ley no se habló. Una pena. Y una pena aún más grande para la ECO Feria Cochabamba, porque el día 27 de septiembre del 2016 (http://camind.org/2016/09/29/socializacion-de-la-ley-830-de-senasag/) la ley fue presentada y socializada en Cochabamba, sin que nuestra asociación fuera invitada al acto.
Cuando a principio del 2018 apareció públicamente la ley 830 (aun sin reglamentación) para nosotros fue como recibir un balde de agua helada: al principio nos preguntamos ¿porque una ley del septiembre del 2016, los interesados se enteran con un año y medio de atraso de su promulgación? Y luego, de inmediato, nos acercamos a la Autoridad Competente (SENASAG) para que nos ofrezca la socialización que desafortunadamente no pudimos compartir antes.
El acercamiento, realizado a nuestro pedido, fue simplemente un intercambio informal de puntos de vistas: dos conocimiento aun incipientes frente una realidad legal pero aun no legitimada…
Al poco tiempo (mes de febrero del 2018) el Foro Latinoamericano de los Spg’s logra organizar un encuentro, que se va definiendo como IV Foro Latinoamericano de los Spg’s, al cual se invitan las autoridades competentes de los países miembros del Foro, gracias a la voluntad de continuar nuestras relaciones con ellas y enfocarnos en los avances y en el futuro de los Spg’s en relación con el estado. Algunos percances de naturaleza burocrática no permite que la autoridad competente de nuestro país sea presente al Foro de Piura, en Perú en el mes de marzo, y que de esta manera podamos entre las partes hablar sobre las relaciones entre sociedad civil y autoridades competentes, y nosotros de la ECO Feria Cochabamba, de la ley 830.
Si vamos a dar una mirada a nuestro alrededor, si vamos a conocer otras experiencias de los Spg’s en los países miembros del Foro Latinoamericano de los Spg’s veremos que muchos percances y muchos logros son similares…en México un día festejaban el reconocimiento por parte del estado y a la semana tuvieron que reconocer que se habían metido un autogol…en Ecuador la lucha entre sociedad civil y estado es viva desde hace años…en Perú esperan, desean, creen que un reconocimiento por parte del estado será una victoria mientras muchos visionarios vislumbran una derrota para la agroecología…en Colombia, con mucha valentía, no desean el reconocimiento por parte del estado de los Spg’s…así vemos como nuestras inquietudes son reales, son basadas en hechos que ocurren a nuestro alrededor, entre compañeras y compañeros que comparten este instrumento desde su nacimiento. A partir de Antonio Prado, con la Carta de Principios del Foro Latinoamericano de los Spg’s, hasta la Carta de Piura y el Acuerdo de entendimiento para acciones futuras, nuestro horizonte está muy bien claro, limpio y transparente.
“La Agroecología y el Estado no son hijos del mismo padre y madre. La Agroecología es un hijo anarquista «, es el hijo que ve lo que se ve y no lo que comúnmente se ve, y esa distancia dificulta la relación entre ambos. Por lo tanto necesitamos que exista más legitimidad social y más equilibrio entre reglamentación y fiscalización.
Las semillas, los territorios y los campesinos son hijos de la libertad biológica que se fue generando durante millones de años, la biodiversidad, la tierra y el conocimiento son frutos que no pueden obedecer que a una sola ley, la ley de la naturaleza, no pueden vincularse, en el tiempo y en el espacio, al control, a la fiscalización y a la burocratización, sin la existencia de un fomento a esta noble arte, a esta imprescindible ciencia: la agroecología.
Creo que el proceso de construcción y consolidación del Spg ECO Feria haya sido un trabajo especial, que se fue armando gracias al aporte de los productores, de los consumidores y de una que otra realidad muy ligada a nuestras esperanzas e ilusiones, Agrecol Andes, el CESU, algunas Ong’s que creyeron en esta dinámica convivial (por ejemplo el Celim, adentro del proyecto “Piccoli semi grandi opportunitá”) y sin recibir ningún tipo de fomento hacia el agroecología por parte del estado: ¿Y si no hay fomento como puede haber control de parte del estado?
Sin la autonomía soñada y en constante construcción y cultivo se va perdiendo la belleza de las 5 dimensiones, que los Spg’s en Bolivia rinden aún más humanístico el proceso participativo…el SPG se orienta a fortalecer la autonomía de los productores, su capacidad de tener dominio de las interacciones, en este caso con los consumidores.
Pareciera que queremos tapar el sol con un dedo…mientras…la biotecnología nos invade, sin principio de precaución, sin que conociéramos los efectos en nuestras vidas de los químicos sintéticos, sin que a nuestras profundas ignorancias se les ofrezca una posibilidad de conocimiento. Pareciera que con un sello todo se vuelve legal, transparente, que la confianza obtenida en el tiempo y en el espacio no valga lo mismo que una ley del estado. Estado que un día son algunos y otro día otros, el estado que nunca puede convencernos y conquistarnos por completo.
Algunas realidades nuevas y algunas menos nuevas, que se han proyectado en el escenario del agroecología en Bolivia y en otros países, ya vieron anticipadamente una cierta adversidad, un cierto atrito, que iba generándose entre sociedad civil y estado; hoy en Bolivia existe la Plataforma Agroecológica en Santa Cruz de la Sierra y la ECO Tambo en La Paz, dos realidades que promueven la agroecología y el mercado de productos aun sin certificación pero con procesos de participación ciudadana ya relevantes, en Europa, cuna de la certificación de tercera parte, muchas iniciativas locales han revelado la posibilidad de presentar un dialogo entre productor y consumidor sin la necesidad de que el estado preste unos servicios; el principio de responsabilidad debe y puede ser vividos y compartidos entre productores agroecológicos y consumidores sin costo y sin la intervención del estado: “Aunque apliquemos los más estrictos parámetros de la agricultura biológica, los productos no son certificados con ningún sello por precisa decisión, en el absoluto convencimiento que ninguna delega pueda ofrecer la garantía y la seguridad sobre cualquier aspecto de la existencia”…así recita el eslogan de Urupia en Italia.
Popularizando el conocimiento se obtiene la soberanía alimentaria y el Spg puede ser el instrumento de fomento de la agroecología – antes de ser lo de control y fiscalización – y para nosotros conocimiento es también – aunque creemos lo sea sobre todo – nombre y apellido de una hortaliza, de una mermelada, de los frutos de la tierra. Esta es la construcción de una ecología de la mente, de un principio de responsabilidad, de la biopolítica necesaria. En la historia de los Spg’s hemos visto que en el tiempo muchas realidades han ido uniformando logros como también fracasos, probablemente debido a caminos paralelos, iniciados muy separadamente y alejados, y que se han acercado y han encontrado un sentido común, en la voluntad, en las expectativas y en un espacio común, la naranja azul en la cual vivimos, eso nos hace hoy día más cómplices de estas aventuras y esto no hace siempre más conscientes que a ser certificados deberían ser todos los demás productos convencionales, y no los productos agroecológicos adonde sea presente una conciencia participativa de cualquier sistema participativo, sin la intervención del estado. La relación de confianza con el amigo consumidor es más importante que el reconocimiento legal. Esta relación invita a la colectividad, crea comunidad, es educativa y humanística. Nos vamos preguntando, seguimos viendo delante nosotros más inquietudes en lugar de obtener de parte del estado respuestas, ayudas, apoyo, fomento: ¿la inocuidad que presenta la ley 830 partirá de la semilla, del campo, del manejo y revelando las aplicaciones de agrotoxicos? ¿Se tomará en cuenta el cambio y las transformaciones que durante 5 años – en el caso de los Spg’s – vivirán las diferentes realidades involucradas? ¿Para seguir construyendo el principio de responsabilidad el estado nos protegerá o seremos nosotros los que deberemos proteger al estado?
Maurizio Bagatin, octubre 2018