Las familias evolucionan, se ven como “equipos” donde mamás y papás se apoyan y se distribuyen de la forma más equitativa posible la atención a hijas e hijos para criar y formar “hombres buenos y mujeres fuertes”.-
En un acto desbordado por la emotividad y alegría, tres mamás fueron premiadas por ganar los tres primeros lugares del Tercer concurso de fotografía “Los Papás de Hoy”. El evento fue organizado por la Empresa Estatal de Transporte por Cable Mi Teleférico, la Embajada de Suecia en Bolivia y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) con el objetivo de promover las buenas prácticas de la paternidad responsable y los valores familiares.
“Este concurso fotográfico justamente quiere reflejar este cambio, el nuevo rol activo que están viviendo muchos papas bolivianos respecto a sus pequeños hijos y que muchos más pueden asumir”, sostuvo la representante de Unicef en Bolivia, Sun-Ah Kim al hacer referencia a que hay papás que ejercen un rol central “amoroso, afectivo y de respeto” en la vida de sus niñas y niños.
En la tercera versión del concurso participaron 316 fotografías presentando momentos cotidianos reales que viven los padres con sus hijos menores de cuatro años y que expresan la paternidad responsable como una construcción de la familia con tolerancia, compresión, amor y cariño en base al respeto a los derechos de los niños.
El acto de entrega de los premios se desarrolló en la estación El Prado de la Línea Celeste de Mi Teleférico y estuvo a cargo del gerente de esa empresa César Dockeiler, el encargado de Negocios de Suecia en Bolivia, Pontus Rosenberg, y la representante de Unicef en Bolivia.
Las ganadoras hablan de sus retratados
La fotografía ganadora del primer lugar, Cecilia Guzmán de Rojas, muestra al papá Guillermo Prudencio compartiendo con su hijo la preparación de unos ñoquis en la cocina. Ella recibió una cámara profesional Nikon P1000.
Guzmán de Rojas expresó que ambos se involucran con su hija y conforman un “equipo” de crianza con el padre, pero además valora que a su pareja no le interesan ser criticado o juzgado por criterios machistas que le critican por atender a su hija. Para la ganadora, la paternidad es pasar tiempo de calidad con los hijos, por eso pide a las autoridades normas laborales más flexibles y tolerantes para otorgar permisos que permitan la presencia del padre en su hogar. “El ejemplo lo es todo, si crías con violencia serán violentos, los hijos no deben ser criados para ser violentos, ni para ser personas violentadas”, complementó.
El segundo puesto fue para Cinthia Carol Rivero Flores. En su fotografía, el papá José Silvestre Magne Calle lava y seca la ropa con la ayuda de sus dos hijos. Ganó una cámara semiprofesional Canon Powershot SX60. Rivero explicó que la foto que tomó expresa una actividad cotidiana simple, pero muy significativa para ellos. Para Rivero, la paternidad es un apoyo a la crianza, ya que los niños emulan lo que hacen sus papás, los progenitores también deben educarse sobre qué es la crianza, porque los niños son hiperactivos, a veces caprichosos y tienen ciclos vitales diferentes, “Para que no haya maltrato, debemos tener mucho corazón y debemos involucrarnos en sus actividades”.
Mientras que Maggie Averanga Zapata consiguió el tercer puesto y ganó una cámara semiprofesional Canon Powershot SX60 por mostrar cómo su marido, Cesar Echeverria Jaúregui, hace compras de productos para el hogar, y su hijo le indica qué necesitan adquirir y llevar a casa. Averanga considera que las familias deben criar para formar “hombres buenos y mujeres fuertes”. Sobre su esposo, destacó que él siempre comparte su tiempo con sus hijos sin “renegar” y sin importar lo que tenga que hacer, se empeña en darles momentos de alegría. “Ejemplos de paternidad tengo en mi padre, mi suegro y esposo. Somos un equipo, no hay un rol específico para cada uno”.
Papás presentes en dos dimensiones
Unicef Bolivia considera que esta nueva versión del concurso “refleja cambios, (en) el nuevo rol activo que están viviendo muchos padres bolivianos respecto a sus pequeños hijos”.
“Un papá de hoy tiene que estar presente en la crianza de sus hijos e hijas en dos dimensiones. La primera es su relación directa desde los cuidados prenatales y durante el nacimiento que le permiten desarrollar una relación afectiva con el niño o niña. Ya que la presencia del nuevo ser, tan obvia en la mujer embarazada, no lo es para el padre porque para él es solamente una idea, por tanto, toda experiencia “directa” con el hijo o la hija le va haciendo más real su presencia en su vida”, explicó la representante de Unicef.
La segunda dimensión está relacionada con la niña o niño, pues la participación del padre en las tareas de cuidado, alimentación, aseo, tiempo de juego de manera cotidiana, lo convierten en un adulto confiable y por lo tanto en un segundo referente de importancia, después de la madre. El padre contribuye en la construcción de su identidad, su autoestima y su personalidad.
Hoy se sabe que un niño con más de una figura de apego, con más de una persona que lo cuida y le hace sentir querido, es un niño que crece con una base más sólida para enfrentar la vida.
Es importante que los “papás de hoy” encuentren el placer en el ejercicio pleno de su paternidad, y empiecen a vivir y generar ambientes armoniosos en sus familias y para sus hijos, de esta manera podrán romper el círculo de la reproducción de la violencia.
El Ministro Consejero y Encargado de Negocios interino de la Embajada de Suecia, Pontus Rosenberg, contó que a su nación le tomó 50 años establecer cambios culturales como la equidad de género e involucrar a los papás en la crianza de los hijos. En esa nación los padres tienen en sus trabajos hasta 18 meses de permiso para criar a sus hijos usualmente durante los tres primeros años de vida.
“Esto no es de un día para otro, pero cada uno puede empezar dando ejemplo a nosotros mismos y a nuestros hijos”, complementó al referir que en Suecia ahora es “mal visto” el varón que no dedica tiempo para relacionarse y atender a sus hijos. Añadió que los hijos no desean que se hagan gastos costosos en ellos como viajes o regalos, más bien, quieren padres presentes en lo cotidiano, con quien jugar, conocerse, aprender pasar el tiempo.