La ceniza nos iguala a todos
La velocidad del viento te golpeaba la cara como un puñetazo. Arrastraba polvo, claro, pero con él venían también sucia tierra y… cenizas. Las cenizas se te pegaban a la piel, un pedacito microscópico de naturaleza muerta se adhería a tus manos y a tu ropa, mientras el viento helado llevaba los frutos de la […]