Casa Dumont
Guillermo Almada Cuando Francine llegó al barrio fomentó, seguramente sin desearlo, una revolución de testosterona que redundaba en una, muy escasa, resistencia a sus encantos, que pasaré a enumerar para que puedan tener una más exacta dimensión de mi relato. Esta morocha tenía el cabello como la noche cayéndole en cascada sobre la espalda, una […]