Pedro Elías Martínez – Colombia
ESPINA
Evita la espina
aun en el poema
porque su herida
dura el doble
del perfume.
Solo es susceptible
de tu olvido la flor
SOBREMESA
Después de la comida los abuelos
conversan de la guerra y los pequeños juegan
con rifles de cartón en el patio del albergue.
Pero si alguien recuerda cómo era nuestra casa
en la montaña, los viejos se quedan en silencio.
Como si todo se hubiera perdido.
PRESENCIA
Los ángeles de niebla
son las cometas
de los niños muertos.
HOGUERA
En la plaza ríen y danzan
alrededor del fuego,
los penitentes arrojan a la llama
objetos venerados, libros, reliquias,
evangelios que nunca necesitan.
Canto, bailo, grito al evadirme:
¡Es la última vez! ¡Mi última hoguera!
VERSÍCULO
Quizá
olvidar
solo consista
en pasar el camello
por el ojo de la aguija.
OSCURIDAD
Salta la rana.
Va de piedra en piedra
sobre los muertos.
LA VENTANA
La ventana no da a la calle sino al patio
y poco la abrimos porque el patio es frío.
Pero a través del vidrio sabemos cuándo es tiempo
de cosechar cebada, cuándo hay luna llena
o baja la lluvia a bautizar a los niños de brazo
que arrullan los maizales. En esa ventana
es donde pega más fuerte la tormenta
CIGARRA
Si otro cielo espera
tu canto de verano,
si alguien reclama
tu solo de timbales,
aunque la fanfarria presagie tu muerte,
¿por qué debes callar?
ETERNIDAD
Abuelo,
por tus ramas
suben los arcángeles
a visitar los trinos.
Aún viven alondras
en el libro olvidado.