Homero: testimonio de su paso por la vida
Amalia Cordero / Cuba
Rabonas, inquietante apodo que atrae hacia la excelente y concisa trama que concibe Homero en su cuento, galardonado por el Premio Eduardo Abaroa 2022. Historia real a partir del trance en el que Bolivia quedó sin salida al océano. Suceso, castigo para un derecho legítimo de cualquier ciudadano o de cualquier país para tener acceso a cualquier recurso natural, si el planeta es de todos. Diálogos y más diálogos en cientos de años y no aparece la palabra capaz de lograr soluciones o alternativas. Al final orgullos en pugna.
De la sabiduría ancestral de los abuelos y de otros emparentamientos mucho más atrás, llega la historia de la humanidad y a través de leyendas y supersticiones conocemos las vivencias que atesoran nuestras raíces. Los océanos entre sus olas y resacas esconden barcos hundidos, piratas dando voces y atropellando a sus hombres e imágenes de asesinatos a pobladores de las costas y de huida los veo arrastrando botines de tesoros, pero el contacto con el mar y el océano abierto es más importante para el desarrollo y la independencia económica de un país y lograr su acceso puede traer conflictos.
En los anales latinoamericanos nos acompaña esta triste historia: la guerra entre Chile y Bolivia. Se sabe cómo comienza un conflicto, pero nadie puede asegurar ni cuándo terminará ni las consecuencias. Se producen las acciones, pero los intereses fundamentales sólo afloran al valorar cada reacción, cada resistencia establecida. Armarse de valor, romper las barreras de los convencionalismos, ser solidarios y sobre todo amar al prójimo, abrirá los planos sentimentales para ponerse en lugar del vecino, del hermano.
Por criterios longevos cataloga el conflicto inicial en el indicio y aún con su economía de palabras capto el rango de la confrontación. Sentimientos permeados por la impotencia traen a esta página coincidencias del accionar de los bolivianos en defensa del derecho para ejercer jurisdicción sobre el territorio en litigio. Odios, ambiciones nublan a los hombres en posesión de botines, al tiempo obvian el dolor de un pueblo al que duele saber mutilado su territorio y la necesidad de tener salida al mar. Son conflictos antiguos que se repiten en la actualidad en muchos continentes.
Sus elementos le valen para llevarnos a otra historia de extraordinario valor sentimental que logra el climax con un crimen que quedó entre dudas, nunca aclarado del todo. Durante la lectura y como uno de los caudalosos ríos de su país, fluyen anécdotas familiares que fundamentan, avalan la grandiosidad de sus pobladores y a la vez ensalza las mujeres en su proceder que como patriotas y fieles esposas, han sido bravas guerreras. Auténtico modelo son las rabonas como protagonistas de la historia. A través de ellas Homero escudriña y ejemplifica los valores de una historia familiar. Desconocido para mi, el apodo las Rabonas, califica a mujeres que se iban a los campos de batalla con sus maridos: creo que ellas fueron tan valientes como sus hombres; sin embargo, no existe ningún monumento para ellas. —Escribe Homero. En mi país no se les llama Rabonas, pero las hubo, Fueron y son mujeres que se empoderan en sus sentimientos y emprenden el camino en defensa de las ideas que asumen. Esos ejemplos se encuentran actualmente. Es la evolución femenina que ocupa su lugar en igualdad de derechos.
Homero penetra en su familia con el rango de intimidad que le permiten establecer nexos entre varios hechos que como abanico van desdoblando a los protagonistas en sus actos, como fecunda literatura. Asume el escritor reclamo de reconocimientos y justicia histórica para la labor de apoyo de las mujeres durante las luchas. El lector arma el puzle que nos ofrece para al final dejarnos un agradable sabor de historia real que ha sido guardado y como él dice: no aparecen en los libros de texto de historia. Así asume su labor de testimoniante en su paso por la vida.
Amalia Caridad Cordero Martínez
Cuba
13 de abril 2024