Si ha habido un tema que se ha mantenido en latencia en nuestro país durante las últimas semanas, ha sido el de la baja de las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Banco Central de Bolivia (BCB), con la inquietud de que el tipo de cambio -el precio del dólar- vaya a subir. Cuando un tema económico se repite una y otra vez, opacando a las insufribles noticias políticas y los dolorosos anuncios policiales por hechos grotescos con los que nos bombardean cada día, es que ha llegado la hora de ponerse las pilas.
No sé cuántas personas -hasta gente desconocida para mí- me han escrito, llamado y dejado mensajes, pidiendo que les aconseje si debían mantener su ahorro en bolivianos o comprar dólares, siendo que éstos se tornaron circunstancialmente escasos en el mercado, aunque con posibilidades ciertas de recuperación si es que el Gobierno obra con sabiduría dejando atrás la ideología que durante tanto tiempo lo ha separado de quienes tienen la solución definitiva para resolver este intríngulis: los empresarios privados, en general, y, los productores y exportadores, en particular.
A todas y cada una de aquellas personas les recomendé guardar la calma, y a mis colegas economistas, el ser constructivos en sus análisis y propuestas para que sean bomberos y no pirómanos (echando más leña al fuego), conscientes del peso que tienen las expectativas de la gente sobre la eficacia de las políticas públicas.
En una anterior columna titulada “Reservas Internacionales Netas: por qué caen y cómo pueden subir” (EL DEBER, 15.02.2023) expliqué la enorme importancia que tienen las RIN para la estabilidad económica, en concomitancia con el tipo de cambio; asimismo, ofrecí algunas pautas sobre lo que podría hacerse no solo para el fortalecimiento de aquellas, sino, para que el país crezca sin sobresaltos, con estabilidad y generando empleos dignos (les recomiendo leer esa columna). Sobre esa base y para dar certidumbre al país, me permito parafrasear a continuación algunas reflexiones interesantes del presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Ing. Demetrio Soruco Henicke, en un reciente contacto con la prensa en la ciudad de La Paz.
Partiendo de la constatación de que las RIN del BCB no están en su mejor momento, Soruco explicó que ello deriva de la dinámica de desarrollo que adquirió Bolivia con una alta propensión a gastar dólares por importación, algo que, sin embargo, brinda un gran espacio para sustituir bienes extranjeros, v. gr., “combustibles negros” por “combustibles verdes”, para lo cual YPFB debería comprar más bioetanol nacional y subir la mezcla con la gasolina especial a un mínimo de 12% y así bajar la salida de dólares; asimismo, siendo que no es bueno desvestir un santo para vestir a otro santo, concertar con el empresariado la mejor forma de producir biodiésel para sustituir la importación de diésel fósil.
Dijo que, mientras aquello ocurre con los combustibles, Bolivia precisará seguir financiando los bienes que importa y precisa para su desarrollo -como insumos, maquinaria, tecnología y equipos de transporte- y la forma ideal de hacerlo, sin debilitar más las RIN, es combinando una política de promoción selectiva de exportaciones, focalizada en los sectores agropecuario/agroindustrial y forestal/maderero -de muy rápida reacción, para traer dólares al país- con una política de sustitución competitiva de importaciones, para ahorrar dólares, haciendo que el sector privado invierta más, para lo que se debe mejorar las reglas de juego, garantizar la seguridad jurídica y dar incentivos que hagan atractivo al país, a la par que se combate el delito del contrabando.
Dijo también que el fortalecimiento de las reservas del BCB a cortísimo plazo podría pasar por eliminar el ITF y el encaje legal para las transacciones en dólares, a fin de tranquilizar a la población, haciendo que prefiera ahorrar sus dólares en el país en vez de querer retirar más dólares, como ahora. Explicó también que en situaciones álgidas como hoy, es posible recurrir a organismos internacionales por recursos de contingencia (incluyendo los DEG en el FMI) y que en vez de colocar bonos soberanos en el exterior a tasas superiores al 10% anual, como se dice, se capte dólares en Bolivia con bonos a tasas menores pero atractivas, al mismo tiempo que se acuerda con la banca privada las mejores medidas para atraer ahorro nacional y extranjero en divisas.
Que las RIN del BCB vuelvan a subir para garantizar la estabilidad -un verdadero patrimonio de los bolivianos- está en nuestras manos, principalmente en las manos del Gobierno si es que se anima a tomar las urgentes medidas que demanda el empresariado privado nacional para trabajar sin tener sus manos atadas, esto es: exportar sin trabas, usar plenamente la agrobiotecnología, producir biodiésel y más bioetanol, conquistar nuevos mercados externos y recuperar el mercado interno, generando empleos dignos para los bolivianos. ¡Entonces Bolivia crecerá mucho más y vivirán felices los ciudadanos!