Ronald Alberto Valera López
Al momento de escribir esta síntesis reconozco que mi percepción del Diplomado ha cambiado, en el sentido que siento satisfacción en precisar la intencionalidad de realizar estos estudios, por ello, lo denomino como UN REENFOQUE EN MI HORIZONTE, es decir, a medida que voy leyendo y profundizando confirmo que mi opción de vida es el acompañamiento, no reducido en dar un retiro al estilo ignaciano, sino en acompañar a las personas a mi alrededor en el día a día con los conocimientos y herramientas que voy adquiriendo en el proceso de formación. De igual forma, puedo expresar con honestidad que he modificado la mirada de mi situación existencial diaria, es decir, trato de ver mis situaciones desde la mirada de Jesús, siento aún que es un reto para mí, pero por lo menos ya lo trato de hacer.
Siguiendo con el párrafo anterior, las instancias que me han sido de ayuda son los materiales que se envían en la plataforma y el encuentro mensual con la tutora; por otro lado, la instancia que debo reforzar es el grupo de vida que no hemos logrado cohesionar y estar presente virtualmente todos los integrantes del mismo; por ende, el hilo conductor de mi proceso integral es el recalibrar mi horizonte en mi opción de vida, para ir eligiendo los medios para hacerlo posible.
Así mismo, desde el comienzo de la formación en cada módulo he reflexionado los textos unos más que otros me ayudaron a profundizar, en el I modulo la literatura de Pablo Alonso denominada: El Comienzo de la vocación Apostólica: hacerse peregrino. Del texto antes mencionado, al describir que las personas que deciden profundizar en la vida espiritual deben reconocer que no serán perfecto, sino que tendrán conciencia de su fragilidad para protegerla y reaccionar de manera adecuada ante las tentaciones; además, de estar atentos a todos los elementos de los procesos interno desde el inicio, los medios y el fin que todo vaya en consonancia; al leer lo propuesto por Alonso me permitió ser consciente de mis fragilidades para aceptarlas y protegerlas, porque a veces las ignoro llevándome a caer por el flanco más débil que tengo.
Siguiendo con lo anterior, la literatura propuesta en el II módulo de la formación tuvo mucha incidencia el material de Beatriz Arescurrinaga Idoyaga denominado: Las emociones, verbo y Brújula en el camino espiritual. Este material me permitió reconocer que soy una persona integral, que los afectos me pueden dar elementos de conocerme como persona y al mismo tiempo ir descubriendo la voluntad de Dios en mi vida, porque aún me cuesta conectar con mis afectos, resaltando que los vivo con intensidad, pero no sé en leer en su totalidad la información que me quieren transmitir.
De igual forma siguiendo avanzando en la formación, el III modulo el texto de George A. Aschenbrenner denominado: Examen del Consciente, después de leer el texto revalorice el examen del consciente no para medir lo bueno o lo malo, sino ver si mis acciones me acerca o alejan de mi horizonte; al mismo tiempo, ver el momento del examen como un espacio de oración, porque lo vivía como una obligación, me conecte con lo expresado por el autor: “…El ejercicio especifico del examen está enfocado a desarrollar un corazón con capacidad (visión) de discernir”. Pg. 5. Motivándome en ser disciplinado con el examen, porque lo percibo ahora como un medio para ir desarrollar mi capacidad de discernimiento.
Así mismo, en el IV modulo la literatura de Javier Melloni denominada Rechazo de la Pulsión de Apropiación; me clarifico varias cosas, una de ellas es que tocar fondo puede permitir a la persona una transformación profunda, como consecuencia del aborrecimiento visceral del pecado que aparta a la persona de la fuente de vida; además, que en los ejercicios no está en juego conocer los pecados de manera puntual, sino en detectar los pecados en su proceso y profundidad; permitiéndome no quedarme en la acción pecaminoso por decirlo de alguna manera, sino en ser consciente del proceso interno que se mueve en mí que desemboca en una acción de pecado.
Por otro lado, la situación experimentada por Ignacio en su convalecencia de la herida en la pierna donde se da cuenta que los deseos le mueven, con algunos siente una alegría fugaz seguida por una tristeza; en cambio, con otros deseos en un primer momento no son muy tranquilizadores pero con el pasar del tiempo le producen paz y tranquilidad; resaltando que esos movimiento no fueron desde el primer momento tan claros como se puede especular, sino con la práctica de la conciencia tuvo la capacidad para diferenciar unos de otros, porque se traducía en un conocerse a sí mismo desde sus afectos. Partiendo de la experiencia de Ignacio, he podido detectar mis movimientos internos, en algunos momentos puedo diferenciar lo que producen en mí, reconociendo que siento movimientos internos que aún no tengo la claridad de su procedencia y aun no saber interpretar desde el discernimiento lo que me está invitando la Divinidad en la persona de Jesús de Nazaret.
De igual forma, al momento de leer y releer la literatura sobre las anotaciones fui clarificando el rol que desempeña cada uno de los involucrados en los ejercicios, enfocándome en las acciones del quien da los ejercicios, ya que tenía una visión errónea de las tareas que debía desempeñar al momento de dirigir los ejercicios, sin embargo, una frase que me interpelo fue la expresa por Emilio Gonzales: “ Quien da los ejercicios está obligado a desempeñar un papel que ayude a objetivar una experiencia subjetiva”. Pg.8. Me impacto porque el reto de quien da lo ejercicios es ayudar que la persona acompaña desde su realidad y sentir comience a dar nombre de lo vivido, además, de precisar los afectos y sus deseos dentro de un tumulto de emociones, que le puede desbordar o una tibieza que bien acompañada puede salir un mensaje de la Divinidad, vaya reto del quien da los ejercicios.
Por otro lado, el texto de Santiago Arzubialde denominado: Principio y Fundamento (23) lo fui interiorizando en darme cuenta de los cimientos de mi existencia, además, de ver las cosas que existen en el mundo como medios adecuados para la alabanza de Dios; resaltando que los mismos no son ni buenos ni malos, he de discernir cuales elementos de la creación me pueden acercar a cumplir con mi horizonte, de manera personal poco a poco voy diferenciando y haciéndome indiferente con aquellas cosas que me encanta, pero no me ayudan a llegar a mi horizonte y en aceptar aquellos medios que en un primer momento me cuesta utilizar para ser fiel a la voluntad de Dios, por ello, me interpela la siguiente frase del autor: “…la indiferencia es el modo de vivir existencialmente la apertura y la docilidad a la acción del Espíritu de Dios y la condición de posibilidad de la adoración”. Pg. 5.
Así mismo, las afecciones desordenadas son aquellas emociones que pueden ser impedimentos para avanzar en el crecimiento espiritual y pueden descentrar a la persona desviándolo del camino adecuado para la alabanza y servicio a Dios; resaltando que las emociones en sí mismas no son malas o buenas, sino cómo se gestionen pueden ordenar o desordenar al ser humano; en la actualidad una de las afecciones desordenadas es la entrega desenfrenada de las personas en ser exitosas materialmente, porque en el camino del éxito económico se atropellan a otros, se explotan y sobre todo se va deshumanizando quien emprende dicho camino.
Por otro lado, uno de los medios o instancia que me han enriquecido es el examen general, que desde hace dos años he intentado en ser disciplinado en hacerlo cada noche sin lograrlo, pero desde el inicio del diplomado he sido consecuente y de siete días a la semana mínimo cinco días lo realizó; además, que con la literatura proporcionada en la plataforma digital pude darme cuenta que lo concebía de una manera distinta a lo propuesto por San Ignacio, y al mismo tiempo fui comprendiendo que el examen en un medio adecuado para desarrollar mi capacidad de discernir mis mociones diarias, así mismo, en la mayoría de los días lo veo como una pausa de oración y encuentro con Jesús, pero otros días que son pocos me generan ansiedad al descubrir aspecto de mi vida daría que aún me cuesta aceptar.
Así mismo, lo propuesto por Melloni me permite darle gracias a Dios las veces que he sentido que he descendido a lo peor de mí, con diferencia que ahora ese descenso está acompañado con la misericordia de Dios que me lleva en ser agradecido en mis oscuridades porque se iluminan o mejoro en mis acciones de la vida diaria es una gracia de Dios, interpelándome como responde desde mi existencia por tanta misericordia recibida. Por lo tanto, al culminar de realizar esta síntesis reafirmo que el hilo conductor es reenfocar mi horizonte y los medios para lograrlo transitar.
BIBLIOGRAFIA
- Alonso, Pablo, El comienzo de la vocación apostólica: hacerse peregrino, Vol. 87 (2015) MANRESA pp. 213-222.
- Arrescurrinaga Idoyaga, Beatriz, LAS EMOCIONES, VERBO Y BRÚJULA DEL CAMINO ESPIRITUAL, Revista Manresa 93 (2021), pp. 65-82.
- Aschenbrenner, George SJ, Examen del consciente, En Manresa – Revista de Espiritualidad Ignaciana. 2011, no. 83. pp. 259-272.
- González Magaña, Emilio SJ, LAS ANOTACIONES DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES, un directorio pedagógico para la conversión, Revista Ignaziana N°21 (2016), pp. 3-22.
- Melloni SJ, Javier, Rechazo de la pulsión de apropiación, en Mistagogía de los Ejercicios, Ed Mensajero-Sal Terrae, Bilbao-Santander, 2001, pp 131-142.
- Santiago Arzubialde, SJ, PRINCIPIO Y FUNDAMENTO [23].