Lo que se ha olvidado
Ya no está el deseo, ya no es aquello que consume en desmedida, ese ardor por tener se fue, aun así, a la mente vienen labios, unos que desconozco, pero siento,
He olvidado el aliento de un alma, extraño los latidos de un otro, y aquella fusión de temblores por cercanías,
Se ha ido el romance, se ha ido de mi presente, como añoro el hormigueo de una ilusión, de imaginaciones, de eterno compromiso sin juicio social,
Y aquellas largas fantasías trasportadas en el descanso de un pecho, cual memorias presentes en cada latido, ya no es un estar bien ni mal, solo una más que sabe amar.
Van divagaciones ondeando hacia los faros de mundos celestes, buscando encallar en superficies terrestres, unos llegan otros no, los inconvenientes de la inercia, no tomar el timón del valor, es la deriva de abundantes navíos esperando una señal, una acción, una brisa que al menos los acerque a esta realidad, dejar que toquen arenas terrestres, que la ilusión sea real, que los sueños sean verdad, que este don sea la inagotable virtud por entregar.
Deseo
Pensamientos
deslizarme entre la fisura de tus labios, sumergirme a través de tu garganta, desembocar en la sensibilidad de finales, desmesurar cada fibra que custodia llamas prohibidas, normalizar delirios incomprendidos, destruyendo juicios sin sentido, darme la libertad de tomar este obsequio natural, retomar mis pieles, devorándote por dentro, pasar por cada terminación existente, sin imaginaciones secretas, tocar deleites en mi templo olvidado.
Oscuridad
Es esta mi morada, dónde fluye virtud, esta quietud atravesada, que construye tinieblas, ver la belleza escondida, sentina que corren lasos de unión, lo despreciable y oculto, el mayor tesoro, es el descolorido averno, donde nos reconocemos, embocar podredumbre de sentires irreales, de abono para el presente, un hambre insistente a descubrir lo que escondes, el veneno invasivo que se disfruta, la obsesión intensas que cautiva, es este mi hogar, mi mayor erario, el principio de conectar y el final de mi búsqueda.
Espíritu de Gea
Respiro mundo, el albergue de mi corazón, andantes nocturnos y diurnos hormiguean mi belleza, darles permiso a mis hijos de comer de mí, maldita mi ingenuidad llena de amor, suyas las cuchillas que atraviesan mi seno, este mal que aqueja a mis niños, ciegos ante las riquezas de mi regazo,
ignorada por instintos desconocidos, presos en un mundo ilusorio, pero aún espero, aun respiro, sin un tiempo, sin un juicio, mis suelos, mis aguas mis vientos, no es mi enojo, es mi dolor, es mi transformación, es mi espera que no flaquea,
desgraciada está herida, lamentos en los chillidos silenciosos que escondo en mi centro, rotar ya es fuerza, y frágil me encuentro en este tiempo, buscaré el origen de mi renacer, por un mayor tiempo, por el miedo a la inercia, y buscar los códigos de entrañas que renueven la existencia.
Preocupación
paredes de cristal, cual trasparente me pierdo en hendiduras, es esta frágil cúpula de cual no quiero salir, mi refugio, mi hogar, mi adicción, mi dolor ha adormecer sentidos, paralizar acción, este inmenso y desolado hogar impone afán, cual brillo que sega pupilas, divagando pesadillas, sueños, encuentros, frustraciones, ahogada de las ínfimas posibilidades de multiverso en mi ser, como estrellas que mueren y nacen, ideas que se disuelven en el cosmos, cuan materia oscura corroe el cuerpo, olvidando propósito.
Visitando a Sinhuesos
En la gris humedad, de oscuro encierro, Sinhueso se encontraba en el diván de los sueños, anhelando Suaves Pulpas, y extracto apetitoso de aquellas carnosidades que alguna vez creyó eternas, pero sinhueso no desiste de exigente utopía, es el libar eterno que desea encontrar. Dócil lo desconocen, pues vulnerable no se ve, y es que nadie comprende, que Sinhuesos solo desea lamer los contornos de existencia que lo acepten, un sentir que accede a deseos que oculta. Aquella humedad desolada siempre hormiguea los vértices que Sinhueso no puede evitar, aflorando aquellas pupilas, a delirios de suaves carnes que lo atormentan, y La inexistencia del tiempo precediendo en su ahora, es en el sentir sin un tiempo, que consume testa entera en imaginaciones, enraizado a no abandonar vicios ilusorios que lo llenan. Sinhueso, ahora solo permitirá imaginaciones que cree presente, presentes en el tiempo que cree no existente, más si un día disfrutar de dulces placeres en la eternidad del tiempo no real pero existente.
Ansiedad
puedes verte como la levedad de momentos incómodos, como la sombra que impacienta el día, ignorar o negarte es mi remedio adictivo, en compulsión de controles a este autómata, con miedos al vacío, con la muerte atravesada y la soledad de perderte, cuando eres lo que llena mi día. De resonancia vivo para no ver vulnerabilidades, para olvidar que siento, camuflar calmas en reacciones superfluas, consolar superficies, olvidando el viaje que aún espera por mí.
Presentación/Biografía:
Soy Zulenny Juany Céspedes Reynaga, nací en Santa Cruz de la sierra-Bolivia, de padre cochabambino y madre cruceña, detrás de mí un una mezcolanza sucrense, valluna y española, como todo mestizo. Llevo escribiendo desde los quince años de una manera muy ligera, me introduje al mundo de la literatura a los trece ya que antes odiaba leer, tenía y tengo dislexia, a los trece años volví a darle una oportunidad a la lectura y fue suficiente para que amara viajar a través de los libros. Mis escritos y/o poesías fueron un desarrollo autodidacta, uso como referente la existencia misma, como también una sana obsesión por el mundo interior del ser humano, y la variedad de libros devorados en el tiempo vivido.
Considero que la escritura tiene la capacidad de limpiar el alma, de poder desvelar toda oscuridad, toda luz que cada persona esconde o niega, la escritura es la transición para atravesar miedos de quienes creemos ser.
