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Primera Rueda de Negocios del Beni. Sembrar para cosechar con voluntad, valores y visión

Homero Carvalho Oliva

En la ciudad de la Santísima Trinidad, corazón del Beni, el 18 de noviembre pasado, aniversario cívico del Departamento, se realizó la «Primera Rueda de Negocios del Beni» que ha marcado un hito en el panorama económico regional, reuniendo a 55 empresas de diversos rincones del mundo y generando intenciones de negocios que superan los 2.700.000 dólares.

La Primera rueda de negocios del Beni, fue organizada por la Agrupación Acción Social-Beni, que surgió como resultado del Foro para el Desarrollo de Políticas Económicas “Generación de Riquezas”, realizado el 23 de marzo de 2023. Estuvo co-organizado por la Universidad del Valle, la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, SCA Eventos, CEPAD y Santa Cruz Agropecuario. En este foro se presentaron datos estadísticos y científicos que destacaron la riqueza económica que el Beni está generando en diversas áreas.

El principal objetivo de la Rueda de Negocios fue conectar a productores y proveedores de distintos sectores con empresas interesadas en sus productos, promoviendo relaciones comerciales sostenibles a corto, mediano y largo plazo. Además, busca abrir nuevos canales de comercialización, acceso a mercados y vinculación con entidades clave para el desarrollo económico regional.

Este evento fue un espacio fértil para el intercambio y la colaboración en sectores como la agroindustria, el turismo y la minería, posicionando al Beni como un eje estratégico en el crecimiento empresarial de Bolivia. El éxito del evento se debe al apoyo de 15 auspiciadores y 3 patrocinadores, quienes han reafirmado la importancia de esta iniciativa. Organizado por Acción Social Beni junto a varias universidades y asociaciones, el encuentro facilitó reuniones que abrieron nuevas oportunidades a corto y mediano plazo.

En un contexto nacional lleno de desafíos, el Beni se destaca como un faro de innovación y cooperación empresarial. La Rueda de Negocios no solo consolidó alianzas estratégicas, sino que también proyectó la región hacia el mundo, respondiendo a una creciente demanda global de alimentos. El impacto social del evento fue notable, porque impulsará la creación de empleos y mejorará la calidad de vida de los habitantes.

Con la participación de embajadas de Estados Unidos, Brasil, Francia y Bélgica, el evento amplió las posibilidades de intercambio comercial, resaltando el potencial del Beni para atraer inversiones que generen riqueza sostenible y consolidándolo como un actor clave en el escenario económico internacional.

La encargada de negocios de la Embajada de EE. UU., Debra Hevia, felicitó a los benianos por la Primera Rueda de Negocios del Beni, destacando las potencialidades productivas de la región. Agradeció la invitación y subrayó la importancia de estas iniciativas para fortalecer las relaciones comerciales. Hevia expresó la intención de restablecer plenamente el servicio diplomático en Bolivia y mejorar las exportaciones de productos bolivianos a EE. UU. Además, destacó la Rueda de Negocios como una plataforma clave para facilitar el intercambio comercial, dejando a sus técnicos para brindar información sobre oportunidades y productos disponibles.

Según Carlos Hugo Molina, experto en planificación: “Acción Social, desde el Beni, como Tarija Dialoga, están mostrando un camino a los liderazgos de la sociedad civil y la academia, para establecer un diálogo distinto con la política. Se trata de profundizar desde los territorios y con visión nacional, lo que debe servir para construir Bolivia desde el trabajo y la dignidad” .

Lavive Yáñez de Acción Social destacó que, además de todos los auspiciadores: “Mónica Marchetti una destacada empresaria ganadera en nuestra región fue nuestra patrocinadora oficial, un gran soporte para la realización de este sueño”

Por su importancia, transcribo el discurso de apertura de Lavive Yáñez:

Agradezco la presencia de las autoridades nacionales, departamentales, municipales y cívicas e institucionales que nos acompañan hoy. Saludamos a los productores, inversionistas y, de manera especial, a los emprendedores que, con determinación y fe en su capacidad, están dando vida a sus sueños.

Desde esta tierra generosa, donde la naturaleza despliega su riqueza y diversidad, es un honor, en nombre de Acción Social y sus aliados, darles la más cálida bienvenida a la Primera Rueda de Negocios del Beni. Este encuentro tiene como objetivo impulsar nuestro desarrollo económico, político y social, destacando las inmensas potencialidades de esta región oriental.

Expresamos nuestra gratitud a los medios de comunicación, cuyo trabajo amplifica el conocimiento y nos conecta con el mundo. Sin su labor y la tecnología que la respalda, nuestra visión y conexión estarían limitadas. Un agradecimiento especial a nuestros patrocinadores, cuya confianza y generosidad han hecho posible este encuentro, reafirmando su compromiso con el desarrollo y el futuro de nuestra región.

El Beni ha sido y sigue siendo un pilar solidario para Bolivia. Miremos al pasado no para vivir en él, sino para inspirarnos en aquellos visionarios que forjaron grandes sueños con coraje y determinación. Recordemos a los empresarios y siringueros de la goma, cuya inmensa y sacrificada producción, a finales del siglo XIX y principios del XX, llenó el vacío dejado por el ciclo económico de la plata y allanó el camino hacia el ciclo del estaño. Durante esa época, el 70% de los ingresos del tesoro nacional provenían de la aduana de Villa Bella. Luego, durante los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo veinte, los grandes y medianos ganaderos de las llanuras abastecieron de carne vacuna y cuero a las minas y centros urbanos más desarrollados del país. Recordamos aquellos históricos vuelos de provisión que llevaron la proteína roja que sustentaba a nuestro pueblo. Esta tierra fértil nos ha enseñado el valor del esfuerzo y la colaboración. Hoy, mirando hacia el futuro, sentimos un profundo orgullo por nuestro pasado.

El Beni ha sido también un foco de liderazgo y emprendimiento en Bolivia. Esta realidad refleja nuestra capacidad para construir instituciones sólidas y empresas prósperas. Ahora, ese espíritu de crecimiento y liderazgo debe regresar a nuestra tierra, para edificar una región productiva, justa, democrática y solidaria, en beneficio de todos los benianos y de Bolivia.

En este milenio no estamos cerrando un ciclo, sino siendo testigos de un cambio de era, donde las expectativas sobre el liderazgo son diferentes. Hemos visto figuras que, desde diversas esferas, han transformado la historia y también, por supuesto, me refiero a los intelectuales, escritores, poetas, artistas, músicos, que rescataron y reivindican cada día nuestra identidad regional de habitantes de la patria de las aguas, donde los ríos más caudalosos de Bolivia son nuestras vías de comunicación e integración.

Por eso mismo, tenemos que responder al gran cuestionamiento de nuestro pueblo: ¿qué tipo de liderazgo necesitamos para el futuro? Desde Acción Social, iniciamos una cruzada para replantear y fortalecer un liderazgo que trascienda intereses personales, priorizando el estado de derecho, el equilibrio y la justicia social. Los líderes del futuro deben tener una misión clara de servicio y un compromiso genuino con la democracia. En esta era, el liderazgo no puede recaer en un solo individuo, sino que debe surgir de un sistema de participación activa de toda la sociedad, tanto de los que vivimos en esta tierra bendita como de los que residen en otras latitudes cuyos ombligos están enterrados en los canchones de sus casas solariegas de los pueblos donde nacieron.

El propósito de Acción Social es construir una democracia donde el liderazgo refleje la voluntad del ciudadano.

En esta Primera Rueda de Negocios, nos reunimos no solo para fomentar el desarrollo, sino para responder juntos a una pregunta crucial: ¿cómo lograr la unidad? La respuesta radica en los puntos que nos conectan, en las visiones y aspiraciones compartidas para el Beni y Bolivia. Aquí, en este espacio de diálogo y cooperación, buscamos los terrenos comunes que nos permitirán construir un Beni sólido y próspero, donde cada esfuerzo individual contribuya al bien colectivo.

Es en este contexto donde las ideas y sueños de todos se encuentran y cobran fuerza, bajo un propósito común: transformar la riqueza de nuestra tierra en oportunidades para cada beniano y boliviano. Hoy, invito a reflexionar sobre lo que nos define como individuos y como sociedad. Muchas veces, buscamos soluciones externas sin cuestionarnos si estamos sembrando lo necesario para cosechar nuestras quimeras. En la vida, como en la agricultura, no podemos pedirle frutos a un árbol sin haber sembrado adecuadamente.

La verdadera riqueza no solo reside en los recursos que nos rodean, sino en los valores que cultivamos y en nuestra voluntad inquebrantable de construir el futuro que anhelamos. Es fácil señalar culpables, pero es mucho más valiente asumir nuestra responsabilidad. Preguntémonos: ¿cómo superamos esta crisis? En lugar de quedarnos atrapados en la culpa, debemos actuar.

El Beni es un ejemplo de un potencial inmenso, que ha sido postergado. Su riqueza natural, sus ríos que conectan horizontes y su gente trabajadora nos recuerdan que no hay excusas válidas para el estancamiento. Preguntémonos: ¿por qué nos hemos postergado? Tal vez por falta de unión, por la ausencia de proyectos sostenidos o por no alinear nuestras capacidades con un propósito común. Estas preguntas no son para reprochar el pasado, sino para definir nuestro futuro.

La clave del desarrollo económico está en la acción conjunta, en invertir en educación, infraestructura y en fortalecer nuestras industrias locales. Debemos dar valor agregado a nuestros recursos naturales y preservar nuestra riqueza ambiental. Podemos ser un modelo de desarrollo sostenible, donde lo tradicional se encuentre con la innovación. Creer en el Beni como motor de progreso que inspire a toda Bolivia es esencial. Para despegar, necesitamos coraje y convicción, pero, sobre todo, unidad. Que nuestras diferencias se conviertan en fortalezas y que, juntos, sembremos el cambio que queremos ver florecer.

Hagamos de la voluntad, la disciplina y los valores los pilares de un nuevo amanecer. El futuro nos espera, pero sólo podremos alcanzarlo si asumimos la responsabilidad de construirlo desde hoy. Así, establecemos las bases de un liderazgo que refleje la voluntad de nuestra gente y de una unidad que nos impulse hacia un porvenir de progreso y dignidad.

Señoras y señores, hagamos de esta rueda, una jornada histórica para el Beni, una región cuya diversidad productiva es su mayor fortaleza y su mejor carta de presentación ante el mundo. La ganadería, la riqueza forestal, la castaña, el arroz, la minería, el turismo ecológico, las energías limpias como la eólica e hídrica, y la proyección cultural son pilares de un departamento que está llamado a liderar el desarrollo sostenible en Bolivia y más allá.

Sin embargo, quiero enfatizar que ningún proceso de desarrollo será efectivo si no lo acompañamos de tres columnas esenciales: la educación, que es el motor del conocimiento; la tecnología, que multiplica nuestras capacidades; y la conexión comercial con el mundo, que abre las puertas para que nuestro potencial se traduzca en oportunidades reales. Esta es la verdadera revolución del tercer milenio, y el Beni no puede quedarse atrás.

Quiero cerrar con un pensamiento que resume nuestro compromiso y desafío como región amazónica: El futuro del Beni, de la Amazonía boliviana y de nuestro país, no solo es vital para quienes habitamos este espacio mítico en el que hubo grandes y antiguas civilizaciones que manejaban el agua, los montes y los ríos, sino para todo el planeta. Su desarrollo debe ser un equilibrio entre la riqueza natural y el ingenio humano.

¡Sigamos construyendo ese futuro juntos!

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