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Poemas de Juan Carlos Etcheverry Cristi

Encontrados

Se deslizan sombras
por tu ventana –mi amor-
sombras que matan
la indeferencia del olvido
que se castigan entre si
para vivir.

Se deslizan por el gran
Santiago
hasta llegar a calles
desconocidas
llenas de ti –mi amor-

Encontrándonos los dos,
en tonos negros dispariados
besan sus oscuras bocas
con sabor profundo.

La noche ha tenido
su eyaculación
y el excremento
viene saliendo temprano
sin café
sin dormir
a trabajar.

Se termina la feria
comienza el circo
que importa que rujan
los leones si igual son
pobres.

Se han levantado
edificios
en-cima
y las sombras se esparcen
de colores de vida

–mi amor-

Ya todo ha quedado olvidado
cien bocas has besado
a vinagre

-mi amor-

Traspasan los olvidos
impregnados a pena
de alcaparra renaciente;
los lunes son siempre así.

Que rasguen la bandera,
la estrella en mi pecho
quiero
parecerme a SSSuperman
y volar, volar, guevear, volar

-mi amor-

(poema extraído del libro: Registros, Confites y Papelitos)*

Caída Libre

Cayendo de la calle
con los brazos cortos
pero cayendo
solo
muy despacio
como el ardor de la vida
como las miradas no encontradas.

Cayendo en paracaídas
del cielo lleno
que despiertan las mañanas
al trasfondo del crepúsculo.

Donde se oxigenan
los cerebros inertes de estupor
cayendo parado.

Encima del avión
que me dio nacer
voy inclinándome
al final
(sin cinturón de seguridad).

(poema extraído del libro: Caída Libre)*

Tarde clavada en ti

Después de una semana
extensa
inacabable
de esas que no quieres
recordar.

Cierras inclusive los ojos
y los recuerdos se siguen
suscitando
¡es lo mas cercano
a una pesadilla!

Alicia no sale a jugar
al bosque
por miedo a morir
atrapada por las llamas.

Todo es fuego
te quemas de adentro hacia afuera
cualquiera diría
que es un castigo bíblico;
no hay donde escapar.

Las emociones se confunden
buscas un refugio
un paréntesis
un oasis
en medio del carbón.

Busco una placenta
donde descansar
para sentirte vivo
de alguna manera.

Los días en otoño
siempre son así
siempre con frío
este te llega
hasta los huesos.
Kafka se ha retirado
de la mesa
Dios dice hoy que nuevamente
que no vendrá
a comer.

Te invade una soledad
tan profunda
que te gustaría sentir
un abrazo afectuoso
pero ni siquiera llega
imaginariamente.

Vienes de enterrar
a un buen amigo
antes fue a Mozart
y ya no notas la diferencia.

Crees que podrías ser
el próximo
la muerte ronda
como todos los días
ella es disciplinada.

A veces piensas que el
tiempo es una excusa
de algo;
el tiempo es
y por algo está ahí.

Pero algo tiene que haber
en la vida,
no puede ser
un pasaje de ida
-aunque lo es-
pero a veces
no me gusta reflexionar
en ello.

Es como que me hiciera al tonto
para descansar un poco

me hace feliz
cerrar los ojos.

Hay estructuras que se remecen,
siento temblar la catedral
y el coro de ángeles
me pone alerta.

Creo que todo
se reduce al ansia
de vivir.

De despertar en tus brazos
sudorosos
que entiendas en verdad
la soledad
que se expele por mis poros.

Me amas en silencio
y no tengo que decir
demasiado
por el contrario, callar
y el solo roce de tus dedos
sean como curas
que aquietan mi alma.

(La Paz, 2019 – poema inédito).

Juan Carlos Etcheverry Cristi (1963) nace en Santiago de Chile, estudió la carrera de Publicidad. Su primera aproximación a la poesía es a través del taller literario “Espacio” (CEMOR – ASEC CHILE) bajo el alero de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), entre los años 1989 – 1991, conducido por el fallecido poeta Osvaldo Ulloa. Durante el periodo que duró el taller, se produjeron dos cuadernos de poemas (1990) en las cuales el poeta Etcheverry participó con 2 poemas (“Lonquimay” y “Pisagua Black”) junto a 24 poetas que conformaban el taller de poesía “Espacio”. Disuelto el taller, el poeta colaboró en el periódico La Época (2002) haciendo crítica literaria. Trabajo además como redactor creativo en diversas agencias de publicidad; publica su primer libro de poesía “Registros, Confites y Papelitos” (1994) en la Editorial Mosquito Editores, presentación que fue presentada por poeta chileno Jorge Tellier (poeta de la generación de los 50, poesía lárica). El año 1995 el poeta Etcheverry decide retornar a La Paz (Bolivia) donde actualmente reside, en una especie de reencuentro con su raíz paterna. En medio de sus libros va un manuscrito escrito en Chile que dará luz el año 2000, su segundo libro “Caída Libre” publicado por Plural Editores. Este libro fue prologado nada menos que por el fallecido poeta chileno Armando Uribe Arce (diplomático, abogado; perteneciente a la generación del 50, Premio Nacional de Poesía, 2004).

El poeta ha sido Asesor Literario de Santillana (1999). Fue colaborador del medio escrito La Letra e haciendo crítica literaria. Ha prologado el libro de la poetisa boliviana Rosario Aquim Chávez (Ojos del Cuerpo, 2004) y del poeta boliviano Julio Aliaga Lairana (Otoño, 2005) ambos publicados por Plural Editores.

Actualmente viene publicando sus poemas inéditos en la revista chilena online Coincidir, además de ser embajador de la revista en Bolivia.

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