De la hora cruel

Privados de todo, de la noche que murió tras el pálido atardecer, del amor que se fue tan fugaz como el viento y

la mañana que aún no llega, privados de todo, hasta de la libertad, ¡la vida continúa…!

Fortaleza y fe

Mi corazón se encuentra fuerte y esperanzado, para mi tierra doliente y vigorosa! ¡No desmayes patria mía…!

Lluvia de virus

No durará para siempre, tampoco la vida de las personas. Volveremos a encontrarnos y a sentir los latidos del corazón junto a nuestros seres queridos.

Quiera nuestro Señor que ese instante llegue pronto.

¡A no retroceder…!

A activar la voluntad día a día a mayor impulso y a no ceder ni un milímetro ante la peste que aniquila. Será una pesadilla para olvidar y recordar a quienes quisimos en vida y hoy no nos acompañan. El pasado quedará atrás.

Cambia, todo cambia

Cambia, todo cambia, la angustia cederá el paso a días de paz y armonía, nada quedará de la pandemia y el arco iris penderá del cielo, en recuperación del manto celeste que alegrará paisaje y hombre, que nunca debieron separarse.

Y al fin podremos decir a pleno pulmón: ¡Viva la vida, volvimos a nacer en conjunción con la Naturaleza!

QuédateEnCasa

Volverá a brillar el esplendoroso sol de la esperanza para la humanidad doliente, que sufre en silencio el paso de las horas sin premura. Arriba corazones afligidos por la peste, a no desmayar ni morir en la larga espera. Aguarda en tu hogar que cambie la suerte.

A orar se ha dicho

Elevad una oración por los que estrellaron sus vidas contra el esperpento del mal. ¡Qué desperdicio, una vida a cambio de un fantasma creado en laboratorio, con aviesas intenciones…!

Descanso citadino

¡Y la ciudad duerme…! Qué tranquilidad saber que los ciudadanos acatan la cuarentena dispuesta como medida preventiva por el gobierno nacional y, los dañinos virus, aburriéndose esparcidos en calles y parques desiertos. A no salir y cuidarse.

Paseo turístico

La situación existencial en el planeta cambia, como jamás hubiésemos imaginado. Hacen turismo los venados en Nara, Japón, coyotes en San Francisco, cabras en Gales, pavos reales en Madrid y llamas en El Alto; animales que recuperaron espacio por el encierro del hombre motivado en la pandemia,  ¡qué bien!

Lo que se hace se paga

Los coronavirus apenas son espectros de venganza debido al maltrato del ser humano a la Naturaleza, reino vegetal y animal. En Bolivia, ejemplo típico constituyen los incendios provocados en la Chiquitania, con miles de hectáreas calcinadas.

Seres fantasmales que cobran revancha al género humano, quitando a cambio millares de vidas.

Luto y dolor

La humanidad llora a sus muertos, diseminados a lo largo y ancho del planeta. Aparte del llanto que brota a raudales, ¿qué hacer…? Evocar a la gente que se fue sin decir adiós e implorar su descanso eterno, pero ante todo cuidarse y proteger la vida de la familia. No defraudemos a nadie. Sigue la vida.

Biografía

Heberto Arduz Ruiz Paceño de nacimiento, 1946. Abogado de profesión. Los estudios educativos los hizo   en Tarija y Sucre. Cursó la carrera de Derecho en la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, obteniendo el doctorado.

Desde la época de universitario sus artículos fueron publicados en Presencia Literaria, El Diario, Hoy, El País, Correo del Sur, La Patria y en diversas revistas culturales, entre ellas Signo.

Al presente, jubilado en la administración pública, dedica su tiempo a leer y escribir; habiendo editado hasta la fecha diez libros sobre estimación y crítica, aparte de una novela autobiográfica.