Márcia Batista Ramos
La escritora argentina Patricia Nasello es una de las grandes figuras de la narrativa hispanoamericana contemporánea, es Magíster en Escritura Creativa por la Universidad de Salamanca (USAL) y Contadora Pública por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Cultivadora del cuento fantástico, los relatos breves y microrrelatos. Obtuvo varios galardones con sus cuentos, entre los que mencionaremos aquellos otorgados por la SADE (Sociedad Argentina de Escritores, seccional Córdoba), el periódico “La Mañana de Córdoba”, la Municipalidad de Alta Gracia (Pcia de Cba, Argentina), la red ning TRIPLE C (Cofradía del Cuento Corto), la “Escuela de Escritores” (España), y las revistas digitales Internacional Microcuentista y Cuentos para el andén.
Su último libro es una antología personal, titulada “Está rugiendo otra vez”. Quarks ediciones, 2020; también publicó la micronovela “Acabemos con ellos de una vez”, Alción, 2019; y los libros de microrrelatos “Qué buen disfraz de leona” Micrópolis, 2019; “Una mujer vuelta al revés”, 2017, Macedonia; “Nosotros somos eternos” 2016, Macedonia; y “El manuscrito” 2001, edición de autor.
Participó en antologías, periódicos y revistas culturales (soporte papel) en Argentina, México, España, Perú, Rumania, Venezuela y Bolivia.
Desde el año 2013 administra Piedra y nido, antología digital de minificción con más de trescientos escritores publicados, de veintiocho países (http://piedraynido.blogspot.com).
Patricia cultiva el microrrelato, un género narrativo poco conocido y algo infravalorado por la mayoría de los lectores, que abarca una larga historia fundamentada por autores como Cortázar, Augusto Monterroso, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, entre otros grandes.
Los microrrelatos de Patricia Nasello ahondan en lo fantástico, aunque sin desatenderse, de la realidad cotidiana como ya comentamos: de hecho, lo fantástico en la vida cotidiana muestra precisamente la indescifrable complejidad de lo cotidianamente real: “Interpretación
Me culpa por su ceguera y quiere matarme.
Descubrí el resentimiento y las intenciones que ocultaba ese ojo inútil porque el otro, que está sano, me permitió observarlo frente al espejo.” (2019) Qué buen disfraz de leona
Su prolijidad la lleva a perfeccionar el género literario que la fascina, además, Patricia escribe acerca de la condición humana, a través de su micronarrativa, porque tiene la mirada bien puesta en el mundo que es egoísta y malo, y la autora no puede dejar de conmoverse con el dolor que habita el planeta, entonces registra los dolores del mundo, tal vez, con la esperanza de que un día sus letras reflejen una realidad inexistente, pero que ahora le duele y al narrar los dolores del mundo, su obra cobra tintes de universalidad: “Desamparo
Hoy Gonzalo cumple cinco años, pero nadie se lo ha dicho.
Es de noche, está solo, en la casilla donde vive hace frío —aunque él no se dé cuenta—.
Busca una hoja de papel, blanca, de ser posible. Si apareciera una de color también la aceptaría, hasta con un pedazo de diario se conforma.
Descubre una de color madera bajo las papas, sucia de tierra, arrugada, manchada con grasa. A esto le llama tener suerte.
Quita la taza de la mesa y apoya la hoja estirándola lo mejor que puede. Agarra el lápiz naranja, lo encontró en el barro hace un rato.
Lo que dibuje será su amigo, su compañía, piensa.
No se decide. Los perros le dan miedo, gatos no quiere. Un nene chiquito tampoco, tendría que cuidarlo. Las mujeres son un problema: la abuela se murió y su mamá sale todas las noches; vuelve de mañana, cansada, de mal humor, y a pesar de que siempre tiene puestas pinturas de colores lindos sobre la cara hasta enferma parece. Claro que también hay hombres en el mundo, cada tanto aparece alguno por la casilla. A él, ni lo miran.
Doña Amanda es otra cuestión. Una gorda de piel áspera y mirada suavecita que tiene una parte del pelo negro y otra parte blanca y otra anaranjada. Ella es la que todas las noches trae el café con leche, pero después se vuelve a su casa y hasta ahora no lo ha invitado.
Gonzalo piensa en Amanda y dibuja una señora. La cara un redondel con rulos, como ella. La boca una raya derecha, nunca la vio sonreír. Un triángulo por vestido. Los pies los hace de cualquier forma, pero con las manos es cuidadoso, esas son las únicas manos que lo acarician.
Al dibujo terminado lo guarda bajo la almohada. No es quiera tenerla encerrada, pero ya se sabe como son los grandes, a la primera oportunidad, se escapan.” (2017) Una mujer vuelta al revés
En los microrrelatos de Patricia Nasello, el lector percibe, fácilmente, las rupturas de los órdenes cronológico y espacial de tal suerte, que la comprensión lectora, es lo que permite la complementariedad del universo narrativo expuesto por la autora: “Luz
El Paredón de los Fusilados es un mal sitio de arribo, sin embargo, allí está él. Llegó con esa soledad absoluta de quien, en el afán de negar, hasta cuando le mostraron a su ángel custodio declaró que no lo conocía.
De pronto, una sombra acribillada se desprende del muro y sale a su encuentro. Se trata de una oscuridad de obsidiana, de una negrura de dragón caído; de un espanto que, sin embargo, habla con alianza en las heridas:
—Te perdono —dice.” (2017) Una mujer vuelta al revés
Como todos los grandes micronarradores, Patricia Nasello, relata expresando una brillante imaginación dilucidada en sutilezas.
La singularidad de su narrativa sumada a breves guiños, alusiones y elipsis, supera el humor fino o cualquier clase de humor, ya que en la obra de Patricia no hay cabida para el humor.
Los relatos de Patricia Nasello, son trabajados apoyados en una formidable capacidad de observación y plasmados en una prosa de singular rigor, articulando una imaginación pródiga y una sorprendente brevedad: “Salvaje
Decide eliminar con crueldad al enemigo: detona una carga de palabras odiosas, gastadas, en descomposición.” Brevilla. Revista de Minificción
Las palabras de Patricia Nasello, la gran escritora de microrrelatos, viajan por el mundo, ya que trabajos suyos, han sido traducidos al francés, italiano, rumano e inglés. Dejando el testimonio de que su caminata como escritora es única y está predestinada a escribir su nombre en las estrellas.