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Nina Hagen: ¡Aleluya!

Milan M.A. Gonzales / Crepúsculo

Hace una década de participar en un concierto organizado en Alexanderplatz de la capital alemana, Nina Hagen baja del escenario, quince minutos después se dirige a un vehículo donde su asistente me dice que espere. Me saluda e ingresa al coche, me invitan a subir en la parte trasera. Nina fuma, luego bebe de un termo, parece ser un ritual post-concierto. Nos dirigimos a un café, al lado del emblemático cine Babylon. Ahí empieza el diálogo con Hagen; cristiana, cantante de ópera desde los 9 años, con un rango vocal de 6 octavas que la hacen una de las voces femeninas más privilegiadas y auténticas en la historia de la música. Madre de dos hijos, y también del punk.

Milan. Nina Hagen ha sobrevivido varias décadas sobre el escenario. ¿Cómo ha sido su viaje hasta ahora?

Nina. Sí, uno natural. Uno muy bueno con Jesús a mi lado. Escribí un libro sobre mi vida, se llama Confesiones. En mi libro verás que conocí a Jesús cuando tenía 17 años. Era una joven muy, muy triste, con el corazón roto. Había sido traicionada por los amigos más cercanos y por la familia. Ya no quería vivir. Realmente estaba lista para ser candidata al suicidio. Entonces sucedió esta mesiánica experiencia. Tuve esta gran revelación, Dios se me reveló cuando tenía 17 años. Nunca, nunca volví a tener pensamientos frustrantes sobre, ya sabes, suicidarme y no ser amada, porque Dios me mostró su amor. Me curó de todas mis depresiones y frustraciones y me convirtió en la Nina Hagen que soy desde hace 40 años.

Milan. Su nombre es sinónimo de punk ¿Cómo se siente al respecto?

Nina. Bueno, me llaman la madre del punk porque en 1977 viajé a Inglaterra, por primera vez en mi vida. Mi amiga Juliana, que era estudiante de cine, me invitó a participar en una de sus películas. Así que cuando llegué a Londres me presentó a un compañero que también estudiaba cine. Se llamaba Julien Temple, él hizo películas con uno de los miembros de los Sex Pistols. Ellos me presentaron a estos músicos, yo tenía 23 años. Era la mayor, por eso es un honor que me llamen la madre del punk, porque debes entender que cuando estaba allá asistí a los jóvenes músicos. Les ayudé, ellos sabían que tenía toda una vida de músico profesional a mis espaldas, porque antes de ir a Inglaterra, ya era músico en Alemania del Este que hacía tours. Así que era alguien que podía hacer de guitarrista para las chicas. Podía ayudarlos con un millón de cosas, por eso se referían a mí como la “madre del punk”, no porque fuera la inventora ni nada parecido. Pero también hay que distinguir entre lo que me llamaban los medios de comunicación y lo que me llamaban mis amigos. Porque en la cultura juvenil del punk había una identidad muy natural, todo lo demás era industria. Sólo hacían música por dinero. Hacían música comercial. Verás, en los sesenta teníamos una música rock muy innovadora. Pero luego, en los setenta, surgió la música disco en el medio de la carretera. Así que los jóvenes que se hacían llamar punks no eran más que músicos callejeros que creaban música interesante en ese momento.

Milan. ¿Cómo define la música punk?

Nina. En los años setenta nos encontramos en una época maravillosa de música rock política. Joan Baez, Bob Dylan, Los Beatles con un mensaje de amor, los Stones con la lucha callejera revolucionaria, hombres. Todo esto había terminado. Esto fue, ya sabes, fuimos bombardeados con música disco. Así que la música punk fue algo que nació de los jóvenes. Querían tener su propia música. Y el rock and roll siempre fue tan inventivo. Antes del punk teníamos ska y reggae, rock and roll, todos los diferentes tipos de música rock. Habían artistas con mucho talento en los punks como The Slits, The Clash, Joe Strummer, Sex Pistols.

Milan. ¿Cuál es tu percepción sobre Sex Pistols?

Nina. Bueno, fueron jóvenes músicos que buscaron creativamente su libertad de expresión y la libertad de la crítica social. En su canción, God Save the Queen, ella no es un ser humano o la reina, se refieren al injusto sistema de gobierno. Fue un movimiento de jóvenes valientes, según mi experiencia.

Milan. Tras la muerte de su padre Hans Oliva-Hagen, su madre Eva-Maria Hagen contrajo matrimonio con Wolf Biermann, poeta y cantautor ¿Cómo fue su relación con Wolf y qué aprendió de él?

Nina.  Llegó en el momento justo de mi vida. Fue enviado del cielo (enciende un cigarrillo). Me ayudó a desprogramarme del sistema escolar nacionalista que programaba a todos los niños, incluida Angela Merkel, que por cierto tiene mi edad. Así que todos estábamos siendo programados como en los Estados Unidos el día de hoy. Cada país programa a sus niños, Wolf me ayudó a desprogramarme, siempre hay alguien que ayuda a los niños, recuerdas la canción en la que cantan “Hey, teacher, leave them kids alone (Hey, maestro, deja a esos niños en paz), refiriéndose al tema The Wall de Pink Floyd. Aprendí sobre el pensamiento político, aprendí muchas cosas de Wolf.

Milan. ¿Lee poesía?

Nina.  Claro. Toda la Biblia es una gran pieza de poesía. También escribo poesía. Leo poesía de Larry Norman, pero no me agrada la poesía bla bla. Prefiero la poesía cristiana.

Cuando tenía 12 años leí todo sobre Dostoyevsky, así que estaba preparada para este mundo malvado. En su libro Erniedrigte und Beleidigte (Humillados y ofendidos) aprendes siendo un adolescente cuan malvado y artificial es el mundo.

Milan. También creciste en un contexto ateo. ¿Cómo se desarrolló tu fe?

Nina. Mi padre era antifascista. Era ateo porque fue torturado por los nazis. ¿Cómo puede alguien que es torturado creer en un Dios bueno después de vivir eso? Es difícil. Puedo entender a mi padre, porque para él no había buenos cristianos a su alrededor, como podía hacerle entender que existía un Dios bueno. Mi padre experimentó la tortura. Mi abuelo fue asesinado en el campo de concentración de Sachsenhausen. Quiero decir, no es de extrañar que no crean en Dios. Un día, con tres años de edad, fui a la iglesia junto a una amiga que también era mi vecina. Mi papá estaba durmiendo en el sofá, yo estaba en la iglesia de la esquina. Íbamos todas las mañanas a esa iglesia. Mi papá se despertó temprano el domingo por la mañana y no me encontró, me buscó por todas partes, estaba listo para llamar a la policía, estaba caminando alrededor de la cuadra en busca de Nini y de repente me vio salir de la iglesia: “Nini me hiciste buscarte por todas partes…nunca vuelvas a hacer esto, papá estaba muy preocupado”. Le conté que en la iglesia hacen cosas realmente increíbles (…) todo el mundo estaba cantando, la gente se casa y las pequeñas niñas lanzan flores. Es tan maravilloso. Quiero ir allí todos los domingos”. El no podía creer en Dios, pero no me impidió querer creer en Él.

Milan. ¿Cómo empezó tu relación con Dios?

Nina. No tienes que olvidarte de mis tías, mi tía Muschel era católica, otra tía era evangélica. Estas dos tías fueron las más maravillosas cristianas que tuve, estas tías oraban conmigo y me hablaban de Jesús.

Milan. ¿Habla sobre el mensaje de Dios en tu música?

Nina. Sí. Y también a través de mis charlas, a través de mi blogging, a través de mi sitio web.

Milan. ¿Qué piensas sobre aquellos que siguen nutriéndose de las ideas de Hitler?

Nina. Hay gente que cree en la superioridad de la raza blanca. Qué estupidez. Todas las personas fueron hechas con la misma sangre. Por ejemplo, en el hinduismo o el budismo las familias que vive en las calles, o que hacen zapatos o trabajan en una peluquería, a esas personas no se les permite entrar al templo. Para nosotros los cristianos sería como decir “eres un pecador o no te ves lo suficientemente bien para mi, no puedes entrar a mi iglesia”. Es horrible. Lo mismo sucede con la gente que está fascinada por Adolf Hitler, creen en una especie de superioridad de una determinada raza. Todo eso está muy, muy mal.

Mi mensaje para los neonazis y para todos los demás en el mundo, especialmente para los políticos y para quienes están sentados sobre la maquinaria que les permite santificar guerras, quienes creen que pueden entregar nuestras vidas a las corporaciones. No tenemos más alimentos naturales. Estamos siendo bombardeados con alimentos genéticamente modificados. Así que, básicamente, no tengo un mensaje sólo para los neonazis que excluiría a todos los lunáticos que están corriendo por las altas esferas. Por lo que nunca sería suficiente para mí dirigirme a un solo grupo de personas, sino a todo el mundo. Quien quiera escuchar que escuche. Quien no quiera escuchar y probablemente tenga otro programa al que ir. Otra cena a la que asistir.

Milan. Entonces ¿Cuán importante consideras que es hablar sobre Dios a los niños?

Nina. A mí me salvó la vida cuando mi tía católica empezó a rezar conmigo. viví las historias más divertidas con ella, y con su hija. Gisela se preparaba para casarse con Gerd, y Gerd pertenecía a la iglesia evangélica,  Gisela desde luego era católica. Así que la pelea entre los padres se instaló ¿en qué iglesia se iba a realizar la boda? La pequeña Nini veía a los grandes pelear por eso. Al final ganó mi tía Muschel. La boda se hizo por la Iglesia Católica. Después de la ceremonia todos fuimos a cenar, entonces uno tras otro, empezamos a vomitar porque nos envenenamos gracias a unos hongos que ingerimos en la cena, nadie murió. Los recién casados sobrevivieron y siguen felizmente casados. Yo fui la pequeña que echó las flores, me di cuenta de que la gente pelea por la religión. Deberíamos estar unidos, amarnos y respetarnos. Aleluya.

Milan. ¿Cómo percibes el sistema educativo en Alemania? ¿Qué está mal?

Nina. Bueno mi querido, verás, el mundo está dirigido por políticos pornologos, son psicópatas. Muchos son miembros de sociedades satánicas secretas, por eso no te debería sorprender el pobre estado de la educación ni como estamos, quieren manipular al humano, quieren poseerlo todo, incluso las vidas humanas, su pensamiento, transhumanistas que son financiados por la gente más rica de este planeta, manipulan la genética, el blue print, lo que nos hace humanos, están realmente enfermos de muerte.

Veo el pecado en asesinar a la gente, veo el pecado en mentir sobre las razones para crear una guerra, veo un pecado en militarizar a los niños del colegio, en enviar a los más jóvenes a la guerra para ser asesinados por el petróleo o cualquier otra razón.   

Milan. Tras todo lo vivido cuál es su mensaje, su compartir más valioso

Nina. Mi vida entera es mi mensaje, mi maravillosa música es mi mensaje. Mi familia, mis amigos son mi mensaje, Dios es maravilloso, Dios tiene un plan perfecto para todos. (…) si sólo buscaríamos a Dios en nuestras vidas.

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