Qué remedio
Chris Morales – México
Angustiado, acudió a urgencias. Cuando le vieron el brote al lado izquierdo del pecho, le comentaron que eso no calificaba como una emergencia. Al mes siguiente, el corazón ya lo tenía fuera. Lo desechó porque “no era grave” y además no sabía de cuestiones médicas como para regresarlo a su lugar. La herida cerró y ahora trata con desprecio a todos y es indolente ante cualquier situación humana.
La mami
Daniel Frini – Argentina
Nunca sueño con la mami. No sé por qué. Quise preguntarle al psicólogo en uno de tantos comienzos de terapia; pero, después, él agarró para otro lado y la explicación se perdió. El cáncer se llevó a la mami hace mucho, pero hoy la vi en la cocina, preparando el mate. Juro que yo estaba despierto y ella no era un fantasma.
—Pero… —quise pedir una explicación.
—Las viejas del cementerio me aburren —dijo, mientras me pasaba un dulce—. Además, tenía frio, y me vine para las casas un rato. Después vuelvo.
Servicio militar obligatorio
Calixta Choque Churata – Bolivia
Había pasado meses desde que comenzó el servicio militar obligatorio. La estadía es en una ciudad lejana porque así lo quería él.
Quise mandar estos implementos de cortar cabello, pero llegué minutos después de cerrada la atención, mañana es feriado y todo el fin de semana necesita dinero; tendré que enviar.
Despertar siniestro
Juan Martínez Reyes – Perú
Cuando descubrieron que el asesino de los niños, era el maestro. Nadie pudo creerlo. Algunos dicen que lo hizo porque había enloquecido, otros, aseguran que estaba harto de la malcriadez de los infantes, pero yo sé que lo hizo por placer. Yo hubiera hecho lo mismo.
En casa del herrero
Laura Nicastro – Argentina
La lima reinaba en la herrería.
Un día entró una vieja serpiente. Empezó a roerla. Creyendo que el reptil la quería devorar, la lima río:
– ¡Qué tonta! Si yo deshago el mismo hierro, ¿cómo vas a romperme?
Contestó la serpiente:
– Sólo estoy afilando mis colmillos gastados.
Se fue, sinuosa.