Venganza ardiente
Juan Martínez Reyes – Perú
Todo se derrumbó aquella tarde de otoño, cuando lo encontré con otra. Después, lo vi ardiendo desesperadamente en las calles.
Apocalipsis
Gabriel Ramos – México
Al final, lo único que quedó fueron las fotos y los vídeos que nadie verá jamás.
La vida sexual de las arañas pollito
Daniel Frini – Argentina
—He pasado una noche maravillosa. Te recordaré siempre, corazón —dijo la araña, mientras sus quelíceros sorbían la masa gelatinosa que, minutos antes, era el macho que la había cotejado, bailando una danza asombrosa―. Les hablaré a tus hijos de lo buen amante que fuiste ―continuó, mientras se sobresaltaba, pudorosa, al dejar escapar un pequeño eructo y una tenue nubecilla de pelos de su amado.
Caminatas
Fabiola Morales Gasca – México
Hay una larga avenida que le gusta recorrer cuando todo va mal. En ella olvida todos sus fracasos y dolores. Felipe fuma un cigarro mientras camina, ha enterrado los recuerdos, la boca de la noche lo devora todo. Como otras tantas ocasiones ha intentado detener el tráfico, pero hoy no. No quiere que lo persigan los policías y su desagradable familia insista en llevarlo a un hospital. Sólo camina por el gran boulevard entre autos esperando ser tragado por la densa oscuridad y las brillantes luces de algún auto a gran velocidad.
La patrona de los resucitados II
Carmen Nani – Argentina
Jesucito, ya he gastado las cuentas de dos rosarios. Escuchame por favor. Estoy muy preocupada por este hombre que me pide y me ruega que lo resucitemos. No es un hombre bueno y lo reconoce. Pero, Jesucito, aunque se convirtiera en un santo, tiene que seguir muerto, porque si se entera de que la Eulalia se va a casar con el Lázaro que vos resucitaste, lo vuelve a matar.