Lo inexorable
Nélida Cañas – Argentina
Inopinadamente el duraznero creció dentro de la vasija de terciopelo azul. Como todos sabíamos que perderíamos a uno de los dos, la nostalgia creció como un fruto no deseado.
Epígrafe de un minificcionista
Juan Martínez Reyes – Perú
Y pensar que sólo fue un microinfarto.
Metamorfosis
Rodolfo Lobo Molas – Argentina
La vida tiene sus bemoles, dijo. Y la transformó en melodía.
La muñeca
Márcia Batista Ramos – Brasil
Los padres del joven agricultor, querían dar continuidad a su apellido. Cuando su único hijo varón entró a la casa después de las faenas diarias, los padres se miraron y sonrieron mostrando complicidad. El hijo entró al dormitorio para sacar ropa limpia y bañarse, se percató que su muñeca inflable no estaba en su ropero. Tomado por la ira agarró el hacha y los miles de pedacitos de la muñeca se mezclaron con los pedacitos de los padres.
La sed
Rubén García García – México
Despertó en la madrugada con sed. Fue a la cocina, abrió la nevera y asió la jarra, que en vez de agua tenía una cara con la boca abierta por donde salía una lengua polvosa y aplanada. Tengo sed, —dijo con voz aniñada. Violentamente se incorporó de la cama con lumbre en la garganta y su corazón desquiciado. Se quedó inmóvil y masacrado, esperando la mañana.