Las partículas del virus de la gripe A adaptan estratégicamente su forma (para convertirse en esferas o filamentos más grandes) para favorecer su capacidad de infectar células en función de las condiciones ambientales, según un nuevo estudio de los científicos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH). Esta respuesta, hasta ahora desconocida, podría ayudar a explicar cómo la gripe A y otros virus persisten en las poblaciones, evaden las respuestas inmunitarias y adquieren mutaciones adaptativas, explican los investigadores en un nuevo estudio publicado en Nature Microbiology .
El estudio, dirigido por investigadores internos del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de los NIH, fue diseñado para determinar por qué muchas partículas del virus de la influenza A existen como filamentos. La forma del filamento requiere más energía para formarse que una esfera, afirman, y su abundancia no había sido explicada anteriormente. Para encontrar la respuesta, desarrollaron una forma de observar y medir la estructura del virus de la influenza A en tiempo real durante su formación.
Los investigadores encontraron:
- Los virus de la influenza A ajustan rápidamente su forma cuando se exponen a condiciones que reducen la eficacia de la infección, como la presencia de anticuerpos antivirales o la incompatibilidad del huésped.
- La forma de un virus es dinámica y se ve afectada por su entorno, en lugar de estar fijada por la tensión, como comúnmente se cree.
- El estudio evaluó 16 combinaciones diferentes de virus y células que dieron como resultado tendencias de forma predecibles.
Experimentos anteriores del equipo de investigación demostraron que los filamentos del virus de la gripe A pueden resistir la inactivación por anticuerpos, y el equipo está trabajando para comprender exactamente cómo los anticuerpos influyen en la forma y la eficiencia de la infección. También prevén aprender cómo las mutaciones virales afectan la forma del virus. Muchos otros virus, como el del sarampión, el ébola, el Nipah, el Hendra y el virus respiratorio sincitial, también incorporan una estrategia de infección de forma mixta, señalan los investigadores.