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La sociedad patriarcal y el machismo en el marco de la decadencia del capitalismo y la perspectiva socialista

Alex Chamán Portugal

Introducción

La sociedad patriarcal y su manifestación en el machismo son expresiones históricas de dominación que han acompañado a las relaciones sociales de explotación. En el modo de producción capitalista y su expresión neoliberal, estas formas de opresión se han intensificado y sistematizado, reproduciendo desigualdades en los planos económico, social, político, jurídico e ideológico.

La humanidad ha sido testigo, en el siglo XX, de la experiencia histórica de construcción del socialismo en la Unión Soviética de Lenin y Stalin, así como en la China Popular de Mao Tse-Tung, demostró fehacientemente que es posible construir alternativas que enfrenten las condiciones objetivas y subjetivas que producen y reproducen el patriarcado. Examinamos la decadencia capitalista y su depredador neoliberalismo, la manipulación ideológica y los logros transformadores del socialismo en construcción, destacando cómo este sistema respondió a las demandas de las masas populares hacedoras de la historia y, en particular, de las mujeres.

1. Capitalismo y neoliberalismo

1.1 Decadencia y crisis del capitalismo

El capitalismo, en su fase imperialista, enfrenta crisis recurrentes que erosionan las bases materiales de la sociedad. Según Lenin el imperialismo es la fase superior del capitalismo, marcada por el monopolio y la exportación de capital que intensifican la explotación de las masas populares, especialmente en las naciones oprimidas y llamados países tercermundistas. En América Latina, el neoliberalismo profundizó estas desigualdades, favoreciendo a las clases sociales dominantes mientras condenaba a las mayorías populares a mayor pobreza, indigencia, precarización laboral, etc., a través de la conculcación de sus derechos fundamentales y libertades demoliberales.

La crisis capitalista no se limita al ámbito económico y político, puesto que abarca también una decadencia ideológica expresada en lo cultural y moral, donde valores como la solidaridad y la empatía han sido reemplazados por el exacerbado individualismo, descomunal egoísmo y feroz competencia. Esta degradación se expresa en la perpetuación del patriarcado, que actúa como un pilar ideológico para mantener las jerarquías sociales y de género en desmedro de las mujeres, especialmente de los sectores populares.

1.2 El patriarcado como instrumento de dominación

El capitalismo se beneficia del patriarcado, perpetuando roles de género que refuerzan la subordinación de las mujeres y dividen a las masas trabajadoras. En las sociedades capitalistas, las mujeres no solo son explotadas económicamente a través de trabajos mal remunerados y no reconocidos (como el doméstico), sino que también son objeto de opresión ideológica y cultural, con el machismo como mecanismo central de control.

Federici (2004) argumenta que el patriarcado ha sido una herramienta fundamental en la consolidación del capitalismo, especialmente en su origen, donde la explotación de las mujeres y la privatización de la reproducción jugaron un papel crucial. Silvia Federici también señala que el capitalismo utiliza el patriarcado para dividir a las masas trabajadoras, perpetuando desigualdades de género que favorecen la explotación.

1.3 Decadencia moral del capitalismo

El neoliberalismo ha promovido la mercantilización y degeneración de las relaciones humanas, erosionando principios como la solidaridad y la empatía. La explotación laboral, las crisis económicas recurrentes y la alienación cultural han sumido a las masas en una profunda desesperanza, facilitando la manipulación ideológica.

1.4 Manipulación ideológica y alienación

Los aparatos ideológicos del Estado, como los medios masivos de información, las redes sociales, las instituciones educativas, la religión y las congregaciones evangélicas, entre otros, desempeñan un papel clave en la alienación de las masas. En lugar de fomentar una concepción científica del mundo a través de una conciencia crítica, impiden siquiera aproximarse a esa concepción promoviendo valores individualistas y consumistas que desvían la atención de las causas estructurales de la explotación, opresión y exclusión. Esta manipulación mantiene a la población “educada” e “instruida” en un estado de desideologización, despolitización, desinformación y manipulación consolidando la dominación capitalista y patriarcal.

2. Logros de la construcción del socialismo en el siglo XX

2.1 La Unión Soviética y sus avances en favor de las masas y las mujeres

La revolución soviética, conducidas por Lenin y Stalin, sentó las bases de una transformación profunda en las relaciones sociales, por ejemplo:

Emancipación de las mujeres: En 1918, se aprobó el Código de Familia, que garantizó el divorcio, la igualdad legal entre hombres y mujeres, y el acceso a servicios como guarderías estatales, permitiendo a las mujeres integrarse plenamente a la vida económica y política.

Educación y salud universal: La Unión Soviética eliminó el analfabetismo en amplios sectores de la población y universalizó el acceso a la salud, mejorando significativamente las condiciones de vida de las masas populares.

Transformación cultural: Campañas masivas de alfabetización y educación política desafiaron las estructuras patriarcales, promoviendo la igualdad y la solidaridad.

Los avances en igualdad de género fueron notables, especialmente con políticas como la garantía del acceso de las mujeres al trabajo remunerado y la atención infantil gratuita, que liberaron a las mujeres de las tareas domésticas opresivas (Fitzpatrick, 1999). Así: «El socialismo soviético fue pionero en el reconocimiento legal de la igualdad de género, garantizando el acceso a la educación y la salud como derechos universales» (Fitzpatrick, 1999, p. 113).

http://mhijasdelpueblo.blogspot.com/2016/03/contra-la-explotacion-capitalista.html

2.2 La China Popular y su ruptura con el patriarcado feudal

La revolución liderada por Mao Tse-Tung transformó una sociedad caracterizada por la opresión feudal y patriarcal.

Reforma agraria: Se redistribuyó la tierra, beneficiando a millones de mujeres campesinas que por primera vez accedieron a recursos económicos propios (Chang, 2008).

Abolición de prácticas opresivas: Se eliminaron tradiciones como el matrimonio forzado y la dote, liberando a las mujeres de siglos de opresión estructural.

Participación política: Las mujeres asumieron roles protagónicos en las comunas populares y en las estructuras del Partido Comunista, contribuyendo a construir una sociedad más igualitaria. Chang (2008) destaca cómo la reforma agraria y la abolición de prácticas opresivas como el matrimonio forzado constituyeron pasos fundamentales hacia la igualdad de género.

Estos logros demuestran que el socialismo no solo buscó erradicar la explotación económica, sino también transformar las relaciones sociales que perpetuaban la opresión y exclusión en desmedro de los pueblos, especialmente contra las mujeres.

3. Decadencia capitalista frente a la perspectiva socialista

3.1 Transformación de las relaciones sociales

Al abolir la explotación económica y promover la igualdad de género, el socialismo desmantela las bases del patriarcado y del machismo, avanzando hacia una sociedad verdaderamente emancipadora.

3.2 Decadencia ideológica del capitalismo

El capitalismo y su expresión neoliberal ha convertido las relaciones humanas en mercancías, exacerbando la alienación y la deshumanización. Los medios masivos de manipulación junto a las redes sociales, controladas por corporaciones transnacionales, no solo perpetúan estereotipos de género, sino que también fomentan el odio y la polarización, debilitando la capacidad de las masas para organizarse y resistir. Ramonet (1998) sostiene que los medios masivos de comunicación juegan un papel fundamental en la manipulación ideológica, promoviendo valores individualistas que alienan a las masas. «Los grandes medios de comunicación son la herramienta principal del neoliberalismo para construir un consenso en torno a la inevitabilidad del sistema capitalista» (Ramonet, 1998, p. 45).

3.3 Éxito del socialismo como modelo humanizante

En contraste, los proyectos socialistas demostraron que es posible construir una sociedad basada en la igualdad acorde a necesidades y capacidades de los individuos, la solidaridad y la justicia. La educación socialista, al fomentar el pensamiento crítico y propositivo, permitió a las masas cuestionar las estructuras de explotación y opresión a fin de trabajar colectivamente hacia su emancipación.

4. Socialismo, mujer y lucha contra el patriarcado

El socialismo demostró que la igualdad de género no es un complemento, sino una condición indispensable para la emancipación total de la sociedad. Al garantizar derechos económicos, sociales y políticos a las mujeres, el socialismo desafió las raíces del patriarcado, promoviendo una cultura de igualdad y respeto mutuo. Mario Kaplún resalta el rol de la educación en sociedades socialistas, subrayando que esta busca la emancipación y la formación crítica, a diferencia del modelo capitalista que fomenta la alienación. «El socialismo aspira a educar para la transformación, promoviendo una conciencia colectiva capaz de superar la explotación y opresión» (Kaplún, 1985, p. 68).

La lucha contra el patriarcado no se limita a las mujeres, ya que expresa la lucha de clases, donde la emancipación de las mujeres y la erradicación del machismo son fundamentales para la unidad y la fortaleza del movimiento obrero y popular en su conjunto.

Conclusión

La experiencia de edificación socialista de la Unión Soviética y la China Popular ofrece una lección fundamental: las relaciones de explotación y opresión no son inherentes a la humanidad, sino productos de condiciones materiales e inmateriales de sociedades injustas que pueden y deben ser transformadas. Es posible transformar las estructuras de explotación y opresión que sostienen al capitalismo.

Frente a la decadencia capitalista, el socialismo se presenta como una alternativa viable y necesaria, capaz de construir una sociedad más justa, solidaria y humanizante. En este horizonte, la superación del patriarcado y el machismo no es solo un objetivo, sino una realidad alcanzable que demanda la lucha colectiva de todas las masas populares.

Mientras el capitalismo avanza hacia su decadencia, el socialismo emerge como un horizonte necesario para construir una sociedad basada en valores humanizantes, justicia y dignidad para todos los pueblos.

Referencias

Federici, S. (2004). Calibán y la bruja: Mujeres, cuerpo y acumulación originaria. Traficantes de Sueños.

Fitzpatrick, S. (1999). La revolución rusa. Oxford University Press.

Chang, J. (2008). Cisnes salvajes: Tres hijas de China. Anchor Books.

Engels, F. (2009). El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Akal.

Goldman, W. Z. (1993). Women, the State and Revolution: Soviet Family Policy and Social Life, 1917–1936. Cambridge University Press.

Kaplún, M. (1985). La comunicación en la revolución. Ediciones Nueva América.

Lenin, V. I. (2010). El imperialismo, fase superior del capitalismo. Akal.

Mao Tse-Tung. (1977). Obras escogidas. Ediciones en Lenguas Extranjeras.

Marx, K. (2020). Manuscritos económico-filosóficos de 1844. Akal.

ONU Mujeres. (2022). La igualdad de género y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: Informe regional. Naciones Unidas.

Ramonet, I. (1998). La tiranía de la comunicación. Debate.

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