Maurizio Bagatin
Erase una vez el medioevo y hoy también. En la oscuridad que sufre hoy la humanidad, ha llegado también el lenguaje del kakistocrate. Orwell ya no sonríe detrás de esta venganza que cada día va pareciéndose a una justicia neurótica.
Es cierto que oímos pocas veces hablar de Gilánia, de esta sociedad que puede aun enseñarnos muchas cosas. Percibí en Marija Gimbutas otros espacios de luchas, y me acordé de que ni Smith y ni Marx incluyeron el trabajo femenino, el cuidar a los niños, a los enfermos y a los ancianos, como un trabajo productivo, como tampoco advirtieron sobre el cuidado de la naturaleza. Fueron palabras al viento las de Podolinskij y de Georgescu-Roegen. Smith y Marx ignoraban aun el concepto de entropía. Y así estamos hoy, llenos de basuras y de contaminación.
El trabajador sigue sufriendo en el étimo de la palabra trabajar, como en un nomen omen sin fin; y con razón que en muchos países el trabajo se lo llama “pega”, tres palos eran los que iban a torturar al esclavo…trabajar, tripaliare, tripalium… aunque fuera solo sufrir, hasta bíblicamente es esta la consigna.
¿La poesía podrá organizar el pensamiento y a la acción de tal manera que finalmente se convierta en ese cuerpo humano social del que, desde siempre, escriben los poetas?