Juan Jesús Martínez Reyes
La poesía es el arma que nos ayuda a escarbar nuestro interior cuando el corazón habla. No solo porque el trabajo poético es una lucha constante con las palabras, sino porque el poeta, creador de mundos, está en la búsqueda constante de la perfección de sus escritos. Así, en el poemario “Inframundo y otros poemas”, del escritor chimbotano Dante Lecca Lozano, nos traslada al mundo de la urbe, en los primeros poemas, como haciendo un recorrido de la ciudad y de la cotidianidad.
Cada poesía nos lleva a un micromundo, donde el yo poético nos va relevando a través de los versos, la angustia, el dolor, el erotismo y otros demonios que habitan dentro de él. El lenguaje que maneja Lecca es coloquial, pero a través de esa sencillez nos lleva a la recreación de una imagen profunda de la vida, algunos oníricos, otros, reflejan una realidad agridulce y en varios de ellos, la presencia femenina es el elemento fundamental de su poética.
La urbe y la violencia imperante se presentan en el primer poema, para llevarnos a la reflexión de nuestro entorno. Así se visualiza en el poema “Casa vacía”: “…no importa que desconocidos pasen a beber agua / nadie sabe de los cruentos desiertos…y que no vengan un día a visitarnos de improviso / toquen la puerta con sus pistolas / y nos masacren por las puras y santas huevas”.
De igual modo, se manifiesta la vida bohemia del yo poético, quien recorre la ciudad en búsqueda de nuevas experiencias. Esto se percibe en el poema “Inframundo”: “Demasiado tarde / la conocí jugando a las billas / y no me rechazó cuando la invité un trago… / demasiado pronto para conocernos / demasiado pronto para alejarnos / y tú que haces le doy a los poemas / y tú pues me paro equivocando de tipo…”.
En otra de sus poesías, Lecca reflexiona sobre la vida, por qué y para qué estamos aquí. Así se confirma en el poema titulado “Si me fuera dado vivir un día de más”, cuyos versos inician de esta forma: “Si me fuera dado vivir un día de más / me gustaría quedarme a solas / para pensar por última vez / el sentido de la existencia…”.
El tema de la muerte, también es tratado por el poeta en su poema “No sería nada malo morir un viernes”. Así, la muerte, el fin de nuestra existencia, es el escape de todos nuestros problemas o como en el poema, un sano y necesario descanso para el hombre que ha vivido lo suficiente. Como señalan los versos: “No sería nada malo morir un viernes / jueves no porque sería media semana / y molestarías a los amigos con la noticia… / solo tú estarás presente un día viernes / una vez cumplida tu jornada laboral…”.
Por otro lado, encontramos la presencia de la madre, en el poema “Madre”. Es precisamente ella, el único ser que es capaz de engendrar vida, también es la que nos protege y la que en su bondad infinita puede sacrificarse por sus hijos. Así, el poeta expresa: “Madre / ya están llegando los caballos / cansados de trotar por las arenas / para beber el agua de tus manos / como sueles hacer con todos…”.
El erotismo y la mujer aparecen en varios poemas, como en la poesía “Pronuncio tu nombre”, donde el autor despliega un buen manejo del lenguaje, cargado de imágenes y metáforas. Como se evidencia en los versos: “Pronuncio tu nombre en el bosque de cedros / los árboles son tus muslos con medias verdes… / ah la X de tus pechos ah la V de tu vientre / el cielo de tu boca el infierno de tus caderas…”.
Es necesario señalar que dentro de este poemario, encontramos una micropoesía titulada “Encuentro”. En este breve poema, el yo poético nos configura una metáfora del hombre y la mujer, dos polos diferentes, dos formas de pensar y dos maneras de realizar trabajos totalmente disímiles que desde los inicios de la humanidad, todavía sigue marcado en nuestro presente, la caza (para el varón) y la recolección de frutas (para la mujer). Así se constata en esta micropoesía: “Él camina portando / un esqueleto de pájaros / ella de uvas”.
En suma, el poemario “Inframundo y otros poemas”, de Dante Lecca, dimensiona la urbe, la violencia, la muerte, reflexiones de la existencia, la bohemia, el amor y el erotismo, todos ellos, unidos por el estambre de la presencia femenina. Así, ratificamos que el autor no se cierne a un eje temático monótono, sino a una pluralidad de poemas que apuntan hacia el disfrute estético, en diversos matices, donde el lector seguramente se identificará con alguno de los poemas de este libro.
