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La mujer poliédrica

Angélica Guzmán Reque

“El hombre es capaz de crear guerras, la mujer solo crea paz”
Jessy Dillon

¿Por qué mujer poliedro? Así como el poliedro es una figura geométrica de muchos lados, la mujer de todos los tiempos tiene muchas aristas, posee actitudes de colores y formas que, al final del día, pide un sillón cómodo, que ni siquiera lo ocupa porque, de inmediato se acuerda que todavía el día, para ella, no ha concluido.  Esa figura tridimensional, la representa fielmente porque, así como la historia la retrata con una escoba en la mano y el delantal impecable, hoy es la bruja que vuela en el entendimiento y el brillo de su capacidad, negada por siglos, es aquella realidad de vida apenas descubierta y poco sentenciada, pero de una esperanza sin límites.

          La mujer de nuestros días tiene muchos retos, así como muchas dificultades que vencer, Sabemos, por la historia, páginas llenas y volúmenes del tratamiento de ese tiempo y espacio en que le tocó actuar los siglos vividos. En todos ellos ha sido considerada y, aún lo sigue, en muchos espacios socio culturales del mundo, como la pareja del hombre, solo en el sentido de la procreación, que indudablemente es una noble tarea, poco reconocida y menos valorada.

        Fue el mundo varonil que, por espacio de siglos ha sido culpable para mantener a la mujer en una posición desigual. En distintos círculos sociales y profesionales el egoísmo del varón no permitió y, aún no lo permite, que la mujer sobresalga en actitudes de capacidad profesional, habiendo sido relegada, nada más a los quehaceres del hogar. El varón sólo permitía su propio brillo, dejando que la mujer se debatiera entre el engaño, las tinieblas y, muchas veces la ignorancia y la superstición.

        Hoy, la mujer ha despertado, si bien no de manera paritaria en el mundo porque, así como hay regiones de progreso y bienestar para ella, otras regiones continúan en el atraso y la desigualdad. Es importante despertar la conciencia femenina a no ser tratada como objeto, como cuando solo es valorada por la belleza, que fomenta la rivalidad, dejando de lado la autoestima y dejándose llevar por la vanidad y el culto al cuerpo, nada más.

        Debe imponerse la educación e instrucción paritaria, de hombres y mujeres en todos los campos del arte y de las ciencias porque existe igualdad en la fuerza, el arte y la voluntad de ejercer cualquier posibilidad de trabajo o de estudio, porque no hay sexo débil para ejercer o experimentar cualquier oportunidad, es suficiente que su realidad se la imponga. La lucha por imponerse es ardua, porque el varón, casi nunca permite que la mujer se imponga sobre él. Se debe luchar por la discriminación de sus facultades intelectuales y morales porque la ignorancia es la orfandad del alma, es una soledad moral que puede conducirla al desánimo.

       El reconocimiento de los derechos feministas es un principio que la ha llevado a la reivindicación y a la necesidad de su participación en la construcción de una sociedad más igualitaria, en países desarrollados desde finales del siglo XX y en los primeros años del siglo en que vivimos. Mientras que, en los llamados subdesarrollados, todavía nos debatimos entre la miseria del trato y la posibilidad de seguir adelante.

        La mujer moderna, la poliédrica, esa es la que vive y siente en Latinoamérica, mujer que sin descuidar su hogar, ella se ocupa de buscar formas de emprender negocios o labores que le hagan sentir bien, por eso, muchas veces, se equivoca y sus contendores están pendientes para castigarla de la manera más cruel. Sin embargo se impone porque hace caso a su conciencia femenina, así como de las limitaciones que le impone la sociedad patriarcal. Lo importante es comprometerse consigo misma y con el tiempo y sus intereses, en favor de reivindicar la igualdad de las mujeres con los hombres, primero a nivel intelectual y más tarde en derechos.

        Quizá una de las actividades importantes sería conocer a las mujeres que empiezan a destacar en cualquier ámbito literario, científico, bellas artes, artesanía, etc. Defender los derechos de la mujer en la educación, al trabajo digno y con igual remuneración que el hombre, la maternidad consciente y el derecho al voto, no impositivo, sino libre de elección.

       Mujeres emprendedoras que son creativas son las mujeres de los pueblos de esta región, como de casi toda América, son artistas con la artesanía, lo hacen con hojas de palmeras, hilos que, ellas mismas hilan, semillas de las plantas que tiñen y ensartan de forma estética. Es hermoso verlas compartiendo, alegremente en corrillos. algunas comentan el chime del día, otras, cantan y se alegran. Al cabo de un tiempo se observa sus trabajos coloridos, en hamacas multicolores, sombreros que protegen del solo abrazador, cestas para el mercado o paneros. que adornan las mesas sencillas de estos pueblos risueños y, ellas mismas ataviadas con aros y collares elaborados por esas manos laboriosas con el don de la creatividad.

         La mujer de nuestros días no se deja llevar por limitaciones, muchas veces, debe vencer la situación de esclavitud en la que, todavía vive, en determinadas comunidades del mundo, que se manifiesta cuando el hombre quiere mantener a la mujer a su antojo y bajo su dominio, como el de no dejarla trabajar, menos salir a ninguna reunión social, ni familiar, con argumentos que despiertan miedo y zozobra frente a la sociedad. Esas mujeres adquieren el miedo a la mano cruel del marido, a la voz estentórea que la hace temblar porque le espera el bofetón o el tirón de los cabellos que la hacen sufrir, pero silenciosa, que es el peor vejamen que puede sufrir una mujer que nadie la escucha porque la justicia, manejada por hombres, no le asignan el valor y la justicia respectiva.

         La mujer de hoy, perspicaz e inteligente como es, si sus intereses la conducen por el sendero de la notoriedad, se alistará en esas filas, sin necesidad de pertenecer a círculos sociales distinguidos, de rango social gentil, ella se presentará. lo mismo en el círculo social que convenga a sus intereses y se vestirá con el mejor atuendo del momento, elegirá la ropa adecuada y presta en el maquillaje y la ropa distinguida se camuflará entre esos círculos y su intrepidez la llevará a posar en fotografías, tanto de gente importante, como de la sencillez y la alegría de vivir, porque sabe y tiene oportunidades que no las desperdicia y siempre atenta, sabe elegir las circunstancias y puede conversar sobre temas políticos o económicos, lo que le importa es agradar a los hombres de estos círculos y puedan tomarla en cuenta. Sin necesidad de mostrarse con un color político o religioso, es solo capaz de descubrir intereses, desde la realidad que le circunda e interesarse por lo que la atrae y se prepara para no desfallecer.

        Es interesante cómo, a mujer casada que debía llevar el apellido del esposo, por leyes patriarcales, ha empezado a firmar con su apellido, no la del marido, con el que estaba obligada a pertenecerle y añadir ese “de” que la hacía perteneciente al varón y negar su propio apellido y. por consiguiente, su personalidad.  Hoy, son muy pocas las mujeres que lo llevan porque, de verdad, despersonaliza, y va anulando poco a poco, porque eres persona, con nombre y apellido, porque prestarse otro, que es ajeno, porque, además, cuando existe divorcio, la mujer debe inscribirse nuevamente, darse a conocer con su nombre y apellido, después de años de llevar el apellido del esposo debe reinscribirse como otra persona, quizá no lo sea familiarmente, pero social y de profesional, sí es un trabajo de reconocimiento que conlleva buen tiempo.

         Es muy cierto que, al paso de los años transcurridos, el rol de la mujer ha tomado importancia, por eso ha buscado nuevos senderos, más allá de los familiares o personas allegadas. Lo mejor ha sido que ha ido tomando conciencia de su educación, lo que, poco a poco, le permite su propia autonomía femenina, con la que consigue su propia independencia económica y el mejor desempeño social y laboral, Hoy, las universidades tienen la matrícula de un gran número de mujeres que asisten a las aulas deseosas de aprender y tener un mejor destino, ya no simplemente la de ser madres y cuidadoras del bienestar del varón y los hijos.

         El empoderamiento femenino se va logrando, no de manera vertiginosa, sino a paso lento porque las leyes constitutivas no están implementadas de manera global y los derechos de igualdad, no se respetan, menos se conocen por lo que se ha incrementado los feminicidios de forma alarmante, dejando en la orfandad a muchos niños que no saben el porqué de esa infausta situación. Feminicidios que no son castigados con el rigor de una ley que sigue siendo redactada por el mundo varonil. Y el miedo a la autonomía se propaga en el desánimo, de la misma manera, aunque esta violencia, en muchos casos empodera a la mujer que quiere luchar en favor de su autonomía y mejorar su libertad de acción y el derecho de ser independiente y tener su propia solvencia económica, lo importante es que no se desanima y sigue firme porque mide su capacidad, se prepara y pronto se la ve formando filas entre el poder y la gloria de la mujer que inscribe su nombre entre las triunfadoras de una lucha tenaz, pero sin doblegarse ante la fuerza varonil que sucumbe.

         El avance de la equidad de género ha sido y es uno de los principales objetivos de la lucha feminista, aunque tampoco se vive y se implementa de manera global, en países que se lograron implementar estas leyes, sin embargo no hay paridad en el trabajo donde se manifiesta la superioridad de personal masculino, lo mismo en cuanto a la remuneración económica, donde el varón gana en porcentaje superior en comparación con la mujer y, haciendo el mismo trabajo y en las mismas condiciones. Al igual que en la carga horaria, no existe paridad. Aducen a la maternidad, por eso, hoy en día hay menos mujeres que son madres y, si los tienen el número de hijos es cada vez menor. No porque niegan la maternidad, sino porque el cuidado de los hijos requiere tiempo y actividad permanente, aspecto que reduce el tiempo de estudio o de trabajo.

         La sociedad y la familia requieren de un mejor tratamiento de ley en estos aspectos, no se debe perder el horizonte de una mejor preparación de la mujer redunda en el mejoramiento de la familia y la sociedad que va en desarrollo socio económico permanente de cualquier comunidad, sin olvidar que. todavía, la mujer debe hacer frente a situaciones de discriminación, acoso y exclusión, aunque, también, ellas, han aprendido y hacer uso de herramientas de empoderamiento en sus roles de interés. La visibilidad de una madre que sabe lo que hace y dice, comunica sin imposición, solo de manera ejemplar la sabiduría opcional de los hijos y lleva a cuestas, la responsabilidad de influir y guiar, de manera positiva a su familia y, con ella, seguir un direccionamiento fundamental de la columna vertebral de toda sociedad.

           Más o menos en la mitad del siglo XIX, se vislumbraba dos versiones acerca del discurso de los atributos morales de la mujer, tomando en cuenta las diferencias de las cualidades femeninas y masculinas, las imposiciones masculinizantes de hacerlo superior, sin embargo surge la tesis de la superioridad de la mujer en el terreno de la moral, por sus dotes de los dictados del corazón, los instintos y la conciencia que se oponen a la supuesta superioridad del varón porque la práctica continua de la compasión y la religiosidad le permiten inclinarse a la práctica moral y la acerca a la equidad de género que el mundo requiere.

Son muchos los artículos y exposiciones valederos en este sentido, donde el varón resulta ser el culpable porque su supuesta superioridad ha permitido manejar a la mujer desde sus principios y vida moral, acorde a lo manifestado e imposición del machismo que no ha permitido y, muchas veces, todavía no lo permite valerse por sí misma y estudiar y expresar sus propios principios de vida y actitud, exigiéndole disciplina y obediencia ciega y pasiva. El varón quiere y desea marcar sumisión en la mujer, esposa y madre, fabricar diques y barreras al desarrollo y emprendimiento de la mujer, En su ser de egoísmo y supuesta protección que la encasilla en rutinas egoístas, acordes a principios nada feministas, y, apenas, la mujer eleva su voz, está el castigo y de ahí los innumerables feminicidios extendidos por el planeta, cuando la misión de la mujer debe estar inclinada a sus aptitudes de gusto y satisfacción.

        Está bastante claro que el aspecto primordial en el cambio de la mujer debe ser la emancipación en el área intelectual, que le facilitará la formación debida para ejercer una profesión y tener independencia económica. No la elegirán, sino elegirá a la pareja y lo hará por convicción y amor, solo así podrá formar un hogar feliz y educará a seres de carácter propio e independiente, libres de prejuicios que podrán engrosar sociedades de valor comunicacional y de amor. Los conocimientos adquiridos le ayudarán a desempeñar mejor su labor de madre, sabrá de administración de las finanzas domésticas porque una mujer ignorante es un peligro, para sí misma y para su entorno.

          La profesionalización de muchas mujeres ha demostrado de su valor y capacidad, demostrándole, al varón, que no es la fuerza física la que reivindica, sino la fuerza moral que es la misma en ambos sexos. Que no son iguales porque las mujeres son reses racionales diferentes, pero no inferiores, por lo que deben ser integradas al espacio público que requiere de ambas intelectualidades en el desarrollo del mundo.

         La mujer ha demostrado muchas veces que su capacidad intelectual le permite ejercer varias ocupaciones, a la vez, de ahí que, una madre, atiende su hogar y los hijos, con las mismas posibilidades y logros al ejercer labores de profesionalismo fuera de su hogar y lo hace con la misma predisposición de lograr sus objetivos. Se va abandonando la idea patriarcal del liberalismo y que el lugar de la mujer era la casa, imponiendo la manifestación de que el trabajo doméstico es una ocupación que se debía ejercer con libertad y la compatibilización de otras actividades fuera del hogar. Esta es la defensa del derecho y la capacidad de la mujer a la instrucción, a la educación y profesionalización, puesto que hombres y mujeres tienen igualdad de derechos porque, ambos tienen inteligencia y son capaces de conducir, responsablemente la vida de un hogar y la educación de los hijos.

          La femineidad unida a la higiene moral social, reivindica la equivalencia natural e igualdad social de los dos géneros de la especie humana.  Así en política es inaudito que no se quiere reconocer el derecho de la mujer para dirigir los estamentos de un país, puesto que, abolir la ley sálica costó sangre y muertes, porque pretender impedir este derecho. Una mujer, lo suficientemente preparada puede ser jefe de Estado, tiene derechos civiles, como cualquier ciudadano común que paga sus impuestos y, mucho más la mujer que en su derecho de ser madre, es la persona que debe ejercer todos los derechos civiles porque es la que contribuye al desarrollo ciudadano de una región. la mujer de hoy es capa de ser líder porque su carácter versátil y su fortaleza la hacen activa, de manera espontánea, atributos que la hacen indispensables en el desarrollo de la sociedad, es capaz de construir economías estables y mejorar la calidad de vida de la sociedad en la que le toca actuar, hasta alcanzar objetivos comunes de sostenibilidad, desarrollo y derechos humanos, Todo esto es posible por la capacidad y habilidades que son complementarias, con el don que posee su dotes de sensibilidad innata.

        La mujer de cualquier sociedad se desenvuelve en la promoción de nuevas metas, desafíos laborales que le ocupan su tiempo completo. pero no interfiere con su labor de hogar, porque su versatilidad le permite multiplicar su trabajo y con el mismo ímpetu de amor con que lo hace.

        Su empoderamiento y resiliencia magistral le permiten llevar adelante el papel de actores fundamentales para solucionar desafíos que enfrenta el mundo en la actualidad y su valor es ya reconocido y valorado en sociedades donde reconocen su capacidad, en todo sentido. Ser mujer es y debe ser el más alto designio de la divinidad y la naturaleza humana.

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